Godoy Cruz sentenció su camino en la Copa Sudamericana, y mucho tuvo que ver en ese desenlace el VAR. Es que de arranque, el Tomba tuvo un penal que el juez Felipe González no dudó en cobrar pero la tecnología intervino y modificó los planes.
Godoy Cruz sentenció su camino en la Copa Sudamericana, y mucho tuvo que ver en ese desenlace el VAR. Es que de arranque, el Tomba tuvo un penal que el juez Felipe González no dudó en cobrar pero la tecnología intervino y modificó los planes.
Tres minutos apenas habían transcurrido del encuentro, cuando una pelota cayó al área de Atlético Mineiro, entre el área chica y el punto penal. Auzmendi, de espaldas al arco, era el receptor del pase pero en la disputa con el central Hugo, el balón se desvió y pegó en el brazo del central rival.
El pitazo hizo estallar a los hinchas de alegría, entendiendo que era una clara infracción. Pero, segundos más tarde y ante la consulta con el VAR (donde estaba el chileno Miguel Araos), el fallo se revirtió y quedó sin efecto. La bronca hizo explotar a todo Godoy Cruz y del lado arbitral hubo un análisis.
El rechazo es del propio defensor y la pelota no tiene dirección al arco de Mineiro, sino que va hacia arriba. Si hubiese tenido sentido de arco, podría ser interpretada como mano de bloqueo, y ahí sí, el penal hubiese sido cobrado. Es una acción que se da de manera natural por el propio movimiento del cuerpo.
Si bien termina siendo una decisión del árbitro y de su manera de interpretar la acción, el reglamento lo marca de la siguiente manera en la regla 12: “Se considerará que un jugador ha conseguido que su cuerpo ocupe más espacio de manera antinatural cuando la posición de su mano o brazo no sea consecuencia del movimiento de su cuerpo en esa acción concreta o no se pueda justificar por dicho movimiento".
"Me voy re caliente. Es penal claro y esa jugada hubiese cambiado por completo el desarrollo del partido", dijo el volante uruguayo post partido, todavía con las pulsaciones a mil. "Nos queda dar vuelta la página y pensar en Vélez pero eso no cambia la bronca que tenemos porque fuimos perjudicados", cerró.
A esa mirada se sumó el entrenador Walter Ribonetto: "Desde ya cambió el partido con el penal, la mano no estaba pegada al cuerpo y fue un claro penal que no nos cobraron, si en el arranque del primer tiempo nosotros teníamos la posibilidad de convertir, cambiaba el partido, por eso el fastidio y la bronca".