Hay momentos en la vida cultural de una ciudad que parecen detenidos en el tiempo, como si un rayo de luz quedara suspendido y nadie pudiera olvidarlo. Hoy, el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza (MMAMM) ofrece uno de esos instantes para el arte mendocino.
El arte como legado: Sara Rosales y Antonio Sarelli en diálogo con las nuevas generaciones
Muestras de los maestros Sarelli y Rosales se dan en simultáneo con el diseño gráfico de Tite Barbuzza y el arte textil de Mariano D'Ulivo en el MMAMM
Se trata de cuatro exposiciones simultáneas que atraviesan generaciones, estilos y disciplinas, y que por primera vez se abren acompañadas de la nueva Tienda Pieza, donde el público puede apropiarse de un fragmento tangible de esta constelación creativa.
Por estos días, el museo de la plaza Independencia se ha transformado en un crisol de miradas y lenguajes: Sara Rosales explora la feminidad y la memoria; Antonio Sarelli reconstruye el pasado con la fuerza de su gesta; Tite Barbuzza celebra la estética del rock argentino y Mariano D’Ulivo aborda historias que oscilan entre lo doméstico y lo onírico.
Cada sala del MMAMM es un universo propio, pero todas dialogan al ritmo de un mismo pulso: la pasión por crear y dejar testimonio de una época. La plástica, el diseño y el arte textil renuevan las energías para los amantes de las artes visuales de Mendoza.
Rozando los 90 años, Rosales y Sarelli exponen obras pictóricas que retratan -casi de forma literal- una vida dedicada al arte. Barbuzza debuta como diseñadora en un museo, en su larga trayectoria con la que marcó a fuego el arte gráfico del rock nacional y nunca antes había llevado sus piezas a un espacio de arte como el MMAMM, ni de su Mendoza natal ni de Buenos Aires, Estados Unidos o Barcelona adonde dibujó buena parte de su historia.
Cuando el arte no pasa de moda
La propuesta del MMAMM es ambiciosa: unificar, en sus distintas salas, universos creativos que abarcan generaciones y disciplinas. Entre los homenajeados se encuentran Sara Rosales, Antonio Sarelli y Tite Barbuzza, nombres que no solo dejaron una huella imborrable en la pintura y la gráfica, sino que también fueron referentes en la gestión cultural y el diseño gráfico a nivel nacional.
Esta iniciativa del área de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza no solo representa una puesta en valor del patrimonio artístico local, sino que también ofrece un espacio de reflexión intergeneracional para comprender la evolución de las artes en la región.
Y a su vez se consolida como una de las citas culturales imprescindibles del año, invitando a la comunidad a redescubrir la obra de estos talentos y a celebrar la vitalidad del circuito artístico mendocino.
"En el caso de Sarelli y Rosales quisimos homenajearlos en vida y en acción porque ambos son de la misma generación, con mucha trayectoria y que siguen produciendo", explicaron desde el municipio.
Sara Rosales y el arte de una mujer que ilumina
En la sala Oeste del Museo Municipal de Arte Moderno, Sara Rosales (Mendoza, 1939) despliega “La luz en el prisma”, un recorrido por retratos femeninos que condensan más de seis décadas de trabajo y experimentación.
Su pintura no solo observa a las mujeres; las ilumina, las hace trascender el lienzo y las convierte en símbolos de fuerza y memoria.
Rosales no se limita al arte: fue fundadora de la Galería de Arte Huentala, socia de la Cooperativa Cultural Bitácora, directora artística honorífica del Centro Cultural Canal 7 y delegada provincial del Fondo Nacional de las Artes, entre otros roles además de asumir funciones públicas ya que fue senadora provincial y funcionaria municipal de Guaymallén.
También diseñó vestuarios para Vendimia y dirigió algunas fiestas departamentales. En su vida, la obra y la gestión se entrelazan como haces de luz que atraviesan un prisma, descomponiéndose en colores, rostros y redes culturales que sostienen el arte mendocino.
