El cierre de una extensa y promisoria velada de boxeo -profesional y amateur- realizada este viernes por la noche en el Club Villa Seca fue a puro festejo para los locales, por el triunfo de Damián Castro en el pleito rentado de la noche.
El cierre de una extensa y promisoria velada de boxeo -profesional y amateur- realizada este viernes por la noche en el Club Villa Seca fue a puro festejo para los locales, por el triunfo de Damián Castro en el pleito rentado de la noche.
La pelea profesional que fue el fondo de una jornada con 15 peleas amateurs -con títulos y eliminatorias en juego- la encarnó el anfitrión Damián La Bestia Castro (63,300kg), de Maipú; y el tupungatino Alejandro Cirica (62,800). El triunfo fue para el pupilo de Matías Lucero, por nocáut técnico, a pocos segundos de finalizar el tercer asalto del pleito pactado a cuatro, en peso superligero.
El festejo de Damián Castro con su entrenador Matías Lucero.
La Bestia Castro, de 20 años, cerró a puro festejo con el logro ante su gente, que colmó el gimnasio de boxeo del Club Villa Seca (cerca de 500 personas). De esta forma el maipucino de Tres Esquinas logró su segunda victoria, ambos antes del límite; en un palmarés que se completa con el empate de su debut del año pasado.
Tras un nutrido programa con 15 peleas entre aficionados, donde se disputó una final y dos combates por cuatros de final del torneo Guantes de Oro; dos pleitos por la Copa Ciudad de Maipú, eliminatorias para armar el seleccionado de la Federación Mendocina de Box, de cara el Regional de San Luis, y un título mendocino en juego, llegó el turno de la esperada pelea profesional de Castro y Cirica.
La pelea en sí fue un monólogo que tuvo como trama el acecho furtivo de un muy concentrado Castro, que desde el centro del ring se dedicó a cortarle el camino al pupilo de Manzanita Estrella y buscar un KO consagratorio. desde el minuto uno del primer round, ya hizo daño y condicionó a su rival a trabajar en modo supervivencia.
Abriendo con el jab de zurda, La Bestia trató de no ser sorprendido con esta misma mano por Cirica, que siempre trató de mantenerlo lejos, y esperar el momento para descargar su potente derecha. El del Valle de Uco apenas pudo meter una fuerte derecha al finalizar el segundo round, que fue un llamado de atención para el local, lanzado ya en modo "cacería".
Aumentando la presión y lanzándose a fondo, Castro empezó a sumar directos de derecha en los veloces cruces y comenzó a demoler la poca resistencia del visitante.
Antes de la campana del tercer capítulo, tres bombazos rectos fueron suficientes para que, en pleno escape, Cirica se fuera a la lona, y atinadamente el árbitro Javier Luján decidiera que ya no había equivalencias sobre el ring, ni siquiera inició el conteo, decretando el KOT.