Conmoción

Caso Florencia Romano: crónica de un femicidio que pudo ser evitado

El caso de Florencia Romano causó una enorme conmoción en Mendoza y el país. La joven de 14 años fue violentada y asesinada. Indignación, repudio y caos

Florencia Romano pasó a engrosar la nefasta lista de femicidios que en Argentina -y el mundo- crece día a día. Los detalles que se fueron conociendo sobre el caso y las declaraciones de algunos funcionarios provocaron un profundo malestar en gran parte de la sociedad que culminaron con destrozos en los edificios públicos que albergan a los tres poderes del Estado en la noche del viernes. Todo un símbolo. Es que fueron varias las alarmas que se prendieron antes de que la joven de 14 años fuera violentada y asesinada pero las respuestas no llegaron a tiempo.

Florencia cumplió 14 años cuatro días después de que se declarara la cuarentena en el país. Eso provocó que su año escolar en la escuela Alfredo Bufano lo cursara de forma virtual, al igual que todos los niños y jóvenes del país. También, como cualquier adolescente, tenía Facebook e Instagram que le servían para interactuar con sus amigos, compañeros de colegio y profesores. Allí subía algunas fotos haciendo poses y "piquito", algo absolutamente cotidiano y normal en tiempos modernos. Pero a Florencia la mataron.

Como ya es habitual, el pedido por su aparición y la desesperación de la familia comenzó a hacerse visible a través de las redes sociales. Su foto formó parte de miles y miles de perfiles en los que se detallaba cómo estaba vestida y su contextura física. Allí también se adjuntaba el número de teléfono de sus familiares para que, quien tuviese información sobre su paradero o la hubiese visto se comunicara con ellos. Los padres de la joven realizaron la denuncia a las pocas horas de su desaparición.

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Todo comenzó el sábado 12 de diciembre, pasado el mediodía, cuando la adolescente dijo en su casa que iba a ir a visitar a una amiga a Maipú con quien había hecho las tareas. Cerca de las 12.30 salió de su casa ubicada en Rodeo de la Cruz, de Guaymallén, se subió a un colectivo y no se supo más de ella.

José Romano, su padre, comenzó a mandarle mensajes por la tarde pero estos no fueron contestados. Allí cayó en la cuenta de que, en el amplio espectro que conlleva la frase "la casa de una amiga", no tenían los datos precisos sobre su localización. Algo que no resulta extraño a estas alturas cuando, a través de los celulares, las comunicaciones se han vuelto más privadas y, en la mayoría de los casos, ni siquiera se cuenta con un número de teléfono fijo que sirva de referencia.

Pero, mientras la preocupación iba en aumento en la casa de Florencia, en Maipú los vecinos del pasaje Berra, sobre la calle Padre Vázquez, comenzaron a escuchar una fuerte discusión en la vivienda donde residía Pablo Arancibia de 33 años junto a su pareja Micaela Méndez de 27. Dejando de lado el "no te metás", un hombre decidió llamar al 911 para pedir que la policía se hiciera presente.

"Hay violencia de género", se escucha decir en el audio de la llamada que se dio a conocer este viernes y que ya tiene a la integrante del CEO que lo recibió suspendida de su cargo bajo un sumario. Es que luego de que el hombre le detallara el lugar donde se estaba produciendo el ataque, la mujer le dijo que no figuraba el domicilio. "Sí, figura en Google Maps. ¿Usted es policía?", le contesta y allí la oficial decide cortar el teléfono sin dar aviso de la novedad.

Minutos después, Florencia murió. Esto surge de la reconstrucción de los hechos que se ha realizado a través de las cámaras de seguridad, en donde quedó registrado que, a las 20.52 de ese sábado, Arancibia camina desde una estación de servicio hasta su casa con un bidón de nafta y los datos de la necropsia indican que el cuerpo de la joven fue parcialmente calcinado post mortem.

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Ya el domingo, el celular de Florencia estaba apagado y la preocupación de la familia no tenía remanso porque desde el sábado habían intentado localizarla a través de sus amigos y contactos pero nadie sabía nada de la chica. Así fue que el domingo llegaron a la Fiscalía 35 de Rodeo de la Cruz para radicar la denuncia de su desaparición pero desde la dependencia, según relató la madre de la víctima, le pidieron que hiciera la presentación de forma on line. Al no poder realizarla, la mujer volvió una hora y media después y logró, por video llamada, hablar con las autoridades.

La peregrinación de la madre fue confirmada por el procurador, Alejandro Gullé, quien explicó que las oficinas fiscales cierran sus puertas a las 18 y por ello se ha dispuesto el sistema de denuncias digital. "Es el procedimiento. Cuando la mujer volvió una hora y media después dijo que no podía hacer la presentación en la página, desde la seccional cumplieron con lo que tenían que hacer que era ponerla en comunicación de inmediato con la ayudante fiscal, quien le tomó la denuncia", detalló sobre lo ocurrido.

