La fiscal Claudia Ríos convocó a la prensa este martes por la tarde para dar su perspectiva sobre el ataque de un detenido que se produjo en plena audiencia dentro del Polo Judicial el pasado 13 de septiembre.
La fiscal Claudia Ríos convocó a la prensa este martes por la tarde para dar su perspectiva sobre el ataque de un detenido que se produjo en plena audiencia dentro del Polo Judicial el pasado 13 de septiembre.
La fiscal dijo que no ha hecho declaraciones públicas y que hasta ahora sólo ha hablado sobre el caso con la fiscal de turno.
"He mantenido el silencio hasta ahora por dos razones: el señor procurador de la Corte me recomendó preservarme, justamente porque soy víctima de un hecho. Además de eso, la causa estaba bajo secreto. Al levantarse el secreto de las actuaciones es que he podido hablar hoy con ustedes", relató la fiscal.
Acto seguido, se refirió a su declaración ante la Justicia, que se realizó casi simultáneamente con la de otros 8 testigos. "Declaré el 13 de septiembre a las 12.08 junto a todos los testigos de la causa (...) Y lo que voy a relatar es coherente con el resto de los testimonios", agregó.
Junto a la fiscal estaban el procurador de la Suprema Corte de Justicia, Alejandro Gullé, y la fiscal adjunta Paula Quiroga. El colega Emilio Medina, de Radio Nihuil, estaba allí para cubrir el evento.
"La audiencia se fijó en la sala 25 (...) Yo advertí una situación junto a la doctora Ximena Morales (defensora): la sala era muy chica y solamente había una celda", recapituló Ríos.
"Debíamos tener en cuenta que se encontraban frente a frente víctimas y acusados; y había algunos de los protagonistas que tenían medidas de protección (ante el riesgo de agresiones). Por lo tanto, le comenté al juez que me parecía una sala pequeña y que no había condiciones para llevar adelante la audiencia (...). Así, se decidió pasar a la sala 15", subrayó.
"Quiero que sepan que hay dos momentos, uno dentro de la sala y otro afuera. Se procedió a tomar declaración a la víctima, que -como los acusados- era un interno de Almafuerte (...) Se pidió un cuarto intermedio (...) Yo percibí ya en ese momento una situación un poco hostil", siguió Ríos.
Y comentó: "No sé por qué yo tenía un gas pimienta en mi cintura. Jamás lo he usado excepto esta vez. Lo cierto es que observo que hacia mi derecha, donde se encontraban Bracamonte y Arredondo -acusados- ellos estaban sentados y pedían ir al baño. Me llamó la atención que siendo una audiencia tan corta todos quisieran ir al baño".
Así continuó la narración de Ríos: "Cuando Bracamonte se levanta con las manos hacia atrás (...) es que Arredondo viene corriendo hacia mi persona. Esto que estoy diciendo lo percibieron y está en las declaraciones de todos los testigos. En ese momento yo le vi algo gris que tenía en la mano. Y vi que su mirada era hacia mí, como yendo hacia mi cuello y contra mi integridad física. Y lo que yo percibí, insisto, lo percibieron el resto de los testigos".
La fiscal recordó que en esa instancia trató de sacar su gas pimienta e intentó alejarse. "Son momentos de violencia extrema. En 33 años de servicio en la Justicia, jamás me ocurrió una situación así. Y todo sucedió en segundos", definió.
"Cuando esta persona se va afuera de la sala es que yo me voy hacia allá con el gas pimienta en la mano. Lo hice porque adelante de Arredondo había una alumna que estaba haciendo sus pasantías y al salir nos encontramos con Arredondo en el pasillo, agarrando a la joven, tirados boca arriba, él aferrando el cuello de ella. Apunté el gas pimienta (...) y lo activé", retomó la fiscal.
Ríos reveló que empezó a rociar la cara de Arredondo con el gas pimienta hasta que soltó a la chica. "Ahí vi que se le cayó una chuza. Eso gris que yo había visto antes, que percibí que me quería tirar, resultó ser una chuza. Arrendondo soltó a la chica (...). Y yo le di el gas pimienta a un efectivo para que le siguiera rociando la cara, porque el interno continuaba resistiéndose a la aprehensión".
"Lo que no quiero que salga del foco de atención es que estuvimos en riesgo. No la fiscal Ríos, sino todos los que estábamos en la sala", concluyó la magistrada, antes de agradecer a quienes se solidarizaron con ella y "con todos los que estuvieron en riesgo en esa sala".
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El hecho ocurrió en la sala 15 del Polo Judicial de Mendoza, donde el miércoles 13 de septiembre comenzó el juicio contra tres presos que están acusados de intentar a asesinar a otro recluso del penal de Almafuerte a mediados de julio de 2019. En el lugar se encontraban el juez Mauro Perassi, la fiscal de Homicidios Claudia Ríos y la defensora oficial Ximena Morales, además de público presente.
Según la información que trascendió hasta el momento, uno de los sospechosos identificado como Hugo Eduardo Arredondo (37) logró eludir el accionar del personal del Servicio Penitenciario que los custodia, empuñó un arma blanca y comenzó a correr.
Sorprendentemente, el reo -un peligroso homicida- no tenía las esposas puestas. Salió de la sala y aparentemente intentó tomar como rehén a una persona del público, que es una estudiante de Derecho, para escapar del lugar. Pero la acción tuvo su fin por el accionar de las fuerzas de seguridad y por la propia fiscal Ríos que le habría arrojado gas pimienta.
Respecto de cómo el atacante logró ingresar a la sala con un arma blanca, se sospecha que hubo alguna falla en la cadena de controles, por lo que al menos 8 penitenciarios están siendo investigados y fueron pasados a disponibilidad ocho -por lo que cobrarán la mitad del sueldo mientras dure la pesquisa-.
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Arredondo estaba imputado por tentativa de homicidio y por dos hechos de lesiones leves. Esa primera hipótesis, que surgió en base a una decena de testigos que declararon en la causa, apuntó a que el preso intentó apuñalar con una chuza a la fiscal Ríos y luego, en un forcejeo posterior, terminó hiriendo a dos empleados judiciales que trataron de reducirlo.
Esta versión fue cambiando a medida que avanzó la pesquisa, particularmente cuando se incorporaron al expediente los videos que quedaron registrados en las cámaras del Polo Judicial Penal. En las imágenes se puede observar que el atacante corrió en dirección a la fiscal Ríos pero no logró acercarse para lanzar la puñalada, por lo que escapó al pasillo del edificio donde terminó en el suelo con una pasante de Derecho y reducido gracias al accionar de las fuerzas de seguridad y de la propia fiscal, que le arrojó gas pimienta.
Más tarde, la fiscal que investiga el caso, Andrea Lazo, -junto al jefe de Homicidios, Fernando Guzzo- decidieron cambiar el avoque a tentativa de evasión, es decir, que Hugo Arredondo intentó escapar de las autoridades en esa secuencia. De esta forma se le quitó la tentativa de homicidio y las dos lesiones están contempladas dentro de la propia calificación legal.
Ese delito tiene una pena máxima que no alcanza el año de prisión, aunque en la práctica es indiferente ya que Arredondo se encuentra purgando una condena a prisión perpetua.
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