“Mi trabajo siempre buscó detenerme, mirar con atención y dar voz a quienes inspiran y sostienen la historia de nuestra ciudad”, dice Rosales, mientras sus figuras femeninas parecen observarnos desde otro tiempo, con una vitalidad que desarma los límites del cuadro.
Sara Rosales tiene 86 años y para esta muestra en el MMAMM concluyó su nueva serie de “Boquitas pintadas”. Detrás de su lenguaje pictórico, caracterizado por el color y la experimentación, se revela su mirada sensible, íntima y profundamente humanista. Ese legado que cautiva y hasta provoca lágrimas de admiración como le ocurrió a la periodista Laura Carbonari durante la apertura de la muestra.
"Lo que podría entenderse como una trayectoria única se revela, en realidad, como una suma de facetas distintas que no siguen un camino lineal, sino que se entrelazan y potencian entre sí. Su trayectoria se proyecta así como una constelación: una vida hecha de muchas", define Florencia Giovannini, curadora de las obras de arte que Sara Rosales exhibe en el MMAMM.
Antonio Sarelli en la gesta de un tiempo recuperado
En la misma sala, “La Gesta” de Antonio Sarelli (1936) ofrece un vuelo sobre su vida artística. Nacido en Russell, Maipú, bajo la sombra de la cordillera y el cobijo de una familia campesina, Sarelli combinó desde niño la labor rural con la pasión por el dibujo que lo llevó a la Academia Provincial de Bellas Artes.
Su recorrido incluye la fundación del Grupo Numen, la organización del grupo Alfa, en los años '70 integró junto a Alfredo Ceverino y Ángel Gil el Grupo A3, dirigió galerías como Zulema Zoireff y ejerció durante décadas la docencia, tarea que siempre abrazó con fervor.
Sus pinturas y dibujos, que transitan entre la abstracción, la alegoría y la memoria, buscan recuperar un sentido frente al caos del mundo contemporáneo.
“Puede que mis obras tengan cierta nostalgia, o quizás un poco de romanticismo, pero cuando otros eligen denunciar explícitamente las agresiones que recibimos en este mundo que se ha vuelto caótico, a mí me surgió naturalmente hablar de lo que perdimos, de aquellos tiempos donde aunque no teníamos nada, lo teníamos todo”, reflexiona a sus 89 años Sarelli, pilar indiscutido del arte mendocino.
Sus paisajes y figuras no solo rememoran la historia del arte local, sino que celebran la vitalidad de un legado colectivo que sigue latiendo en el presente. “La Gesta” celebra no solo al maestro sino también su legado colectivo: el de quien supo construir arte y vínculos con igual intensidad.
"Frente al caos y el conflicto reinantes en el mundo, Antonio sostiene con sus pinturas la esperanza en la existencia de un reino metafísico que albergue una verdad fundamental excluida por la sociedad contemporánea", observa Pablo Chiavazza en su texto curatorial.
Así es como, durante la inauguración en el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza, el pintor apoyó sus suaves manos sobre las de cientos de personas que se acercaron a saludarlo. Siempre, guiado y acompañado por su esposa Silvia Spera -con quien lleva 54 años de casado- y su hija también artista Rebeca Sarelli -con quien en estos días comparte otra exposición pictórica en el Museo Fader-.
Tite Barbuzza: cuando el diseño se vuelve arte para ser tatuado
En la sala Este del MMAMM, Tite Barbuzza rinde homenaje a la estética del rock argentino con “Imágenes sónicas. Diseño para la música”. Sus obras de diseño gráfico forman parte de la estética que definió la época dorada del rock nacional. Su arte marcó la iconografía de Soda Stereo, GIT, David Lebón y Enanitos Verdes, entre otros, para tenderse como un puente entre sonido, imagen y memoria colectiva.
“Es la primera vez que hago una exposición en un museo así de esta magnitud. Es la primera muestra personal y que sea la primera vez y en Mendoza me pone feliz”, confiesa Barbuzza, quien tras décadas de vida en Buenos Aires y Barcelona, hoy a los 64 años vuelve a su origen para revelar su arte en toda su magnitud.
