Cuando se trata del mantenimiento de un auto, los sentidos juegan un papel fundamental. Escuchar ruidos extraños, ver una luz de advertencia en el tablero o sentir vibraciones inusuales son señales claras de que algo anda mal. Sin embargo, muchas veces se pasa por alto otro de los avisos más importantes: el olor.
Los olores dentro o alrededor del vehículo pueden ser un indicio temprano de un problema que, si no se atiende a tiempo, puede terminar siendo costoso o incluso peligroso. Identificar de dónde proviene y qué significa es fundamental para evitar accidentes o fallas mecánicas graves.
¿Te ha pasado de ir manejando y de repente sentir olor a quemado sin saber de donde proviene? ¿O de echar combustible y luego sentir olor, pero dentro del auto? Sí, suele pasar y no es poco importante. Te contamos los detalles de por qué ocurre y cuál es el peligro.
Uno de los más peligrosos es el olor a nafta o combustible. Si percibes este aroma dentro del habitáculo o cerca del auto, podría indicar:
Este tipo de problema no solo afecta el rendimiento del motor, sino que también representa un alto riesgo de incendio. Ante este olor, lo recomendable es detener el auto y acudir a un mecánico de inmediato.
Otro signo de alarma es el olor a goma quemada o el olor a quemado en general. Este aroma suele estar relacionado con:
En cualquiera de los casos, no es normal que un auto huela a quemado: puede tratarse de fricción excesiva, un sobrecalentamiento o piezas que están desgastadas y podrían fallar en cualquier momento.
Tanto el olor a combustible como el olor a quemado son advertencias que tu auto te envía. Prestarles atención a tiempo puede salvar no solo tu vehículo, sino también tu seguridad.