Invetigación

Caso Florencia Romano: qué pasó con las anteriores denuncias contra Pablo Arancibia

Fue denunciado en 2011 y en 2014 por dos ex novias que fueron gravemente amenazadas y las retenía en su casa contra su voluntad. Nunca estuvo preso

A pesar de dos graves denuncias en su contra, Pablo Arancibia, el imputado por el femicidio de Florencia Romano (14), nunca fue condenado por amenazar a una novia de 15 años en el 2011, ni por tener secuestrada durante días a otra pareja en 2014. Las denuncias durmieron en alguna fiscalía hasta que pasaron a la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, donde tampoco se continuó con la investigación.

Nada se sabe sobre qué pasó con las dos imputaciones que pesaron sobre Arancibia por coacciones y por privación ilegítima de la libertad. Lo único concreto es que nunca fue condenado y jamás estuvo preso.

En marzo de 2011 una joven de 15 años estaba de novia con él, cuando tenía 23 años. Ella lo denunció, acompañada de su padre, luego que él la tuviera durante semanas con que iba a matar a su madre y a todo el que se metiera en su relación.

La joven no tenía más opción, ya que por miedo a que cumpliera con su promesa se quedó durante casi dos semanas en la casa de él.

Cuando su padre la llamaba, ella le decía que estaba todo bien, a pesar que no era así, pero no podía hacer ni decir otra cosa delante de Arancibia.

Más de 10 días después, la chica fue a la casa de su padre, pero no tuvo la posibilidad de hablar a solas con él porque Arancibia no la dejaba.

Ella decidió ir a buscar ropa a su habitación y allí le escribió una carta a su padre contándole todo lo que pasaba y que no quería estar más con él.

Finalmente la joven se libró de Arancibia y pudo hacer la denuncia, pero no pasó absolutamente nada.

La segunda denuncia

Años más tarde, en 2014, otra mujer, de 25 años, denunció a Arancibia, quien en ese momento tenía 26 años, debido a que la tuvo secuestrada en su casa.

Ella es oriunda de Tunuyán, pero había decidido mudarse a Maipú para vivir con su novio. Pero a los pocos días comenzaron las peleas y el infierno.

Una noche, estaban acostados y hablaban hasta que ella le nombró al padre de su hijo, quien había muerto. Esto desató la ira de Arancibia quien la golpeó. La víctima se levantó de la cama para irse, pero el la agarró del pelo y la tiró a la cama.

Se le subió encima de ella, y mientras la ahorcaba la escupió y la amenazaba con quemarla con un cigarrillo.

La madre del hombre entró a la habitación y detuvo la pelea, pero en cuanto se fue, él volvió a ahorcarla y la obligó decirle a la mujer que estaba todo bien.

Luego, le prohibió que su hermana y sus padres fueran a su casa a saludarla y hasta le sacó el celular para que no pudiera comunicarse con nadie. Solo le decía que hablara con sus padres para decirles que no se metieran más en su vida y que no fueran más a esa casa.

Los siguientes dos días Arancibia no fue a trabajar para tener bajo control a la mujer, hasta que al tercer día decidió llevarla a la casa de la madre, donde la joven se quebró y contó lo que pasaba.

Acompañada de su familia, la mujer hizo la denuncia, y Pablo Arancibia fue imputado por privación ilegítima de la libertad, pero esa causa también quedó en la nada, ya que jamás se continuó la investigación, ni fue juzgado por el hecho.

El caso Florencia Romano

Según los investigadores, Arancibia contactó a la adolescente a través de Instagram e hizo que fuese engañada a su casa.

Una vez allí, según los primeros datos del forense, Florencia Romano se habría defendido de un ataque sexual y fue golpeada y degollada.

Un vecino escuchó los gritos de auxilio y llamó al 911 pero la operadora, al no entenderlo, le cortó la llamada y no la hizo investigar.

Cinco días después, el cuerpo de Florencia fue encontrado en un canal de riego mientras que la operadora fue suspendida y se le inició una compulsa penal en su contra.