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Sigue el juicio por el caso Aliaga.
En la esquina contraria, la estrategia de las defensas es que Aliaga fue asesinado el mismo 28 de julio cuando se reunió con su socio Diego Barrera en el marco de una pelea que "se me fue de las manos", según declaró el acusado durante la instrucción. Es decir, no se trató de un secuestro y el único responsable del homicidio sería Barrera y zafaría de una condena el resto de la familia, que sólo habría actuado como encubridora-delito que no se puede imputar por el lazo sanguíneo-.
Los detalles de la necropsia
El médico San Martino brindó algunas precisiones que seguramente serán utilizadas por las partes al momento de los alegatos. En primer termino, determinó que Diego Aliaga murió tras ser sofocado con una prenda con la cual taparon su boca. Incluso se hallaron rastros de tela en su garganta y también de comida. Ese ataque duró entre dos y tres minutos. Además, no presentaba signos de haber sido maniatado.
Este punto fue visto con buenos ojos por las defensas, según analizaron fuentes ligadas a la causa, ya que se podría interpretar que el hombre fue asesinado el mismo 28 de julio que se reunió con Diego Barrera en una propiedad en Guaymallén, tal como sostienen. De hecho las últimas imágenes de Diego Aliaga con vida son de las cámaras de una estación de servicio donde tomó un desayuno, lo que podría explicar los rastros de comida.
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Pero al mismo tiempo, el médico explicó que no se encontraron rastros de marihuana en el cuerpo. Para la Fiscalía este dato es clave ya que hay testigos que estuvieron con el hombre en la noche del 27 de julio y declararon en el juicio que estuvieron fumando ese estupefaciente. Es decir, como mínimo Diego Aliaga fue asesinado algunos días después de desaparecer y por ende estuvo secuestrado.
Fauna cadavérica
"Un cadáver que está a la intemperie tiene un proceso cromático que dura de 24 a 48 horas. Después de eso empiezan a intervenir bacterias que generan gases, lo hacen hinchar y tiene un aspecto más monstruoso. Este último proceso no lo vimos en el cuerpo", aseveró San Martino.
El forense explicó que aproximadamente 48 horas después de la muerte aparece fauna cadavérica y larvas que empiezan a descomponer un cadáver. Este proceso se puede interrumpir si deja de estar expuesto al aire libre. Para la acusación esto prueba que Aliaga fue asesinado y enterrado en menos de 48 horas.
Si bien no se ha podido establecer el día exacto de su asesinato, la Fiscalía sostiene que fue enterrado el 1 de agosto, día en que se ubicó el teléfono de Yamil Rosales en la localidad de Costa de Araujo donde luego fue hallado. Según esta teoría, sacando cuentas con los días Diego Aliaga estuvo al menos entre 2 y 4 días vivo tras su captura, ergo, fue secuestrado con fines de extorsión.
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La víctima, Diego Aliaga.
Otras novedades
En la audiencia del martes las defensas solicitaron que se inicie una investigación por falso testimonio contra un perito caligráfico que analizó tres boletos de compra-venta que Diego Aliaga firmó a favor de Diego Barrera. El profesional analizó las firmas y consideró que la víctima suscribió los documentos "bajo presión o coacción". Para los abogados defensores, este testigo se basó en bibliografía que al ser consultada tenía conceptos totalmente diferentes a su versión.
El debate continuará durante varias semanas -se realiza solamente los martes- y algunos de sus integrantes especulan que antes de la feria judicial se llegue a la instancia de alegatos, siempre y cuando las partes arriben a un acuerdo para desistir de ciertos testigos que no tienen relevancia para la investigación.
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El caso Aliaga
El 28 de julio de 2020, Diego Aliaga fue visto por última vez con vida. El hombre salió de su casa ubicada en el coqueto barrio Palmares a bordo de una camioneta de un vecino. Lo acompañaba una joven con la que había estado reunido horas antes. Paró en una estación de servicio y finalmente se dirigió hasta una propiedad ubicada en Rodeo de la Cruz. En ese lugar pensaba montar un emprendimiento junto su socio en otros negocios, Diego Barrera. Sin embargo, no volvió a ser visto con vida.
Horas después, el hermano de Diego Aliaga se presentó en una dependencia policial para denunciar la desaparición. En ese momento, recibió un supuesto llamado extorsivo donde le pidieron una suma de un millón de dólares para volver a verlo con vida. El caso despertó la alarma de las autoridades y comenzó a investigarse en la Justicia Federal como un secuestro extorsivo -delito de competencia federal-.
Las evidencias fueron cercando al socio de Diego Aliaga hasta el 4 de agosto siguiente cuando fue detenido junto a su pareja Bibiana Sacolle y los hijos de la mujer. Las comunicaciones telefónicas que mantuvo el clan familiar el día de la desaparición, sumado a las cámaras de seguridad que grabaron a Barrera entrando a la propiedad en Rodeo de la Cruz y luego ingresando al barrio Palmares en la camioneta que manejaba Diego Aliaga fueron claves para la pesquisa.
El 10 de septiembre se encontró el cadáver de la víctima enterrado en un descampado ubicado en Costa de Araujo. Fue gracias a la declaración de Yamil Rosales, un hombre que era empleado de la empresa de transportes que tenía la familia de sospechosos. El hombre aportó datos claves para hallar los restos y además quedó comprometido por unas conversaciones que mantuvo con uno de los hermanos Curi, por lo que también fue detenido y procesado al día siguiente.
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El 5 de octubre siguiente, Diego Barrera declaró por primera vez como acusado y confesó haber cometido el hecho de sangre. Descartó que se haya tratado de un secuestro sino que aportó la versión de que se peleó con Diego Aliaga por temas económicos y que "se me fue la mano". También quiso desvincular al resto de los sospechosos. Poco y nada le creyó el fiscal Alcaraz ya que ese testimonio no cambió absolutamente nada en el expediente.
Si el caso ya de por sí era complejo, a mediados de 2021 sería todavía más sensible al quedar estrechamente vinculado con la megacausa que investiga el presunto cobro de coimas por parte de una banda que lideraría el juez federal Walter Bento. De hecho, Diego Barrera ha declarado varias veces en ese expediente y ha aportado detalles sobre la mecánica de los sobornos para liberar a presos. Para el fiscal Dante Vega, Diego Aliaga era la mano derecha del juez para gestionar los pagos.