Fue distinguido por el Senado

Francisco Aguiar, el médico mendocino que trabaja en misiones humanitarias por el mundo

El mendocino Francisco Aguiar tiene 27 años, es médico traumatólogo y lleva dos años dedicándose a labores humanitarias en África y también en su país

Con sólo 27 años, el médico traumatólogo Francisco Aguiar ya encontró su destino profesional. Sabe a lo que quiere dedicarse dentro del campo de la salud; y al terminar la residencia en su Mendoza natal, suma experiencias en misiones humanitarias por el mundo. Porque el sentido que le encuentra a su carrera es volver al origen social de la medicina.

Con su abuelo y su papá, Francisco Aguiar viene de una cuna de médicos que se traslada a dos de sus hermanos menores; estudió en la UNCuyo y gracias a su desempeño enseguida accedió a becas para perfeccionarse en el exterior. En Alemania conoció a su primer padrino, el cirujano plástico John Barker, quien le abrió el camino hacia lo que a él más le apasiona: ejercer la medicina en labores humanitarias para quienes más lo necesitan, donde sea que estén, sin distinción de razas, género ni religión.

Así fue como desde el 2022 es el único argentino en pertenecer a la Fundación Mission Plásticos, con sede central en Estados Unidos, que brinda servicios sanitarios en todas partes del mundo, dedicándose a mejorar vidas mediante la cirugía plástica reconstructiva. Y fue por sus misiones humanitarias en Kenia (África) así como en su propio país, en la provincia del Chaco, que el joven traumatólogo mendocino recibió una distinción legislativa. Algo que no hace más que honrarlo y reafirmar el propósito esencial de la medicina: estar al lado del paciente y generar vínculos humanitarios.

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Francisco Aguiar fue reconocido esta semana por parte del Senado provincial. Lo distinguieron gracias a su labor médica solidaria.

Francisco Aguiar fue reconocido esta semana por parte del Senado provincial. Lo distinguieron gracias a su labor médica solidaria.

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Este proyecto solidario que lleva adelante Francisco Aguiar tiene también un objetivo educativo, de formación de profesionales en atención médica en contextos desfavorables, como puede ser un lugar en guerra o de pobreza extrema, o bien poco accesibles a prestaciones sanitarias para esa comunidad.

Para este año la Fundación planifica una misión en México y otra que aún no se define si volverá a ser Kenia o -lo que él pretende- vuelva a la Argentina, más precisamente, a Mendoza. "Mi sueño es armar una misión aquí, en la periferia de Mendoza, hay muchas necesidades de asistencia médica", desea Francisco Aguiar.

Realizó un centenar de operaciones en misiones humanitarias

La Fundación Mission Plasticos fue creada hace 25 años por el reconocido cirujano plástico estadounidense Larry Nichter, quien apadrina al joven médico mendocino en estas labores humanitarias. Tanto en el Chaco como en la comunidad africana de Kenia, Francisco Aguiar realizó con éxito, en menos de 10 días que dura cada misión, más de 50 intervenciones quirúrgicas, mejorando la calidad de vida de esos pacientes.

"Fueron unas 53 operaciones en Kenia y 56 en el Chaco, aproximadamente; las misiones son muy intensas, entramos de 8 a 10 veces por día al quirófano", detalla el médico acerca de la modalidad de trabajo en acciones solidarias que ofrece a través de esta Fundación internacional.

Y varias de esas personas que fueron curadas por Aguiar, mantienen contacto con él. Porque si hay algo que más le apasiona de su profesión es el vínculo del médico con su paciente.

"Lo más lindo de esta profesión, y que sólo me lo permite al ejercerla en misiones humanitarias, es la relación médico-paciente, sin intermediarios. Me atrapa esto porque me permite volver a la pureza de la medicina, a sus orígenes". "Lo más lindo de esta profesión, y que sólo me lo permite al ejercerla en misiones humanitarias, es la relación médico-paciente, sin intermediarios. Me atrapa esto porque me permite volver a la pureza de la medicina, a sus orígenes".

Le pasó en el Hospital Level 5 de Nakuru, en Kenia, África. "Ahí no hay prepaga, no hay ART, no hay nada económico ni nada. Es simplemente una persona que tiene un problema de salud, que busca que se lo resuelvan, y es un 'nadie' que lo resuelve de forma directa; eso es muy lindo", declara el joven galeno.

Recuerda puntualmente en África, donde él y sus colegas afrontaron la idiosincrasia de sus habitantes. Así lo cuenta Francisco: "Había personas que tenían patologías muy impresionantes y avanzadas debido a la falta de una resolución médica temprana; por cuestiones culturales, económicas y de infraestructura del lugar".

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El médico describe que "la gente en África no acostumbra ir al médico, suelen acudir al chamán y el chamán trata de curar un tumor con perejil; entonces acuden al médico con tumores avanzados porque llega un punto de gravedad que comprenden el problema y ahí sí van a hacerse atender". Y pone como ejemplo una vivencia que resulta escalofriante: "A los niños, cuando tosen mucho, los padres los llevan al chamán para que con una cuchara caliente les corte la campanita de la garganta, se la cauteriza, se la quema para que deje de sangrar; por eso después se les suele cerrar la vía aérea respiratoria".

