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Si bien Álvarez recalcó que Diego Aliaga no era su amigo íntimo, si dijo que ambos formaban parte de un grupo selecto que se reunían en sus domicilios del barrio Palmares todos los jueves para jugar al truco. "Era un tipo querible, bonachón. Nos reíamos mucho. Pero nunca nadie habló de negocios de alguna índole en esas juntadas. Aliaga nunca nos dijo a qué se dedicaba", detalló.
En su relato también señaló que desde un principio tuvo sospechas sobre Diego Barrera, a quien conoció una tarde que estaba con Aliaga tomando champagne en un restaurante ubicado en el centro comercial anexo al barrio. "Barrera me contó cosas que no me cerraban. Me decía que su esposa había heredado 6 millones de dólares por la venta de Clarín y que le iban a traer la plata en un avión sanitario. Con eso le iba a pagar las deudas que tenía con Diego Aliaga porque le había comprado un auto y le alquilaba su casa en el barrio Dalvian. A mí me hacía ruido y se lo dije a Aliaga", declaró.
Incluso dijo que la noche que le prestó su camioneta a la víctima fatal lo notó "distinto, nervioso y tenso", por lo que le aconsejó que tuviera cuidado con Diego Barrera.
Diego Aliaga
Diego Aliaga saliendo del barrio Palmares en la camioneta del Chato Álvarez.
En gran parte de su verborrágica declaración, que se extendió durante casi tres horas, Chato Álvarez se refirió a su situación procesal en la causa de las coimas: "Desde la muerte de Diego Aliaga mi vida cambió 360 grados. Vivo un calvario. Tendría un montón de preguntas para hacerle si estuviera vivo". Y también señaló que las sospechas en su contra están fundadas en "dimes y diretes" de Diego Barrera, quien se vengó porque "yo dije a que a mi no me cerraba y ahora me estoy comiendo este vuelto. Esto es una devolución de favores".
En la jornada también estaba previsto que brinde su declaración Lucas Curi, uno de los cinco procesados por el asesinato de Diego Aliaga. Fuentes judiciales adelantaron que el joven se desvinculará del hecho de sangre y seguirá la misma versión que declaró su hermano la semana pasada.
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El caso Aliaga
El 28 de julio de 2020, Diego Aliaga fue visto por última vez con vida. El hombre salió de su casa ubicada en el coqueto barrio Palmares a bordo de una camioneta de un vecino. Lo acompañaba una joven con la que había estado reunido horas antes. Paró en una estación de servicio y finalmente se dirigió hasta una propiedad ubicada en Rodeo de la Cruz. En ese lugar pensaba montar un emprendimiento junto su socio en otros negocios, Diego Barrera. Sin embargo, no volvió a ser visto con vida.
Horas después, el hermano de Diego Aliaga se presentó en una dependencia policial para denunciar la desaparición. En ese momento, recibió un supuesto llamado extorsivo donde le pidieron una suma de un millón de dólares para volver a verlo con vida. El caso despertó la alarma de las autoridades y comenzó a investigarse en la Justicia Federal como un secuestro extorsivo -delito de competencia federal-.
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Las evidencias fueron cercando al socio de Diego Aliaga hasta el 4 de agosto siguiente cuando fue detenido junto a su pareja Bibiana Sacolle y los hijos de la mujer. Las comunicaciones telefónicas que mantuvo el clan familiar el día de la desaparición, sumado a las cámaras de seguridad que grabaron a Barrera entrando a la propiedad en Rodeo de la Cruz y luego ingresando al barrio Palmares en la camioneta que manejaba Diego Aliaga fueron claves para la pesquisa.
El 10 de septiembre se encontró el cadáver de la víctima enterrado en un descampado ubicado en Costa de Araujo. Fue gracias a la declaración de Yamil Rosales, un hombre que era empleado de la empresa de transportes que tenía la familia de sospechosos. El hombre aportó datos claves para hallar los restos y además quedó comprometido por unas conversaciones que mantuvo con uno de los hermanos Curi, por lo que también fue detenido y procesado al día siguiente.
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El 5 de octubre siguiente, Diego Barrera declaró por primera vez como acusado y confesó haber cometido el hecho de sangre. Descartó que se haya tratado de un secuestro sino que aportó la versión de que se peleó con Diego Aliaga por temas económicos y que "se me fue la mano". También quiso desvincular al resto de los sospechoso. Poco y nada le creyó el fiscal Alcaraz ya que ese testimonio no cambió absolutamente nada en el expediente.
Si el caso ya de por sí era complejo, a mediados de 2021 sería todavía más sensible al quedar estrechamente vinculado con la megacausa que investiga el presunto cobro de coimas por parte de una banda que lideraría el juez federal Walter Bento. De hecho, Diego Barrera ha declarado varias veces en ese expediente y ha aportado detalles sobre la mecánica de los sobornos para liberar a presos. Para el fiscal Dante Vega, Diego Aliaga era la mano derecha del juez para gestionar los pagos.