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Unas 20 ceremonias de casamiento sin invitados se dan en temporada alta en Mendoza, que es entre febrero y abril.
Foto: Gentileza Leo Furio
Jennifer Lopez y Ben Affleck, Kourtney Kardashian y Travis Barker, Demi Moore con Bruce Willis, Gwyneth Paltrow junto a Chris Martin y Penélope Cruz con Javier Bardem son algunas de las parejas famosas de Hollywood que instauraron esta forma de enlace, conocida como "bodas de fuga" o "elopement wedding".
En su mayoría son casamientos simbólicos, surgen con el propósito de escaparse del lugar donde viven los novios para casarse en secreto; pero con el tiempo ha perdido esta esencia; y también se da en matrimonios que quieren renovar su compromiso de amor o en quienes se comprometen a casarse.
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Cómo y por qué surge este tipo de casamientos sin invitados
Este tipo de bodas data del siglo XVII, se les llamaba "bodas de fuga" para describir a una pareja que huía para casarse en secreto debido a la desaprobación familiar. Con el tiempo, resurgió debido a la Gran Depresión de los años '30, sobre todo en Estados Unidos donde los futuros esposos buscaban una forma más asequible de casarse sin las presiones financieras de una fiesta tradicional.
La "elopement wedding" evolucionó como una alternativa de enlace más sofisticado e íntimo a las fiestas de casamiento tradicionales. Y quienes la eligen rescatan su autenticidad y sentimiento a flor de piel a la hora de jurarse amor eterno. Estiman que en Mendoza se dan alrededor de 30 ceremonias de este estilo por temporada, siendo el otoño la época del año más requerida.
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La wedding planner Marina Cook organizó esta ceremonia de casamiento sin invitados de una pareja brasileña en Cavas Wine Lodge.
Foto: Gentileza Gustavo Savelli
Después de la pandemia por Covid-19 esta tendencia creció a nivel mundial, y ya lejos del estrellato sino más bien en parejas anónimas que invierten varios miles de dólares para venir a Mendoza, sellar su amor en solitario y de paso tomarse unos días para hacer turismo.
Estas bodas suelen realizarse fuera de una institución y por ello es habitual que la pareja deba, antes o después, acudir al juzgado de su lugar de origen para formalizar el matrimonio.
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La experiencia de una ceremonia íntima, en primera persona
Evandro y Bruna son brasileños y tuvieron en Mendoza su celebración íntima y minimalista para comprometerse antes de unirse en matrimonio. Él es de San Pablo y ella, de Río Grande do Sul; y tras la experiencia que vivieron en Mendoza tienen muchas ganas de volver para concretar formalmente el enlace.
"Fue la propuesta de boda lo que hicimos solos en Mendoza, ahora estamos arreglando las cosas para el casamiento y nos gustaría que sea allá pero no es fácil concretarlo, estamos definiendo el lugar porque acá sale costoso hacer una fiesta", relata a Diario UNO el brasileño Evandro Gottsfritz, mientras su futura esposa Bruna Guma acota: "Deseamos un día mostrar las fotos a nuestros futuros hijos, contar la historia de ese día tan especial y volver a Mendoza en familia".
Después de su vivencia en una bodega local, los novios manifiestan que "en Mendoza se quedó un lugar ultra especial en nuestras vidas, la gente fue muy amable, el lugar romántico con excelentes vinos y una comida maravillosa; fue una experiencia única que combina un paisaje exuberante con un excelente servicio".
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En Finca Decero fue hecha la propuesta de casamiento de Evandro a Bruna. De Brasil viajaron para comprometerse en agosto del año pasado.
Foto: Gentileza Gustavo Savelli
Lo que ellos destacan es haber podido comprometerse en un entorno de bodega, con la nieve en las montañas de fondo, y para ello eligieron agosto del año pasado y Finca Decero como el momento y el lugar ideales. "Gustavo (por el fotógrafo mendocino, Gustavo Savelli) nos ayudó a la distancia a escoger el mejor lugar para las fotos, que pudieron eternizar todo el sentimiento único en la propuesta de casamiento".