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El traumatólogo de 27 años sueña con hacer una misión humanitaria en su Mendoza natal.

El traumatólogo de 27 años sueña con hacer una misión humanitaria en su Mendoza natal.

En condiciones tan desfavorables, con pocos centros asistenciales colapsados para atender a 54 millones de habitantes que tiene Kenia, cuando llegan campañas humanitarias como las que realiza Aguiar "las filas de pacientes es enorme".

En las misiones también se capacita a médicos del lugar

Su tarea solidaria radica en la reconstrucción de lesiones, quemaduras severas, heridas de manos y diferentes malformaciones, defectos de nacimiento u originadas por accidentes. La falta de insumos y recursos para estos tratamientos hace que sea imposible de realizar por médicos del lugar.

Es la Fundación la que lleva los insumos necesarios para las intervenciones, lo que implica una logística compleja, acuerdos y organización. Los insumos y elementos utilizados luego se donan al hospital o institución médica donde se realiza la misión, además de capacitar a los cirujanos locales.

Lo que destaca el traumatólogo, único argentino integrante de Mission Plasticos, es justamente que entre los objetivos principales de la Fundación está el de la formación académica para médicos que trabajan día a día en cada lugar adonde se interviene, educando a sus pares.

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En una semana, Aguiar operó a más de 50 pacientes en Kenia (África), guiado por el experto cirujano plástico estadounidense Larry Nichter.

En una semana, Aguiar operó a más de 50 pacientes en Kenia (África), guiado por el experto cirujano plástico estadounidense Larry Nichter.

"Además de ayudar a la población local, ayudar al hospital, dejándole insumos médicos de muy alto valor, lo principal que proponen es educar a los médicos del hospital para que una vez que la Fundación se retire del hospital, se sigan realizando los procedimientos que vinieron a hacer", explica Aguiar, y destaca: "Tiene un impacto mucho más grande en la gente, en esa comunidad, que puede dar cualquier otra Fundación que vaya luego a operar o los propios profesionales que allí atienden; entonces tiene un propósito a largo plazo, es un verdadero cambio".

Y lo que celebra es que "los médicos del lugar están súper predispuestos a aprender, aprovechan la oportunidad de tener cirujanos de otras partes del mundo que tienen otros conocimientos, otras técnicas, otras formas de resolver lo mismo". Rescata entonces la "enorme hospitalidad" con que fue recibido tanto en África como en el Norte argentino.

Comprometido con el bienestar de cada paciente

Aguiar ganó en dos oportunidades consecutivas las Olimpíadas Nacionales de Medicina, un examen altamente competitivo que le permitió ser premiado y becado en la Universidad de Goethe, en Frankfurt, Alemania. Allí inició este recorrido que, según su perspectiva, continuará por el resto de su vida profesional.

Hijo de Gonzalo Aguiar, médico traumatólogo, y Verónica Pilutti, arquitecta, la familia de Luján de Cuyo vive con orgullo este presente de Francisco, quien a su vez tiene dos hermanos que siguen los pasos de la medicina: "Uno ya se recibió y el otro está en 3° año de la Facultad", apunta.

Cada viaje que emprende con la Fundación Mission Plasticos es una nueva oportunidad para crecer en experiencia y potenciar la labor social y benéfica que Francisco quiere aportar al mundo a través de la medicina.

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"Uno deja de lado un montón de cosas cada vez que tiene que ir a una misión, y no estar todo el tiempo acá trabajando también tiene sus secuelas", admite Francisco Aguiar, al tiempo que confiesa:

"Pero vale cada minuto y cada esfuerzo que dedico a estas misiones, porque es tan puro que a uno lo motiva a dejar todo de lado, la satisfacción y el honor son enormes, la gente lo agradece tanto". "Pero vale cada minuto y cada esfuerzo que dedico a estas misiones, porque es tan puro que a uno lo motiva a dejar todo de lado, la satisfacción y el honor son enormes, la gente lo agradece tanto".

En ese sentido, revela que suele compartir su contacto telefónico a los pacientes "y después me escriben todo el año", comenta para demostrar que no le interesa "ir a un lugar, operar y después desentenderme; lo más lindo es saber cómo le fue a cada paciente, las repercusiones positivas que trajo la intervención quirúrgica a su vida personal".

Es que al realizar cirugías gratuitas a personas desatendidas, con lesiones traumáticas, desfiguraciones como resultado del cáncer y deformidades congénitas, los equipos médicos voluntarios alivian el sufrimiento, tanto físico como emocional. Y apuntan sobre todo a la atención sanitaria de niños y jóvenes.