Otro capítulo que se abrió a partir de esta situación y tiene a otra funcionaria pública investigada tuvo lugar también en la virtualidad y la protagonista es una ayudante fiscal de esa dependencia que se encuentra de licencia por maternidad por un embarazo de riesgo. Según se viralizó, Érica Becerra, abogada penalista, comentó a través de Facebook: "Con 14 años te metes en casa de desconocidos y chateas con adultos. Con toda la información que circula en estos tiempos de pedófilos, abusos, secuestros, las desgracias suceden porque uno a veces las busca. Se anda sola y sin miedo pero si buscas problemas los encontrás. Qué pensaba esta chica yendo a la casa de un tipo mayor de edad a encontrarse que iban a charlar. Hello, está bastante madura".

En su defensa, la letrada dijo no hizo esas declaraciones y se trata de un perfil falso que utilizó su foto y su identidad.

Finalmente, el lunes el tema llegó a los medios de comunicación, mientras tanto, su familia realizaba un corte en la puerta de la seccional para denunciar que no se estaban llevando adelante los procedimientos necesarios para dar con el paradero de la adolescente. Recién el martes por la noche, se dieron a conocer las primeras novedades importantes sobre el caso, cuando se detuvo a Arancibia y Méndez.

Según se supo, fueron las declaraciones de algunos testigos y el rastreo de los viajes de la tarjeta SUBE de Florencia los que llevaron a los investigadores a dar con los ahora dos imputados. Si bien se presume que fue a través de las redes sociales que Arancibia contactó a la joven y la invitó a su casa, esta situación no pudo constatarse rápidamente ya que el hombre había borrado todo el contenido de su celular y se excusó diciendo que se le había caído.

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La hipótesis toma más fuerza cuando, luego de que la identidad del hombre se diera a conocer, comenzara a circular información que señalaba que el sujeto de 33 años contaba con varios perfiles de Facebook y, a través de ellos, solía enviar mensajes de forma insistente a diferentes menores de edad tentándolas con invitaciones a fiestas y alcohol. También allí presumía de tener dinero y un auto de alta gama.

Pero Arancibia aún guardaba más sorpresas. Cuando se decidió abrir su expediente, los investigadores encontraron que tenía dos denuncias en su haber que databan de 2011 y 2014 por amenazas y privación ilegítima de la libertad. Ambas habían sido realizadas por mujeres que no llegaban a los 18 años y habían entablado una relación amorosa con él pero ninguna de las acusaciones llegó a prosperar. Así es como este sujeto continuó gozando de su libertad y Florencia murió.

En las primeras declaraciones que el imputado hizo ante las autoridades confesó que la chica había estado en su domicilio en la tarde del sábado pero aseguró que él mismo la había acompañado hasta la parada de colectivo para que volviera a su casa. Esto quedó descartado debido a que la tarjeta de micro no mostraba más transacciones. Además, los pesquisas notaron que el cuerpo de Arancibia tenía varias heridas de rasguños, que según él se los había hecho un gato, pero el argumento tampoco convenció a nadie.

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El miércoles ya habían pasado 72 horas de la desaparición de la niña, y los investigadores tenían las horas contadas para encontrar pruebas que incriminaran a los detenidos antes de que se cumpliera el plazo para imputarlos y quedaran en libertad. Se recogieron muestras para ser analizadas, se llevó a un perro adiestrado pero todavía no se lograba establecer lo que había ocurrido y, aunque todavía existía la esperanza de encontrarla con vida, el panorama comenzaba a oscurecerse.

Mientras tanto, quienes no bajaban los brazos eran los familiares, vecinos y amigos de Florencia que se convocaban día tras día en diferentes puntos de Guaymallén y Maipú para pedir por su aparición. José, su padre, además decidió formar parte de los operativos de búsqueda. "No doy más en mi casa, me vine a buscarla", aseguraba mientras caminaba una y otra vez el pasaje Berra. También hubo grupos que se organizaron para recorrer las zonas aledañas en busca de alguna pista que los llevara a dar con la joven.

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Fue el jueves que el caso dejó de ser un misterio para convertirse en un nefasto crimen. Por la tarde, la fiscal Claudia Ríos imputó a Arancibia y Méndez por el delito de femicidio y coautoría, aunque esto puede llegar a cambiar en los próximos días debido a que hay indicios de que la mujer no habría estado en el domicilio cuando ocurrieron los hechos. Más tarde, mientras por las calles del centro se desarrollaba una nueva manifestación para reclamar por la aparición de la joven, se informaba el hallazgo de un cuerpo en el interior de una acequia ubicada a un kilómetro y medio del domicilio de los acusados.