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El pedido de casamiento se hace también en Mendoza
Quien tiene experiencia en ofrecer bodas de destino a brasileños es Marina Cook. Ella trae a Mendoza parejas de Brasil para comprometerse, como Evandro y Bruna. La experta afirma que "el pedido de casamiento para los brasileños es un ritual tan importante como el casamiento en sí mismo, y generalmente se da en un viaje, en una situación sorpresa; por eso hay empresas que se dedican únicamente a organizar ese momento".
Además del pedido de casamiento, la wedding planner también se dedica a organizar lo que ella llama "el casamiento a dos", que se da con novios que pasan 4 o 5 días en Mendoza y aprovechan para hacer una ceremonia simbólica de boda.
Marina, por ejemplo, ahora está organizando la visita de otra pareja brasileña que convive hace tiempo y quiere una ceremonia para su unión en medio de unas vacaciones que se tomarán aquí por 10 días. "Les hacemos una programación turística, y en uno de esos días haremos la ceremonia en Salentein; para ellos la producción de fotos es clave y Mendoza les ofrece el mejor paisaje y el mejor servicio tanto en imágenes como en video", comenta Cook quien es de Buenos Aires, tiene más de 15 años de trayectoria, se especializó en bodas de destino en Punta del Este, Uruguay, y trasladó la experiencia a Mendoza.
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En Argentina, Marina percibe que no está muy incorporado esto de casarse en otro lugar diferente al de residencia, "pero en Punta del Este el 90% de los casamientos son bodas de destino, así como en otras partes de Latinoamérica". Ella hace 8 años empezó en Mendoza a instalar este concepto y sumar a la provincia en la oferta de lugares para casarse.
No es lo mismo este tipo de casamiento a una boda que por lo general tiene entre 100 a 250 invitados, tiene otro impacto, los proveedores acá fueron especializándose porque los necesitás durante 4 o 5 días No es lo mismo este tipo de casamiento a una boda que por lo general tiene entre 100 a 250 invitados, tiene otro impacto, los proveedores acá fueron especializándose porque los necesitás durante 4 o 5 días
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En estas ceremonias, el foco está puesto en las imágenes
Gustavo Savelli y Leo Furio son dos de los fotógrafos mendocinos que se dedican a cubrir las "bodas de fuga" y cuentan las diferencias respecto a las fiestas de casamiento. Durante la ceremonia, ellos son también protagonistas ya que el foco está puesto en los retratos que de ese momento único puedan surgir. Así como se convierten casi en los únicos invitados y testigos de la declaración de amor.
Savelli hace entre 4 a 5 bodas de este estilo por temporada, el presupuesto es casi el mismo que para una boda tradicional y sus clientes son extranjeros. No cree que las parejas de afuera elijan Mendoza porque les salga más barato. “Estos eventos se mueven con precios internacionales, les sale lo mismo venir acá que hacerlo en Suiza o en el Caribe”, sostiene.
El experimentado fotógrafo aclara, eso sí, que se trata de "eventos top, de alta gama", y ve que las parejas son en su mayoría amantes del vino. Los únicos testigos de la boda aquí "somos el fotógrafo, el celebrante y el paisaje, nada más".
La pareja decide hacer un viaje para casarse en la intimidad, ellos solos, y hasta transmiten su boda a su familia. Mendoza tiene muy buena recepción como destino de boda y para este estilo de bodas en particular La pareja decide hacer un viaje para casarse en la intimidad, ellos solos, y hasta transmiten su boda a su familia. Mendoza tiene muy buena recepción como destino de boda y para este estilo de bodas en particular
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El entorno de viñedos, predilecto para la elección del lugar a la hora de realizar una ceremonia de enlace sin invitados.
Foto: Gentileza Gustavo Savelli
Aporta que "más que nada los novios buscan un paisaje, tener un lugar atractivo, que las fotos de su boda se vean en un lugar mágico". Y que son elegidos hoteles con bodega por una cuestión de que la pareja "se cambia cada cual en su habitación y salen y hacen esa ceremonia entre viñedos".
Confirma que en este tipo de ceremonias de boda "no hay cura ni nada por el estilo, puede ser hasta la misma wedding planner la que oficie de ceremonialista; es algo simbólico y tiene un aspecto muy sentimental". De allí que Savelli prefiera este tipo de trabajos a una sesión de enlace tradicional, ya que para él "todo es muy sentido, muy emocionante e impactante a la vez; los novios terminan llorando, hay abrazos, se dicen cosas... hay corazón".
