En el fútbol argentino no es fácil llegar a Primera, mucho menos en un grande como San Lorenzo y si además dos hermanos lo logran juntos, es una historia que merece ser contada como la de Francisco e Ignacio Perruzzi.
En el fútbol argentino no es fácil llegar a Primera, mucho menos en un grande como San Lorenzo y si además dos hermanos lo logran juntos, es una historia que merece ser contada como la de Francisco e Ignacio Perruzzi.
En el fútbol argentino no es fácil llegar a Primera, mucho menos en un grande como San Lorenzo y si además dos hermanos lo logran juntos, es una historia que merece ser contada como la de Francisco e Ignacio Perruzzi.
Los dos hijos más chicos del ex delantero Marcelo Perruzzi están disfrutando unos días de vacaciones en Mendoza, con familia y amigos: "No venimos mucho durante el año, es lindo para nosotros, pero es como un rally que tenemos que hacer en una semana, 10 días, para ver a un montón de gente, un montón de amigos, familia, pero bueno, lo disfrutamos y estamos acostumbrados", dice Francisco, el segundo de tres hermanos porque el mayor es Juan Cruz (Coco) quien se destaca como volante de Academia Chacras, el club donde los tres se iniciaron como futbolistas.
El 2025 será un año inolvidable para la familia ya que Nacho, el menor, debutó en la Primera de San Lorenzo y poco después pudo compartir el mediocampo del Ciclón con su hermano: "Lo disfruté un montón. Compartí cosas re lindas con mi hermano y con amigos del club, porque muchos de los que llegaron a jugar este año también eran mis compañeros de inferiores, así que estoy re contento".
Pancho fue cedido a mediados del 2024 al Panserraikos de Grecia y luego de una salida conflictiva debió esperar unos meses para volver a jugar en San Lorenzo y cumplir el sueño de compartir la cancha con su hermano menor: "La verdad es que, como siempre decimos, ni en el sueño más loco nos lo imaginábamos y se dio de una manera increíble. Encima, cuando llegó el momento de debutar juntos, o sea, de jugar juntos, estábamos hablando de eso, ¿viste? Y nos reíamos como diciendo: 'Es una locura, ¿no?'. Y dijimos: 'Bueno, cuando nos toque estar juntos, el que entre y se cruce con vos, nos vamos a decir algo'. Entonces, claro, nos toca jugar contra Talleres. Él estaba en cancha, entro yo y lo primero que hice, sin decir nada, ya se acordaba de que íbamos a decirnos algo. Entonces, empieza a reírse, se ríe todo el equipo en medio del partido, ¿viste? Nada, en realidad fue algo re lindo".
Para Nacho jugar con su hermano más grande fue muy especial y así lo destacó: "Siempre lo tuve como ejemplo, me marcaba el camino todo el tiempo, y lo que pasó en ese partido fue re lindo porque, aparte de eso, íbamos 1-1, estaba lloviendo, y terminamos ganando al final. Fue impresionante, uno de los mejores días de mi vida".
Como hermanos, y compañeros de equipo, se conocen a la perfección y Francisco reconoce quien es el más caliente de los dos: "Él, sin dudas, lo sabe y se ríe porque lo sabe. Es re caliente. Yo tenía carácter, pero me calmé un montón".
Aunque se esfuercen por hacerlo, para ambos es difícil naturalizar el hecho de jugar en la Primera de San Lorenzo: "Te acostumbrás. Creo que también es para aislarnos un poco de todo ese ruido, porque no es normal en un club como San Lorenzo de tal magnitud, te acostumbrás, pero es algo lindo, es una locura y como te digo, no sé si nos lo imaginábamos", dijo Fran.
"En mi caso pude disfrutarlo un montón. Como dijo mi hermano, lo normalicé un poco, pero al mismo tiempo no podía disfrutarlo todo el tiempo. Es algo re complicado, y te preparás un poco para eso, pero no te lo esperás realmente porque hay tanto talento en el fútbol, sobre todo en el fútbol argentino, que no te lo imaginás, y cuando pasa tenés que estar preparado, pero en mi caso lo disfruté un montón", admite Nacho.
El menor de los Perru tuvo un 2025 soñado ya que no solo debutó en Primera sino que integró la Selección argentina en el Sudamericano Sub 20 compartiendo equipo con jugadores como Franco Mastantuono: "En los primeros días me sentía un poco tímido, y después, bueno, también está bueno normalizar las cosas porque si no terminás pensando que lo que te pasa es una locura, y estás ahí y te lo ganaste y lo merecés, así que tenés que estar a la altura todo el tiempo. Como te dije, lo disfruté, mejoré un montón y con ese tipo de jugadores todo se hizo más fácil".
Llegar a Primera División en el fútbol argentino implica esfuerzos enormes y uno de ellos es tener que irse de casa, en este caso a Buenos Aires, desde muy chicos y así tuvieron que hacerlo los hermanos Perruzzi.
"Salí primero, a los 14 años y fue heavy, pero era re chiquito, creo que ni me daba cuenta de lo que estaba pasando. La verdad es que siempre iba acompañado de mis viejos y uno de mis mejores amigos, así es que no lo sufrí, no lo sentí tanto, y la verdad es que pasó el tiempo y bueno, viví muchas cosas", recuerda Francisco de 24 años.
"Yo salí a los 15, pero bueno, tenía el apoyo de él porque había vivido tantas cosas y capaz me fue todo más fácil", reconoce Ignacio, de 20 años de edad.
Respecto de los objetivos que se ponen, Francisco Perruzzi afirmó: "Lo hablamos el otro día, es algo que todavía tengo, o que tenemos que ordenar, pero no pudimos ganar un campeonato con San Lorenzo. Estuvimos cerca, peleamos, jugamos copas internacionales, fuimos lejos en la Copa Argentina, y tuvimos varios momentos en que no se dio, pero la verdad es que sería algo lindo para mí".
En la misma sintonía, Nachito asumió: "Jugar juntos era una cosa, y después poder ser campeones sería algo lindo".