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Se desvive por Independiente Rivadavia y una emotiva promesa lo dejó sin viajar a la final de la Copa Argentina

Meca Lobos, leproso hasta la médula, se quedó en el Bautista Gargantini mientras Independiente Rivadavia conquistaba la Copa Argentina: su emotiva promesa

Pintó la pileta de la Ciudad Deportiva un 25 de diciembre, se bancó viajes de 17 horas en colectivo y jamás dejó de seguir a Independiente Rivadavia por todo el territorio nacional. Pero el destino, caprichoso por demás, lo "obligó" a perderse, nada más y nada menos, que la final de la Copa Argentina.

Hablamos del conocido Meca Lobos, característico hincha que semana a semana, tanto en la Perla de Carrodilla como en el Bautista Gargantini, demuestra ser un soldado cada vez que el club de sus amores lo necesita (y cuando no también). El pasado miércoles, 5 de noviembre, cuando el pueblo leproso se encontraba en el corazón de la provincia de Córdoba, él estaba cumpliendo con su promesa en la Catedral.

Posteo promesa hincha de Independiente Rivadavia
El posteo en el que contó la promesa realizada por Independiente Rivadavia.

El posteo en el que contó la promesa realizada por Independiente Rivadavia.

Mientras sus familiares y amigos se golpeaban el pecho en medio del estadio de Instituto él festejaba junto a la Virgen que se encuentra en el ingreso de la platea techada de la cancha de Independiente Rivadavia.

Siguió a Independiente Rivadavia por todo el país

Para graficar algunas de las locuras que ha hecho por Independiente Rivadavia, el club de sus amores, comenzó: "A Patronato fui con un amigo, Maxi. Fueron 17 horas en colectivo y llegamos ya empezado el partido. Íbamos ganando 1-0 y nos lo dieron vuelta 2-1. Terminó el partido, se fueron todos y nosotros estuvimos tres horas tirados esperando que salga el micro hacia Mendoza. Salimos de acá un viernes a la noche y retornamos a nuestras casas el domingo a trabajar".

"A Bahía Blanca fuimos César, Maxi, Gabi, Franco y yo. Cinco en un autito re incómodos. Llegamos, vimos el partido y nos volvimos apenas terminó. Tremendo viaje, muy largo", sumó este leproso de corazón.

Meca - Hincha de Independiente Rivadavia
En 2011, viendo a la Lepra en el estadio Monumental.

En 2011, viendo a la Lepra en el estadio Monumental.

Sobre otras anécdotas junto a la Lepra, describió: "Hemos ido a Puerto Madryn. Un domingo a las 11 de la mañana jugamos y ganamos. Otro viaje en San Francisco, estaba todo inundado. Como no había muchos colaboradores, bajamos los equipajes de los jugadores, nos pusimos a secar el vestuario. Salimos 1-1 creo aquel partido. Fue tremendo".

Por qué no viajó a la final de la Copa Argentina

Con respecto a cómo empezó a gestarse su promesa, manifestó: "El primer partido en San Luis no pude ir por cuestiones laborales. Para el segundo se me rompió el auto y en lugar de poder ir a Rosario me quedé arreglándolo porque si no perdía más días de trabajo".

Después de ausentarse ante Estudiantes de Caseros y Platense, poco a poco fue creando su nueva cábala: "Después tuve la posibilidad de ir a todos lados, pero se transformó en cábala. Para los partidos siempre pongo Radio Nihuil y le bajo el volumen a la tele. Contra Tigre hicimos el gol cuando estaba en el baño y me quedé ahí todo el partido. Contra River estuve todo el partido en el baño".

Meca - Hincha de Independiente Rivadavia
Junto a la Virgen Milagrosa de Independiente Rivadavia, el pasado 5 de noviembre.

Junto a la Virgen Milagrosa de Independiente Rivadavia, el pasado 5 de noviembre.

Con una fe inquebrantable, este fanático de Independiente Rivadavia recordó: "Antes de jugar la semifinal contra River le prometí a la Virgencita que está en el club, que tiene una placa que dice Virgen Milagrosa de Independiente Rivadavia. Nosotros antes de cada partido le ponemos flores. Antes de ese partido dije que si ganábamos me iba a comprar un auricular para poder escuchar la final ahí por la radio y poner el altavoz para que todos los que no están escuche el partido conmigo. Me llevé cuatro velitas y lo viví así. Pedí permiso en el club y por suerte me dieron el visto bueno".