Para su desarrollo profesional se inclina por las bodas íntimas porque "puedo retratar mejor el verdadero sentimiento que está más a flor de piel". Y dice que en este contexto se encuentra "con millones de historias para fotografiar".
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¿La organización?: igual que cualquier otra boda
El evento también tiene su circuito, como un casamiento tradicional. Comienza con los preparativos, después cómo se prepara cada uno de los novios en sus habitaciones. Se hace un "start look", primer encuentro de la pareja antes de ir al lugar de la ceremonia donde el novio descubre a la novia con su vestido. Luego de la ceremonia, se pasa a la cena o almuerzo con el brindis y el corte de torta incluido.
El tiempo de un evento así puede llevar entre 4 a 5 horas de trabajo para el fotógrafo.
Leo Furio es un talentoso fotógrafo de bodas que a sus 29 años ya lleva una década de experiencia y ha realizado más de 100 producciones en casamientos. Hace un par de semanas subió a su cuenta en Instagram su primera "boda de fuga" y el posteo explotó de "me gusta", comentarios y sobre todo, consultas que le han llegado desde Paraguay, Bolivia y Perú. Era el casamiento de una pareja estadounidense y en este video resumió Leo su experiencia.
Por lo general, las parejas aprovechan una escapada a Mendoza y se casan, "después capaz vuelven a su lugar de origen y hacen la fiesta con invitados y todo el show, o algunos vuelven a Mendoza para hacer ese casamiento más típico", cuenta Leo Furio.
Para todos lo que nos dedicamos a las bodas, es una muy buena noticia que Mendoza sea punto en las bodas de destino, porque es tenemos un mercado internacional a 30 minutos de nuestra casa Para todos lo que nos dedicamos a las bodas, es una muy buena noticia que Mendoza sea punto en las bodas de destino, porque es tenemos un mercado internacional a 30 minutos de nuestra casa
En cuanto a la organización de una producción para este tipo de eventos, el fotógrafo admite que "no tenemos una instancia previa para charlar, a lo sumo una videollamada muy expeditiva para hablar cosas puntuales, ya que son siempre parejas del extranjero". Entonces dice que se prepara igual que cualquier otra boda, pero con una certeza: "Tendré solamente dos personas para retratar".
El make up, el ramo de flores, la ambientación, un músico en la ceremonia -generalmente, un violinista o saxofonista-, todo está estipulado por la organización de una boda sin familia ni amigos. Aunque las hay así de íntimas con a lo sumo 20 o 30 invitados.
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Clave para las "bodas de fuga": tener todo en un mismo lugar
La gama de lugares que brinda Mendoza es cada vez más variada, con bodegas que en sus fincas incluyen una casa de huéspedes (u hotel boutique) y restaurante de categoría, además de sus impactantes entornos naturales. Valle de Uco y Luján de Cuyo son las locaciones más elegidas.
Montequieto, por ejemplo, ofrece vivir la experiencia romántica en un convento del 1800. "Lo que buscan es tener una experiencia más íntima, conectar con lo que es el evento en sí, la ceremonia de lo que es casarse en otro lugar, con el impacto que genera hacerlo en plena naturaleza", afirma Giuliana Anahí Pérez Giudici, responsable de los eventos de la bodega ubicada en Agrelo (Luján) que cuenta con hotel y restaurante.
Las personas que buscan este tipo de bodas no quieren hacer una fiesta con muchos invitados, es una experiencia con la naturaleza, con la parte gastronómica y el vino, con lo que representa la tierra de Mendoza Las personas que buscan este tipo de bodas no quieren hacer una fiesta con muchos invitados, es una experiencia con la naturaleza, con la parte gastronómica y el vino, con lo que representa la tierra de Mendoza
Giudici coincide en que "la gente que busca este tipo de experiencias no es joven, son más grandes, que renuevan los votos o parejas con hijos que deciden casarse". Y de su experiencia observa que "los novios, o al menos uno de ellos, es apasionado por el vino o por la montaña".
