La ofrenda inca del niño del cerro Aconcagua fue trasladada este sábado desde el Conicet hasta el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano, en el parque San Martín, luego de ceremonias de pueblos originarios. Los restos fueron hallados en 1985 por una expedición del Club Andinista de Mendoza (CAM) y los estudios indican que el niño fue sacrificado cerca del año 1500.
El niño del Aconcagua llegó a su nuevo hogar tras las ceremonias de pueblos originarios
La ofrenda inca, hallada en 1985, fue trasladada desde el Conicet con rituales ancestrales hasta el Museo Moyano. El niño fue sacrificado cerca del 1500
El operativo de traslado comenzó a las 5 de la mañana en las instalaciones del Conicet, donde las comunidades originarias realizaron una ceremonia en el exterior mientras se realizaba el embalaje. Luego realizaron el ritual de despedida con pluma de cóndor y desde allí continuaron hacia el Museo Moyano a paso de hombre, con custodia de la Policía de Mendoza.
Ritual de pueblos originarios durante el traslado.
La momia del niño hallado en el Aconcagua se encontraba en un freezer del Conicet.
Una vez que el contenedor llegó al Moyano, se procedió a la apertura del laboratorio Aconcagua, el posicionamiento y la preparación de la sala de resguardo donde se ubicó el freezer con la ofrenda y la pluma de cóndor. Finalmente, se realizó el cierre y acondicionamiento del espacio.
En los jardines del Museo Cornelio Moyano, referentes de las comunidades asociadas al Qhapaq Ñan (Camino del Inca) practicaron una ceremonia abierta al público presente.
La vuelta del "Guardián del Aconcagua" a su morada sagrada
La iniciativa forma parte del Proyecto Preliminar Master Plan, elaborado tras un largo proceso de diálogo con comunidades indígenas –especialmente las vinculadas al Camino Ancestral Qhapaq Ñan– que venían solicitando que el “Guardián del Aconcagua” iniciara su regreso al territorio donde los antiguos lo ofrendaron. Durante este tiempo, distintos pueblos originarios de Mendoza participaron activamente en el proceso.
El traslado se concretó este sábado durante la madrugada.
En 2020, comenzó la Mesa de Diálogo Intercultural, bajo la Dirección de Patrimonio y Cultura de la Provincia, conformada por representantes de diversos pueblos y orientada a un intercambio respetuoso y participativo. En la actual gestión se concretó, junto a las comunidades, un plan de acción por etapas para asegurar un tratamiento ético y respetuoso, conforme a las normas internacionales de conservación y a la propia cosmovisión, espiritualidad y prácticas culturales de los pueblos originarios.
La etapa constituyó la fase previa al regreso definitivo al territorio. Consistió en el traslado desde el Conicet al Museo Cornelio Moyano, donde el niño descansará sin intervención ni exposición, en condiciones dignas y bajo el marco legal indígena, hasta su retorno final a su morada en la Walta (montaña) sagrada del Aconcagua.
El niño habría sido sacrificado en el 1500.
Para las comunidades y representantes indígenas de la Mesa de Diálogo Intercultural, este momento representa un acto de reparación histórica: el reconocimiento de este ancestro como ser humano y no como objeto de estudio, permitiendo que finalmente pueda descansar en paz.
El martes 8 de enero de 1985, cinco andinistas mendocinos que intentaban hacer cumbre en el cerro Aconcagua por una ruta por entonces inexplorada (la pared sur) se convirtieron en los artífices y responsables de lo que sería uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la historia de Mendoza: los restos momificados y perfectamente conservados (gracias a las bajas temperaturas) de un niño de unos 8 años, hallado a casi 5.400 m s.n.m. y que –aparentemente– había sido ofrecido en sacrificio por los incas que habitaban la zona cerca del año 1500.
La sala especial donde estará ubicado
El Gobierno acondicionó un nuevo espacio y un reservorio con control térmico, que garantiza la seguridad y las condiciones microambientales necesarias. Todo el procedimiento se llevó realizó bajo protocolos de conservación preventiva y conforme a las normativas vigentes.
El "niño del Aconcagua" estará en el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano.
La sala de guarda, denominada por las comunidades Gualtach Caye, se ubica en el edificio del museo y tendrá acceso restringido por razones de seguridad y respeto a las tradiciones indígenas. Cuenta con un laboratorio de investigación y un sistema avanzado de control ambiental y seguridad, diseñado para garantizar la conservación física, química y biológica de la ofrenda y minimizar los riesgos de deterioro.
La obra fue ejecutada por Infraestructura Escolar, con la participación de los técnicos Gustavo Cabrera y el arquitecto César Morales, de la empresa Lusocani.
La palabra de quienes intervinieron en este proceso de reparación
Diego Gareca, subsecretario de Cultura, explicó el traslado: “Hay que destacar el trabajo conjunto de dos instituciones públicas como lo son el Conicet y el Gobierno y el trabajo que llevó adelante nuestra Dirección de Patrimonio a cargo de Cristina Sonego. Pero sobre todo también destacar la mesa de diálogo y de trabajo que se construyó con las distintas comunidades de pueblos originarios de Mendoza. Me parece que es fundamental entender este trabajo como un día histórico para Mendoza, para la sociedad, para nuestra cultura, porque es un trabajo muy importante".
El doctor Walter Manucha representó a Conicet Mendoza como vicedirector en nombre de la doctora Andrea Pattini, directora de la institución, y destacó: “Este traslado de la ofrenda del niño del Aconcagua es un acto histórico de reparación a la comunidad y, por otro lado, de trascendencia no solamente provincial sino nacional y a nivel internacional porque es patrimonio de la humanidad. Es muy emotivo, además por el compromiso de parte de la Dirección de Patrimonio y del Conicet, que son las dos instituciones que vienen trabajando desde hace 40 años cuando esta historia se inició”.
Para la licenciada Cristina Sonego, directora de Patrimonio de la Provincia, “esta acción marca un hecho histórico. Este traslado ha sido coordinado y trabajado desde la Subsecretaría de Cultura en forma conjunta con Conicet y con la empresa Lusocani para toda la logística, pero lo que más quiero recalcar es que ha sido un trabajo de mucho tiempo con las comunidades asociadas al Qhapaq Ñan. Así que estamos muy agradecidos a todas las autoridades y a todas las comunidades que han trabajado con nosotros. Y también es necesario destacar la tarea de Valentina Ruggiero y Ana Paula Paz, ya que ellas han diseñado la conservación preventiva".
Finalmente, Noemí Jofré, representante de la comunidad Xumec Huarpe Cacique Sixto Jofré y parte de la organización de pueblos originarios e indígenas Martina Chapanay, expresó: “Hoy se nos dio, en este encuentro de pueblos originarios, de gente que nos acompaña, de los amigos, de la parte científica, de todos los que han estado en esta lucha. Hoy es un gran paso de poder traer al niño a este museo. Hace muchos años que venimos los pueblos originarios pidiendo por esto y cada gestión se ha cumplido y esta última ha sido la más fuerte porque ha cumplido. Ahora esperamos que dentro de un tiempo pueda descansar en paz al pie del Aconcagua”.