Dos versiones surgieron sobre cómo se llegó a dar con el lugar. Por un lado, se supo que un hombre se presentó ante la Justicia para testificar que Arancibia le había pedido que lo trasladara en su auto en la noche del sábado para poder tirar a un perro muerto. Por otra parte, también se indicó que el dueño de unas canchas de fútbol en las cercanías del lugar intentó despejar la acequia para poder regar y se encontró con los restos.

Vecinos y familiares de Florencia llegaron rápidamente al lugar en donde se vivieron momentos de gran congoja. Por la noche, Ríos juntos al jefe de fiscales, Fernando Guzzo y el jefe de la policía, Roberto Munives realizaron una conferencia de prensa en la que se expuso que no se podía determinar si efectivamente el cuerpo pertenecía a la víctima hasta tanto se hiciera una necropsia. Sin embargo, las características físicas coincidían.

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Conferencia de prensa de los fiscales Fernando Guzzo y Claudia Ríos y el jefe de Policía, Roberto Munives.

Conferencia de prensa de los fiscales Fernando Guzzo y Claudia Ríos y el jefe de Policía, Roberto Munives.

Esa noche, tras admitir que el llamado alertando sobre un caso de violencia de género en la casa del acusado no tuvo seguimiento, el jefe de la Policía dijo: "Estos hechos son evitables con educación, a través del cuidado y el seguimiento que debemos tener los padres sobre los hijos. En el seno familiar debemos tener un diálogo y apertura porque todo se inicia con el engaño a una menor".

Estas dos últimas declaraciones fueron determinantes para que parte de la sociedad mostrara su indignación a través de las redes sociales y luego manifestándose en las calles durante la tarde del viernes con cánticos y pancartas que apuntaban a la responsabilidad del Estado y pidiendo la renuncia de Munives.

Pero el enojo y malestar no solo estuvieron direccionados hacia el Gobierno sino que también hubo fuertes críticas hacia los medios de comunicación debido al tratamiento que se hizo del tema y se reclamó que la información fuera tratada con perspectiva de género ya que muchos sintieron que varios periodistas culparon a la víctima y a la familia de lo ocurrido. Guzzo también se mostró molesto con los medios e indicó que algunas versiones que se habían informado habían entorpecido la investigación y no habían tenido la sensibilidad suficiente en este tipo de casos.

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Por la mañana del viernes se conoció la denuncia realizada por Méndez en donde exponía que, al ser trasladada al pabellón de mujeres de Almafuerte II, fue golpeada por sus compañeras de celda. Arancibia también manifestó haber sufrido amenazas.

Todas las particularidades del femicidio de Florencia Romano hicieron que miles de personas -principalmente mujeres- salieran a las calles en la tarde del viernes para pedir justicia y repudiar la violencia machista. La manifestación llegó a contar con más de diez cuadras de extensión y tuvo una enorme participación de adolescentes que, interpeladas por la edad de la víctima, decidieron salir a la calle.

La larga columna recorrió las calles San Martín, Colón, Patricias Mendocinas y llegó finalmente a Casa de Gobierno para leer un comunicado en el que se pidió la renuncia de Munives y se apuntó hacia la responsabilidad que tuvo el Estado al no prevenir el violento asesinato. Cuando el grueso de los participantes ya se dispersaban, un grupo decidió dirigir su bronca hacia los edificios públicos.

Primero fue el Palacio de Justicia, donde se arrojaron piedras y se rompieron vidrios, también hubo pintadas y se improvisó un incendio. Luego, se dirigieron hacia Casa de Gobierno en donde los daños fueron más grandes para, finalmente hacia la noche, trasladarse hasta la Legislatura e incendiar parte del interior y el exterior del lugar.

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Hasta este sábado, fueron pocas las declaraciones públicas que habían realizado los funcionarios del Gobierno. Mario Abed, vicegobernador, fue el primero en expresarse y el más contundente. Primero, en comunicación con radio Nihuil, repudió el vandalismo y los destrozos; luego hizo una autocrítica: "El Estado falló".

Posteriormente, los ministros de Gobierno, Víctor Íbañez, de Seguridad, Raúl Levrino y el jefe de la Policía encabezaron una conferencia de prensa en la que detallaron los daños que se produjeron y aseguraron que los arreglos costarán no menos de $56 millones. Además apuntaron hacia "grupos extremistas" como los culpables de los destrozos y reivindicaron el espíritu de la manifestación.

Tras la conferencia, las respuestas parecieron no alcanzar. Florencia murió, fue asesinada, violentada y descartada como las siete mujeres mendocinas que, durante 2019, fallecieron en manos de un femicida, como las 255 que también perecieron en todo el país. Hubo alarmas que se prendieron antes del crimen atroz, pudo haberse evitado.

MArcha por Florencia Romano

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