Para la mujer, los futuros matrimonios se sienten atraídos por "la calidez que le genera estar en un espacio chico, que no es un salón de fiestas, y los servicios exclusivos que le podemos brindar; además de todo lo que implica hacer el viaje para descubrir Mendoza". Además, Giudici advierte "una tendencia a desestructurar lo que era la institución del casamiento en otro momento; ya no tiene la relevancia o la connotación social que tenía en otra época".
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El casamiento como un símbolo más que una institución
"La última boda que tuvimos era una pareja que ya tenía una hija, que tenían una historia súper linda, eran amigos y después de muchos años decidieron unirse y querían hacer la ceremonia e invitaron a los padres, a sus hermanos y nada más. Era una familia constituida, querían hacer la ceremonia como un símbolo", relata la responsable de eventos de Montequieto.
Y también revela que recibieron la consulta de "dos chicas de Perú que se quieren casar y no pueden hacer la boda en su país, pero sí les está permitido acá; entonces vienen a pasar los cinco días que les pide la ley para hacer una unión y traen el juez desde su país".
Si bien el mercado de los eventos nupciales está copado por parejas extranjeras, los consultados por Diario UNO anuncian que hay una tendencia de turistas nacionales -de Buenos Aires, Rosario y Córdoba, principalmente- que vienen a casarse a Mendoza. Y aquí, aprovechando la estadía y los pocos invitados, realizan la preboda, la boda y la postboda.
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Entre barricas de madera y con aroma a vino mendocino deciden hacer su "boda de fuga" las parejas extranjeras.
Foto: Gentileza Gustavo Savelli
Verónica Sánchez, gerenta de operaciones de Chozos Resort, percibe que Mendoza se instala también como destino para renovar los votos del casamiento: "Se usa mucho en los americanos, es algo muy íntimo porque es entre dos personas, la pareja nada más".
La preboda es una ceremonia en el mismo hotel y la boda se celebra en otro lado, es decir, "como que hacen dos festejos, reservan como mínimo tres noches, la primera noche están en el hotel relajados y al segundo día ya se tiene todo planificado para lo que sería la preboda, está todo armado para una fiesta igual y después al otro día es la ceremonia del casamiento", describe Sánchez, de Chozos Resort que se encuentra en Ugarteche (Luján).
La gerenta de Chozos asegura que para este tipo de eventos "es grande el mercado brasileño y el americano", y que las "bodas de fuga" vinieron para quedarse "y colocar con más innovación los eventos, siempre combinando todo lo que es la tendencia de la naturaleza, el paisaje, la montaña, y por supuesto, el tema de los vinos y la gastronomía".
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El interés de los argentinos por las "bodas de fuga"
Silvia Bodiglio es wedding planner y lleva 24 años organizando bodas en Mendoza. Las primeras de este estilo que se le presentaron fueron en el 2007, pero dice que ahora son "cada vez más habituales".
Respecto a la organización de una ceremonia tan íntima y especial, Silvia destaca que “uno capta e interpreta lo que quieren los novios, y a partir de ahí se les arma una propuesta con las opciones de servicios o lugares que ellos están soñando o que tienen preferencia”. Y siempre recomienda "hacer todo en un mismo lugar -el enlace, alojarse y la cena o el almuerzo románico-, porque la idea es que no pierdan tiempo trasladándose de un lado a otro".
Al tratarse de un turismo internacional, la modalidad para convenir detalles del evento con los novios se da a través de videollamadas, "si es que no pueden hacerse una escapada antes de la boda", aclara Bodiglio, quien considera que Mendoza se va posicionando como destino en las bodas sin invitados, "ahora estamos en una situación complicada y se nota el estancamiento en el turismo en general", lamenta.
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A Silvia Bodiglio le ha tocado ser la celebrante en estas "bodas de fuga" en Mendoza. Aquí, emocionada tras el "sí" de Juliano y Simone.
Foto: Gentileza Juan Aquila
Las parejas buscan esta alternativa, la prefieren a hacer una mega fiesta y gastar, a lo mejor, el mismo dinero en su lugar de origen Las parejas buscan esta alternativa, la prefieren a hacer una mega fiesta y gastar, a lo mejor, el mismo dinero en su lugar de origen
En su larga trayectoria, a la wedding planner mendocina le llama la atención el creciente interés de novios argentinos que vienen a casarse a Mendoza. "Ahora estoy atendiendo a una pareja que vendría a casarse sola, con su nena de 4 años; son de Misiones", revela quien además tiene dos "bodas de fuga" de novios de Buenos Aires para los próximos meses.