En la muestra, con curaduría de Víctor Boldrini y que incluye una guitarra intervenida de los Enanitos, sus piezas nos recuerdan que el diseño gráfico no es solo comunicación: es memoria, estética y cultura, y que una imagen puede convertirse en un hito generacional. Porque el diseño, aunque ella no lo asegure, es un arte en sí mismo.
Famosa por su trabajo en las portadas de álbumes de rock argentino durante la década de los '80, en especial por su icónico diseño del logo y la portada del disco "Doble Vida" de la banda Soda Stereo, Tite Barbuzza es considerada una figura clave dentro de la historia del diseño en Argentina.
El logo de Soda -definido por ella misma en su web como "un simpático perfil humano fácilmente copiable"- es quizás su obra más emblemática, reproducida hasta en tatuajes de miles de fanáticos de la banda de Gustavo Cerati.
Sin embargo, Barbuzza no sólo ha navegado las aguas del rock que tan bien le sientan. Además ha trabajado en diseño editorial, en campañas publicitarias y en investigación del diseño gráfico. Hasta fue asistente de efectos especiales en la Vendimia 2015.
Para la inauguración de la muestra, la diseñadora gráfica estuvo rodeada de su familia y de amistades como la actriz Marcela Montero.
Mariano D’Ulivo: bordados de fantasía y cotidianeidad
En la sala Norte del museo ubicado en el subsuelo de la plaza Independencia, Mariano D’Ulivo invita a recorrer “De Barbies, faunos y otras fantasías domésticas”, donde el bordado en su arte se transforma en lenguaje emocional.
Su experiencia como maquillador profesional especializado en drag se traslada al textil, generando un universo donde lo cotidiano se encuentra con lo onírico, y lo doméstico con lo teatral. Sus piezas narran historias de autoconocimiento, familia y memoria íntima, pobladas de personajes que parecen saltar del tapiz para interpelar al espectador.
Es el debut del artista en un museo de la envergadura del MMAMM. "Estoy agradecido y feliz por mostrar mi obra por primera vez en una exposición de estas características, junto a grandes maestros", expresó el artista en la apertura de la muestra.
La curadora de la muestra de D'Ulivo, Mariel Matoz, concluye en su labor que "Mariano dibuja con la máquina de coser y con la aguja la sabiduría de la noche y la experiencia de la piel en constante transformación; en el despliegue del movimiento su arte hace estallar de luces nuestros imaginarios como un show que no quisiéramos que termine jamás".
Una tienda como epílogo para llevarnos arte mendocino
Como parte de este momento memorable, el MMAMM inauguró la Tienda Pieza, un espacio donde los visitantes pueden llevarse obras o productos que condensan la esencia del arte mendocino.
Se trata de un fragmento del arte contemporáneo local, disponible para tocar, contemplar y conservar, como recuerdo tangible de un instante que ya es historia viva.
Con estas cuatro muestras y la tienda que las acompaña, el MMAMM se confirma como un faro de la creatividad en Mendoza: un lugar donde generaciones se encuentran, disciplinas dialogan y la memoria artística se reinventa, mientras la ciudad celebra el latido de su propia historia visual.
Cual vidriera de chocolatería que nunca llega a empalagar, el museo de la plaza Independencia alberga el pasado y el presente del arte local en una conjunción de exposiciones que iluminan su futuro.
Las muestras pueden visitarse de miércoles a viernes de 10 a 19; sábados, domingos y feriados de 16 a 20, en el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza (MMAMM, Espacio Cultural Plaza Independencia, subsuelo, Ciudad). Están abiertas al público hasta el 7 de diciembre y la entrada es gratuita.
Bajo la luz de Rosales, la gesta de Sarelli, las imágenes sónicas de Barbuzza y las faunas bordadas de D'Ulivo, la Ciudad de Mendoza rinde tributo a su propio patrimonio creativo: un legado que sigue latiendo, reinventándose y emocionando a las viejas y nuevas audiencias por igual.















