El folclore cultural tiene narraciones que se han ido transmitiendo en cada punto del país. Mitos y leyendas que han pasado de padres a hijos y que forman parte de la tradición. Historias que combinan sucesos reales e imaginarios y que han dado lugar, incluso, a diferentes versiones de las mismas. Hoy te contamos la versión del fantasma de la ruta 11.
Los mitos y las leyendas nacen del relato espontáneo de alguien a quien le sucedió algo extraordinario alguna vez. O son un eco lejano de las antiguas narraciones de los pueblos originarios, que se van transmitiendo oralmente de generación en generación. En este caso, esta historia es una de las más extendidas, especialmente porque recorre las localidades de Mar del Plata y Miramar.
La tradición oral señala que en un tramo particular de la Ruta 11, entre Mar del Plata y Miramar, suele manifestarse la figura de un joven, completamente empapado, como si acabara de salir del mar embravecido. Este extraño muchacho, con aire confundido y rostro angustiado, levanta la mano a los vehículos que pasan, suplicando que lo lleven en dirección a Mar del Plata.
Los automovilistas que alguna vez decidieron detenerse y brindarle ayuda cuentan que el muchacho sube sin decir palabra. Durante el trayecto, en voz baja, menciona haber sufrido un accidente en el agua o haberse extraviado en la playa. Sin embargo, lo verdaderamente perturbador ocurre poco después: tras un instante de distracción del conductor o al atravesar un banco de niebla espesa, el joven se desvanece sin explicación, dejando solo un asiento vacío y húmedo.
La interpretación más difundida sostiene que se trata del alma de un joven que murió ahogado en la costa cercana y que aún intenta regresar a su casa o alcanzar finalmente la paz. Su constante aparición provoca tanto temor como compasión en quienes circulan por la región.
Con el paso de los años, no faltaron quienes intentaron confirmar la historia, revisando registros de accidentes o buscando testimonios de supuestos testigos. Sin embargo, más allá de la verdad histórica, la leyenda del fantasma de la Ruta 11 se ha consolidado como un recordatorio sobre los riesgos de la carretera y como un homenaje implícito a quienes perdieron la vida de manera trágica en ese lugar.
Historias como esta forman parte de la identidad popular de la costa bonaerense. Así como la “Luz Mala” en el campo o la “Llorona” en los pueblos, el fantasma de la Ruta 11 es un recordatorio de que el misterio siempre está presente en la vida cotidiana.
Turistas y curiosos recorren este tramo con la esperanza o el miedo de encontrarse con este viajero eterno que, empapado y afligido, sigue levantando la mano en busca de ayuda para volver a casa.