Esta planta es muy común en jardines al aire libre, aunque también puede ser cultivada en terrazas y balcones. A continuación, te dejamos algunos consejos para cuidar esta enredadera en patios sin césped o sustrato, además de guiarla en su crecimiento.
La buganvilla, al ser una planta trepadora, puede llegar a crecer hasta 12 metros. Por eso, es una excelente opción para las personas que buscan decorar su terraza de la forma más natural posible pero con mucho estilo. Lo ideal es cultivarla en una maceta de barro o terracota de al menos 40 a 50 cm de diámetro y 30 o 40 cm de profundidad. Es importante que el recipiente y tenga orificios de drenaje para evitar el encharcamiento y permitir la respiración de la enredadera.
Si no tienes una maceta tradicional, puedes probar utilizando alternativas diferentes como baldes, latas, teteras, o envases de poliestireno. Es importante realizar los orificios del fondo, para el drenaje.
Las plantas trepadoras tienen una necesidad natural de ascender para encontrar luz solar. Sin un soporte adecuado, sus tallos pueden volverse débiles, lo que puede llevar a un crecimiento desordenado de la trepadora. Un soporte bien diseñado no solo ayuda a que crezca verticalmente, sino que también mejora la estética del jardín.
En este contexto, es importante posicionar la planta al lado de un muro para que las ramas tengan una superficie para trepar. También puedes probar con enrejados de madera, metal o PVC, con mallas o cables para enredaderas, e incluso con celosías de madera.
Otro detalle importante para que la buganvilla se desarrolle fuerte y florezca en la terraza, es que requiere exposición a pleno sol, ya que necesita al menos seis horas de luz solar directa al día para florecer abundante. A la sombra, la planta puede no florecer, perder hojas o tener un crecimiento pobre.