Con el tiempo todos los hermanos Casale formaron familia: Pablo se casó con Margarita Mosso y tuvieron seis hijos: Victorina, Juan, Reynaldo, Florencio, Carlos y Ernestina. Cuando sus hijos crecieron se agregaron al negocio familiar y siguieron trabajando a su lado, primero Carlos y Florencio, luego Juan y Reynaldo.
Pablo, el mayor de los hermanos Casale, está considerado como uno de los pioneros e impulsores de la industria mendocina. Falleció el 3 de marzo de 1952 y siguieron sus hijos con su labor. Florencio y Reynaldo por un lado, y Carlos y Juan por otra. Florencio era ingeniero y fue el fundador de Carbometal SA, que con los años instaló una fábrica en El Nihuil, por la energía al alcance. Carlos y Juan fundaron la fábrica San Roque que elaboraba mosaicos venecianos de vidrio. También iniciaron una fábrica de viviendas modulares, aprobada por el Banco Hipotecario, y explotaron varios yacimientos minerales, en especial de amianto y cobre en La Rioja.
Enrique, el segundo de los hermanos, se casó con María Garriga y tuvo cinco hijos: Héctor, Yolanda, Roberto, Olga y Enea. En un principio fue socio de su hermano, pero luego se apartó y trabajó por su cuenta, en especial después de la discusión por el anhídrido carbónico. Esta fabricación lo llevó a que obtuviera una medalla de oro en la exposición de Rosario del año 1926. Adquirió varias propiedades en Buenos Aires, edificios de departamentos que alquilaba y también campos en Entre Ríos que dedicó a la cría de ganado en especial caballos, que ganaron importantes premios. Sus hijos lo ayudaron en forma permanente y Enea estudió ingeniería para continuar con la fábrica de Mendoza. Enrique participó en la fundación de Atanor y perteneció al primer directorio del Banco de Mendoza. Murió en Mendoza el 8 de setiembre de 1954. Sus hijos y yernos continuaron con su labor.
Ester se casó con Pedro Grass y lamentablemente no me han llegado más datos de su familia.
Mario, el más chico, se casó con Rosa Cassano, actriz de teatro de la cual se enamoró, cuando fue a ver la obra en la que actuaba y no la dejó ir. La siguió con su avión a todos lados donde actuaba.
Tuvieron seis hijos, el primero de los cuales falleció siendo bebé. Era el menor de los hermanos y fue socio del taller, le apasionaba la mecánica y los motores no tenían secretos para él. Fabricó el primer motor de ocho cilindros de la provincia y se lo colocó a un automóvil con el que ganó innumerables carreras.
Tuvo una genial iniciativa, que en su época no prosperó pero adquirió gran repercusión por los problemas durante la guerra. No había nafta y él inventó un auto a gas, llamado gasógeno.
La gran pasión de Mario era la aviación y fue uno de los precursores de ella en el país.
Su primer avión, un biplano, lo construyó en 1906 y su madre le cosió las telas de las alas. En El Plumerillo construyó un hangar y una pista que fue utilizada por los aviadores de ese entonces. Por dos veces cayó con su avión y milagrosamente se salvó. Su tercer avión lo construyó gracias a una colecta que realizó el pueblo mendocino para ayudarlo y que luego fue donada al Ministerio de Guerra. Falleció en Mendoza. Después de su muerte recibió de la Fuerza Aérea el Título de Precursor de la Aviación.
Esta importante familia realizó titánicos esfuerzos en la metalurgia e industria química de la provincia. Sus inmensos talleres forjaron muchas ilusiones y formaron a otros grandes industriales como los Pescarmona. Cada una de las ramas y cada uno de sus integrantes se destacaron por sus obras. Dos de sus miembros llegaron a integrar el Poder Ejecutivo Nacional: Carlos fue ministro de Industria y Minería de la Nación en 1971 y Florencio que fue secretario de Estado de Minería en 1973.
María Elena Izuel
Especial para UNO SR
