Hoy, Tassaroli SA cuenta con 220 trabajadores. Y a pesar de su desarrollo, conserva una identidad de empresa familiar sin descuidar el enfoque exportador, acorde a estándares internacionales. Así es como en 2016, cuando se abrieron grandes licitaciones relacionadas con las energías renovables, se decidió hacer un cambio estratégico y abrir una nueva unidad de negocios.
Ocurre que en el país más del 60% de la electricidad que se consume proviene de la quema de petróleo y gas. Cifras muy lejanas a las metas ambientales que plantea el siglo XXI.
Carlos lo sintetiza así: "analizando el contexto, vimos que Argentina y el mundo se iban a transformar. Empezamos a estudiar qué tipos de productos se iban a introducir en el mercado energético y nos tomamos unos dos años para procesar eso".
Un ejemplo de investigación para la industria nacional
El relato del entrevistado es una muestra de la importancia que tienen la planificación y la estabilidad si es que se quiere fortalecer a la industria.
"Empezamos a viajar por el mundo buscando cómo entrar al tablero de las energías solar y eólica. Al principio, veíamos que no llegábamos a ser competitivos. Trajimos a un asesor de Barcelona (España) para que nos diera una mano. Y así nos largamos a colocar paneles en nuestras propias instalaciones".
De aquel ensayo modesto surgió una nueva conclusión: hacía falta espacio. "Hicimos la ingeniería pero después nos dimos cuenta de que si la ubicábamos en nuestros terrenos estábamos resignando futuras ampliaciones de nuestra propia planta, porque estos paneles fotovoltaicos iban a estar ahí mucho tiempo: tienen una vida útil de dos décadas".
De ahí que las metas de Tassaroli se inclinaran por la instalación de parques solares en áreas abiertas. "En 2019 participamos de una licitación y ganamos en dos proyectos, uno en Santa Rosa y otro en San Rafael. Y finalmente, el que se llevó adelante fue el de Santa Rosa".
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Los paneles ocupan más de 15 hectáreas de un terreno donde no hay sombras y el clima suele ser óptimo.
Made in Mendoza
Repasar la construcción del parque es asomarse a lo que Argentina podría ser si se dieran las condiciones.
"Toda la ingeniería y el gerenciamiento para ese proyecto se hizo con ICSA, que pertenece al grupo IMPSA. Cuando tuvimos eso en marcha, ya a finales de 2020, firmamos con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) el contrato de venta de energía", enumeró el empresario.
El cronograma original planteaba la finalización de la obra para 2021. "Si bien el proyecto aún tiene cuestiones pendientes para su finalización, ya se encuentra en funcionamiento, inyectando electricidad a la red", informó Tassaroli.
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Toda la mano de obra y la ingeniería del parque es de Mendoza.
El parque
En suma, se instalaron en el parque Helios de Santa Rosa 11.500 paneles fotovoltaicos sobre trackers, es decir, sobre seguidores que giran las placas de acuerdo a la trayectoria del sol.
El aporte de esas 16 hectáreas permitirá un significativo ahorro en emisiones de dióxido de carbono. Se habla de 6.000 toneladas de contaminantes que se evitarán gracias a la nueva modalidad.
Como se anotó más arriba, la ingeniería y la mano de obra fue mendocina. "El centro de transformación de la energía se hizo en Buenos Aires y los paneles fotovoltaicos y trackers son de origen chino", matizó Carlos.
A diferencia de otros complejos similares, el de Santa Rosa suma un detalle experimental. Sus paneles son bifaciales, o sea que también absorben energía de la luz que les da sobre la cara posterior.
Tassaroli calcula: "estamos probando la eficiencia de esa tecnología bifacial. Tenemos estimaciones que nos indican que con esa técnica se podría aumentar la producción de electricidad en un 7%".
Por lo pronto, ya está sobre la mesa la idea de duplicar la producción del recién inaugurado complejo energético.
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Otra postal del proyecto que marcará un hito en la historia de la empresa metalúrgica mendocina, que está a punto de cumplir siete décadas.