Al ser consultado sobre cómo se gesto la decisión de no viajar a Argentina para asistir al velatorio de Russo, detalló: "Le mandé mensajes obviamente a todo el cuerpo técnico, a su mujer también, quería estar cerca. Nos pusimos a disposición en el momento de la noticia de qué hacíamos, si viajaba o no. Tomamos la decisión porque el cuerpo téncico me dijo que Miguel hubiese querido que yo me quedara acá, que juegue, que lo homenajee jugando al fútbol y eso fue lo que decidimos".
"Es lo que me dijo todo el cuerpo técnico de él, se hubiese enojado mucho si dejaba la concentración de la Selección para estar ahí, hubiese querido que lo repesente de la mejor manera y trataré de hacerlo jugando al fútbol", cerró Paredes, quien siguió la línea de Ignacio Russo (hijo de Miguelo y jugador de Tigre, quien aseguró que si no jugaba el partido de este viernes ante NEwell's su padre: "Se levanta y me caga a puteadas").
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El legado imborrable de Miguel Ángel Russo
En cuanto a la huella que Russo dejó en todos aquellos con los que compartió el día a días, Paredes resaltó: "Me quedo con todo, el legado que deja y la huella que seguramente el tiempo no borrará nunca. Creo que se ganó lo más importantes de este ambiente: el respeto de todo el mundo. Tengo solo palabras de agradecimiento, nos enseñó cómo vivir este deporte, la pasion con la que vivió hasta el último día el fútbol, lo que ha logrado por el fútbol argentino, por nuestro club".
"Me llevaré muchas cosas porque en uno de esos jueves en los que él me hacía hacer solo 20 minutos aprovechaba para hablar de todo y le preguntaba cómo estaba. Casi siempre me respondía que mientras estuviera adentro de La Bombonera iba a estar buen y contento. Con la pasión vivió hasta el último día el fútbol y nuestro club es algo grandioso", sentenció el capitán de Boca.