Además, se aprovechan recursos valiosos, como el cobre y el níquel, que pueden reutilizarse en nuevos productos industriales. De esta forma también se evita el desperdicio de materiales que, aunque pequeños, suman un gran impacto si se reciclan en grandes cantidades.
De acuerdo con lo que nos dice el Banco Central de la República Argentina, una moneda de estas características tiene:
- VALOR FACIAL: $2
- CALIDAD: circulación
- METAL: anillo dorado (Cu 92 / Al 6 / Ni 2) / Núcleo plateado (Cu 75 / Ni 25)
- CANTO: ranurado/Liso (alternado)
- PESO: 7,20 gramos
- DIÁMETRO: 24,50 mm (núcleo 17 mm)
- ESPESOR: 2,2 mm
- CECA: Sociedad de Estado Casa de Moneda
Paso a paso: cómo reciclar una moneda de 2 pesos
reciclar moneda de 2 pesos
Con tan solo un par de monedas podrás crear este hermoso cuadro que también puede ser reciclado
Las monedas de 2 pesos pueden parecer insignificantes, pero su valor como material reciclable y su potencial decorativo las convierten en un auténtico tesoro. Si aún tienes algunas guardadas, no las tires o dejes guardadas: ponte manos a la obra y transformarlas en un florero decorativo que no solo embellecerá tu hogar, sino que también será un gesto de conciencia ecológica. Aquí te contamos un método sencillo para reciclarla:
Limpieza inicial: lava la moneda con agua tibia y jabón neutro. Evita limpiadores abrasivos para no dañar su superficie.
Secado adecuado: utiliza un paño suave y asegúrate de que no quede humedad para evitar corrosión.
Definí su nuevo uso:
- Para un llavero, perfora cuidadosamente con una mini herramienta tipo Dremel y coloca un aro metálico.
- Para un colgante, podés pegarle un soporte metálico en la parte trasera y engancharlo a una cadena.
- Para decoración, podés enmarcarla junto a otras monedas fuera de circulación.
Protección final: aplica una capa de barniz transparente o esmalte incoloro para conservar el brillo y evitar el desgaste.
La vieja moneda de 2 pesos dejó de ser dinero, pero se transformó en un objeto cargado de valor histórico, sentimental y hasta artístico. El afortunado que aún la guarde no solo conserva un recuerdo de la economía argentina, sino también un tesoro que puede reciclar y reinventar.