A la espera de que aprobarse la única oferta por 85% de las acciones, IMPSA encara la recta final de su privatización en rojo. En lo que va del año su patrimonio registró pérdidas por $56,6 mil millones según un balance reciente.
A la espera de que aprobarse la única oferta por 85% de las acciones, IMPSA encara la recta final de su privatización en rojo. En lo que va del año su patrimonio registró pérdidas por $56,6 mil millones según un balance reciente.
Al repasar los números puede entenderse por qué ARC Energy, la firma norteamericana que quiere quedarse con el control de IMPSA, se tomó casi 3 meses para analizar el pasivo y formalizar su propuesta económica.
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El balance al 30 de setiembre confirma que 2024 fue complejo para la multinacional mendocina. No lo había iniciado mal: su patrimonio neto declarado al 31 de diciembre pasado era de $37.640.751.000.
Sin embargo, los siguientes 9 meses fueron en declive. De hecho, los estados financieros presentados ante la CNV (Comisión Nacional de Valores) exponen un saldo negativo de $18.993.803.000, es decir, que los pasivos superan a los activos en esa proporción.
Está claro que IMPSA necesitaba una inyección de capital para seguir adelante. Y si bien venía de reestructurar una deuda millonaria, para la empresa aún en manos del Estado la "macro" de la gestión de Javier Milei le hizo mella.
¿Cómo se componen las pérdidas por $56.634.554.000? ¿Qué factores transformaron su patrimonio neto positivo en negativo?
Desde la firma lo atribuyeron a los costos financieros, que representan un 40%.
El segundo factor: el impacto del Impuesto a las Ganancias que, incluido el pago diferido, totalizó $36.677.619.000.
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La macro, otra vez presente. Es que con contratos en dólares, la devaluación del 20,04% en nueve meses no le rindió a la firma mendocina. Sobre todo frente a una inflación acumulada del 101,64% según el IPC medido por INDEC.
"Esta enorme dispersión de variables económicas impactó de manera negativa y muy significativa en el cálculo del ajuste por inflación impositivo en la provisión del impuesto a las ganancias y, por lo tanto, sobre el monto del rubro Pasivo por impuesto diferido", resumió Fabián D`Aiello, responsable de Relaciones con el Mercado de IMPSA.
Para D'Aiello, "de revertirse esta ecuación en los próximos meses, podría también revertirse el patrimonio neto negativo registrado al 30 de septiembre, sin perjuicio de las restantes circunstancias que podrían contribuir a revertir dicha situación".
Más allá de que las variables macroeconómicas jueguen a favor de IMPSA, esas "restantes circunstancias" son ni más ni menos que se concrete su salida de la órbita de un Estado poco dispuesto a seguir sosteniéndola. Al margen de algunas decisiones del gobierno de Milei, como el otorgamiento de préstamos antes de su privatización.
En la compañía se aferran a que una vez cerrado el traspaso del 84,9% del capital (hoy en manos del Estado nacional y la provincia de Mendoza) el "eventual adquirente" (hasta ahora ARC Energy) concrete su promesa de capitalización no inferior a U$S 25.000.000.
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Pero además, en el seno de la compañía hablan, una vez consumada la venta, de "evaluar alternativas financieras que permitan mitigar la situación". Una salida que incluiría el pedido de asistencia a los principales accionistas u "otras soluciones o estructuras disponibles en el mercado".
Por todo eso pasan los días y crece la expectativa sobre lo que resuelva la Comisión Evaluadora de la licitación. De la decisión final depende el futuro inmediato de IMPSA.