"Mis familiares y mis amigos me metían presión. No podían entender que no iba a estar en este partido. A medida que ibamos pasando de fase, esto fue creciendo. Lo prometí oficialmente antes de jugar con River. Dije que si jugábamos la final me llevaba unas velas y ponía el partido en altavoz para que todos los Santos y la gente que no está me acompañen a vivir el partido. Estar ahí con ellos fue muy loco", reconoció Lobos, quien nunca olvidará lo vivido el 5 de noviembre del 2025.

Meca - Hincha de Independiente Rivadavia
Colaborando en Ciudad Deportiva.

Colaborando en Ciudad Deportiva.

Con respecto a cómo vivió, a más de 600 kilómetros, lo sucedido, contó: "Mientras se jugaba la final, le pedí a todos mis amigos, conocidos y familiares de Independiente Rivadavia. Atajaba Marinelli y le pedía que le den fuerza y energía a él. Lo mismo con los que patearon. Visualizando que ellos agarraban la pelota y estaban todos los Santos detrás, dándoles fuerza. Es muy personal. De la final del ascenso tengo tatuado el relato del gol de Pipe Ramis y unas manos rezando. Creo mucho en eso".

El amor por Independiente Rivadavia: una herencia que alcanza cuatro generaciones

Al ser consultado sobre cómo fue que se contagió de Lepra, expresó: "El amor por el club me lo inculcó mi viejo, el Negro Lobos. Toda la vida lo siguió, con los viejos Caudillos del Parque. Se iban hasta en micro de línea a seguir a la Lepra. Lo tenemos desde muy chico nosotros. Habían partidos que no teníamos plata y no nos podían llevar a mi ni a mi hermano. Nos íbamos caminando desde San José y esperábamos a los últimos minutos donde por ahí te dejaban entrar".

"Son cuatro generaciones. Mi abuelo, mi viejo, mis hermanos y ahora mis hijas. Las llevo desde muy chiquitas a la cancha y a Ciudad Deportiva, donde trabajamos y limpiamos para colaborar con el club. Tengo fotos de ellas con ocho años colaborando en la cocina de un evento, en el que vendimos hamburguesas para juntar plata. Un 25 de diciembre me pasó a buscar Marcelo para ir a pintar la pileta de Ciudad Deportiva. Desde las tres de la tarde hasta la medianoche. En mi casa me querían matar", sumó entre risas.

Meca - Hincha de Independiente Rivadavia
Meca junto a sus hijas, en 2014, en el verde césped del Bautista Gargantini.

Meca junto a sus hijas, en 2014, en el verde césped del Bautista Gargantini.

Cada vez que Independiente Rivadavia juega de local, es fija encontrárselo colaborando e incitando al resto a que de una mano con lo que la institución necesita: "Siempre colaborando y dispuesto a todo. En muchos eventos de Ciudad Deportiva, Fiesta Leprosa, Semillero Azul, las Filiales... Hubo una época en la que había una infraestructura enorme y poca plata. Había que hacer trabajos de mantenimiento y lo hicimos. Todo gratis, ni siquiera pedíamos para materiales".

"En otras gestiones he colaborado con la parte eléctrica. Un año alquilamos contenedores y sacamos toda la basura de la fosa de la platea descubierta. Con Ciudad Deportiva también. Son locuras que hemos hecho por Independiente. Siempre de un lado para el otro, tratando que Independiente Rivadavia se vea bonito. Esa es la idea. No importa el barro, el agua podrida... nada. La idea es que Independiente esté siempre bonito", detalló, resaltando que así como él hay un montón de hinchas que se desviven desinteresadamente por amor a los colores.

Para finalizar, Lobos sentenció: "Mis abuelos eran socios vitalicios, los dos. Tengo una bandana del año 1978 que me regaló mi abuela. Ellos nos transmitieron eso. Ahora el que está viajando mucho es mi hermano. 30 horas en colectivo ver el partido y volver. Nunca fue por el resultado. Siempre seguimos a Independiente. En momentos alguna ropa que nos regalaban la sorteabamos y compramabos lo que necesitaramos en ese momento tanto para el club o para Ciudad Deportiva. Es una locura, hay un montón de hinchas que han colaborado y se han desvivido para sumar su granito de arena".