Una experiencia en el Chaco que aún lo conmueve

La provincia argentina del Chaco presenta una alta tasa de malformaciones como labio leporino, deformaciones de mano y pie, entre otras; por ello fue elegida por la Fundación que integra Francisco Aguiar para brindar intervenciones quirúrgicas gratuitas a la comunidad. Y en ese lugar participó el traumatólogo mendocino, quien se trajo de allí un vínculo especial con una de sus pacientes.

"Una chica de 27 años que operamos en el 2022 en el Chaco, tenía una malformación muy grande en su cara que hacía que nunca en su vida había dado un beso, había tenido un novio, había salido con ningún chic; y cada vez que subía fotos a las redes sociales se tapaba con un emoji la cara", relata Francisco. Y con satisfacción afirma: "Después de la cirugía, hoy esa chica tiene novio, es feliz, sube fotos sin emojis, orgullosa de su cara, no tiene problemas para relacionarse con los demás".

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El "antes y después" de su paciente chaqueña, la joven que operó de una malformación facial y que, a dos años de la intervención, sigue en contacto con ella.

Con ella, así como con otros pacientes que le tocó operar, el médico mantiene comunicación. Y respecto a las condiciones donde ejerce su tarea, Aguiar confirma que son centros sanitarios u hospitales precarios, con estructuras de larga data y muy poco mantenidos, que no pueden prestar el mejor servicio a su población si no reciben ayuda como las que brindan organizaciones internacionales sin fines de lucro. "La Fundación Mission Plastico evalúa en detalle cada lugar antes de decidir una misión, para que el trabajo valga la pena y sirva realmente a esa comunidad", sostiene el traumatólogo mendocino.

Y distingue: "El hospital en el Chaco tenía una infraestructura bastante abandonada, pero había tenido una buena inversión, aunque no se utilizaba al 100% de su capacidad. En cambio, en Kenia nos encontramos con otra infraestructura, más antigua y derruida. Todo eso influye en los procedimientos médicos que vamos a realizar".

El triage que se aplica en las misiones humanitarias

El mendocino Francisco Aguiar aclara que en las labores humanitarias médicas de las que él forma parte "no es que se opera a todo el mundo que venga a ser atendido". Detalla que en cada acción sanitaria que hace la Fundación a la que pertenece, se aplica un primer día de triage, es decir, "evaluamos a todos los pacientes, y en ese primer día de triage hay varias estaciones para ser aprobadas; una primera con los enfermeros, una segunda estación con los cirujanos y la tercera es con los anestesistas".

De este modo, el equipo médico evalúa los datos generales del paciente (peso, talla, filación), después se pasa a la evaluación de los cirujanos "donde vemos el grado de avance de la enfermedad y cómo puede llegar a ser el postoperatorio de ese paciente, ahí vemos si los médicos locales van a ser capaces de llevar a cabo el control postoperatorio adecuado".

Y de ahí se pasa a la estación de anestesia donde se pone a consideración "el riesgo anestésico y qué tan factible es que ese paciente sea sometido a un procedimiento quirúrgico, o no".

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El joven doctor Aguiar junto a una colega y uno de sus pacientes en Kenia (África).

El joven doctor Aguiar junto a una colega y uno de sus pacientes en Kenia (África).

Una vez que se alcanza esta triple aprobación del triage, dependiendo la prioridad de cada cirugía, se diseñan las operaciones quirúrgicas dentro de esa semana o hasta los 10 días que puede extenderse la misión del equipo médico.

La tercera misión: ¿Mendoza?

La ilusión de Francisco Aguiar es poder concretar una misión en su provincia natal. Y para ello está trabajando, buscando lugares indicados y estableciendo contactos entre Mendoza y la Fundación internacional Mission Plasticos para la que trabaja.

"Se está evaluando, acabo de intercambiar mails con el líder de la Fundación y me estaba diciendo que le interesa mucho Mendoza", anuncia entusiasmado el médico mendocino. Sin embargo, no es fácil cumplir los deseos. "Debemos buscar sponsors, la Fundación ya tiene programada una misión a mitad de año en México, adonde yo no voy a ir, porque creo que iré a otra que haremos en Kenia, también este año", anticipa.

Y destaca que "siempre se trata de hacer una misión en la Argentina, para lo cual se está buscando apoyo local; pero hay varias etapas por cumplir y suele pasar un tiempo desde que se propone un lugar hasta que se lleva a cabo, incluso el líder Larry Nichter visita cada lugar para chequear que sea el indicado".

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¿Y qué condiciones tiene que tener ese espacio de atención médica? "Tiene que tener cirujanos y médicos que quieran aprender, eso es lo principal; después, quirófanos que puedan disponerse para las intervenciones y realizar un buen volumen de cirugía para ayudar a la mayor cantidad de gente posible de esa comunidad".

En relación a esta situación de los profesionales de la salud de su país, Aguiar considera: "Espero que las condiciones de trabajo para los médicos acá mejoren, para que cuando se reciban apunten a quedarse en el país y no a irse a España, Chile o Estados Unidos como ocurre hoy con médicos brillantes".

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