En temporada alta, Silvia suele organizar unas 12 "bodas de fuga". Y en su experiencia hasta le ha tocado oficiar de agente de ceremonia o celebrante.
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La boda sorpresa de un futbolista y los que se casaron descalzos
Silvia Bodiglio, entre sus anécdotas, rescata una "elopement wedding" que organizó para "un jugador de fútbol conocido de un equipo importante de Buenos Aires, que no voy a decir el nombre porque me pidieron discreción".
Bodiglio rememora: "Se casaron en secreto, organizaron su casamiento simbólico en Mendoza, en vísperas de Navidad. Invitaron a la familia íntima con la excusa de pasar las fiestas acá y de paso festejar el cumpleaños del padre de la novia. Se armó la ceremonia de boda como sorpresa. La familia no se lo esperaba, no lo podía creer. Tenían ahí la libreta roja del casamiento por civil que en secreto habían hecho en Buenos Aires y acá se enteraron, fue hermoso".
Este tipo de enlaces para Silvia reflejan “el amor más puro, más sentido o más franco que no se pueden ver en las megas fiestas de casamiento”.
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La naturaleza de montaña, el fotógrafo y quien organiza la ceremonia son testigos de lujo en las "elopement wedding".
Foto: Gentileza Leo Furio
Aparte, en esos momentos tan emotivos se genera un vínculo con todo el equipo que produce la ceremonia. Sobre todo con quien está al frente de la organización. Por eso, Silvia Bodiglio ha establecido lazos de amistad con varias de las parejas que han realizado en Mendoza su "elopement wedding".
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Silvia Bodiglio organizó esta boda sin invitados, con un perro de testigo ante la felicidad de los novios.
Foto: Gentileza Gustavo Savelli
Entre los recuerdos imborrables está el de "una chef brasileña que se casó y vino con su pareja y sus dos hijos". Y narra: "Pedimos que un padre bendijera ese momento, se generó una relación muy linda con esta pareja. Cuando estaban por salir de ambas habitaciones, él con el nene y ella con su nena, sale ella y me muestra sus pies descalzos como pidiéndome mi aprobación, la nena también estaba descalza. Me emocioné, porque fue genuino, todo despojado de lo material; estaban los 4 descalzos, esa boda no me la olvido más".
Una ceremonia de bodas con "estilo criollo"
Franco Yancarelli es wedding planner pero prefiere que lo llamen "event manager". Tiene 37 años y hace 11 se dedica a la organización de casamientos, sobre todo de "bodas de fuga" que realiza entre 18 a 20 por año, y ya tiene bodas sin invitados vendidas hasta diciembre del 2026.
Para Yancarelli, Mendoza "está número uno entre las bodas de destino a nivel nacional, compitiendo con Bariloche, Villa La Angostura y Cafayate en Salta".Y esto es, según él, gracias a que aquí "tenemos una mayor cantidad de locaciones, con mejores vistas y, sumado a eso, nos acompañan muy bien el tema de proveedores".
Se refiere a los servicios de catering, bartenders, técnica de iluminación, imagen y video; mobiliario y ambientación, entre otros rubros que abarcan el despliegue de una "boda de fuga".
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El brindis y hasta el corte de torta se mantienen en las "bodas de fuga" de extranjeros que eligen Mendoza para vivir la experiencia entre viñedos.
Foto: Gentileza Gustavo Savelli
En Mendoza estamos súper capacitados y tenemos un montón de gente muy profesional en todos los rubros que abarca la organización de un evento En Mendoza estamos súper capacitados y tenemos un montón de gente muy profesional en todos los rubros que abarca la organización de un evento
"Mendoza tiene una calidad excepcional y por eso también estamos teniendo mucha gente de afuera que viene a casarse", remarca quien tiene clientes de Estados Unidos, Chile, Perú, México y algunos países europeos.
Lo que identifica las bodas de Franco son su estilo criollo, utiliza materiales autóctonos en decoraciones que representan la cultura de nuestra región. “Es algo más campestre, por así decirlo, tratando de que esa pareja que viene a casarse a Mendoza se lleve una idea de lo que es nuestra cultura, nuestra identidad", concluye.
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