Entrevista desde Nueva York

Marita Perceval, la mendocina a cargo de difundir el feminismo en la política exterior de Argentina

María Cristina Perceval asumió en enero como "representante para la Política Exterior Feminista". Qué piensa de su rol, de algunos debates candentes y de los que la acusan de percibir sueldos del Estado desde hace tres décadas

La charla es amable, pero por momentos se percibe algo que también podría relacionarse con la temperatura. En algún sentido, la conversación se acalora. Una vez concluido el diálogo, Perceval enviará un mensaje afectuoso, aunque lamentará que una parte del periodismo tenga "vuelo gallináceo" en sus planteos.

Queda a cargo del lector decidir si las líneas que siguen caen dentro de esa alusión ornitológica.

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Pasado y presente de Marita Perceval

La entrevistada es cuadro del peronismo desde hace mucho. Cuenta que ya en el colegio secundario era militante "más de Evita que de Perón"; y ese perfil la fue llevando a ocupar diferentes cargos legislativos y como funcionaria, integrándose casi desde el principio a lo que hoy se denomina kirchnerismo.

Tiene su casa en Luján de Cuyo, si bien el cargo que asumió este año -que depende de Cancillería y replica un puesto que existe en más de una decena de países- implica una rutina de viajes o, al menos, de conexiones internacionales.

-Y ahora estás en Nueva York ¿Qué andás haciendo por ahí?

-A partir de que los estados miembros de la ONU adoptaran la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (conocida por sus siglas en inglés como CEDAW) se creó una comisión específica para su seguimiento. Todos los años se realiza una reunión donde representantes de los estados y de la sociedad civil se reúnen para evaluar avances y desafíos en ese sentido. Por eso estoy aquí.

-Hubo alguna polémica por este supuesto viaje de las 200 mujeres que integrarían la comitiva oficial de Argentina para asistir a ese encuentro ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-Se difundieron datos imprecisos. Quien organizó a la delegación es el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, no Cancillería, que es ámbito al que yo pertenezco. Eso no quiere decir que esquive la pregunta, simplemente digo que no estuve en la confección de la lista de quienes asistieron a Nueva York. Lo que sí te puedo decir es que muchas de las personas que estaban en esa lista fueron simplemente avisadas mediante una nota para que participaran de las reuniones de manera online. Hoy "participar" no sólo significa subirse a un avión y venirse a Nueva York. Podés participar desde tu PC en casa...

-Pero vos no tenés un número oficial de la cantidad de personas que viajaron, entonces...

-Por Cancillería fuimos 3, todas con una misión específica. La directora del área de Mujer vino la primera semana justamente para cubrir la presentación que hace cada uno de los Estados. Yo llegué ayer, con mi viaje pagado por Naciones Unidas; y vino una asistente de facilitación de las negociaciones con su viaje también financiado por la ONU. En mi caso, ya he concretado reuniones con las representantes de Vietnam, de Chile, y en breve mantendré diálogos con referentes de Timor Oriental y Alemania. Es una agenda muy intensa.

-¿Hubo referentes de las ONG's en la delegación oficial de Argentina?

-Las organizaciones sociales siempre han venido y se integran en la delegación oficial no porque tengan financiamiento del Estado sino porque eso les permite moverse con mayor libertad en el evento e ingresar a reuniones y debates. Insisto: eso no significa que el viaje se pague con fondos públicos. De ser así, por supuesto que hubiera sido un escándalo.

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Una postal de las reuniones que por estos días tienen lugar en Nueva York.

Una postal de las reuniones que por estos días tienen lugar en Nueva York.

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Las mujeres y la revolución digital

Paralelamente a las reuniones centrales de la CEDAW, este año hubo en Nueva York debates sobre la revolución digital y el impacto que ese fenómeno tiene sobre la situación de las mujeres. Se habló, por ejemplo, de inteligencia artificial y de la mayoría masculina en los ámbitos donde se desarrollan esas tecnologías.

Perceval analiza: "Hoy en el mundo sólo 12% de los investigadores en este terreno son mujeres. Y no se trata únicamente de comprender cuántas hay o no, sino de entender por qué es bueno que estemos. Vale la pena, por ejemplo, porque cuando hace algunos años Microsoft desarrolló uno de los primeros chatbots, a las 15 horas tuvo que sacarlo del mercado debido a que ante la pregunta sobre qué era el feminismo respondía 'un cáncer'".

La especialista menciona otros casos. "¿Se han preguntado por qué casi todas las asistentes digitales son mujeres? Son voces femeninas que cumplen el rol que se nos asigna en el mundo laboral: asistir. Somos el 98% de las personas que trabajan haciendo tareas domésticas en casas particulares, por traer una cifra relevante. Por eso las tecnologías de Alexa (Amazon), Siri (Apple) o Cortana (Microsoft) han reproducido esas lógicas".

"Sin embargo fijate vos -sigue Perceval-: cuando se lanzó al mercado la serie 5 del auto BMW E90; que traía en su GPS una voz femenina, debieron modificarlo porque los consumidores varones, y recordemos que es un coche de alta gama, se quejaron de que no querían oír a una mujer que les diera instrucciones ¡Entonces se le introdujo un GPS dual!".

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Las internas en el Frente de Todos y las críticas al feminismo desde un sector de la izquierda

Desde que la "ola verde" cobró fuerza en Argentina, con el surgimiento de Ni una menos en 2015, las distintas fuerzas políticas calibraron la forma en que iban a metabolizar el fenómeno. Hoy la derecha está sacando algunas conclusiones, como también la izquierda trotskista y el peronismo.

Y en el caso del peronismo, es interesante preguntarse si las internas dentro del Frente de Todos tuvieron algún eco entre las feministas.

-A esta altura de la gestión de Alberto Fernández está claro que existe un parcelamiento en el gobierno nacional, una especie de "plancha de ravioles" donde hay gente que no se termina de comunicar bien entre sí ¿Impactó eso entre las funcionarias del Estado que trabajan temas de género?

-No le pueden pedir al feminismo que sea una pared monocromática cuando la vida es arcoiris. Después de todo, la discusión es lo que ha mantenido vivo a este movimiento, que es el más transformador que venimos viendo desde el siglo XX. Las diferencias, entonces, no nos asustan; hemos acordado hace mucho que una diferencia no significa gatillarte un revólver en la cabeza. Y además, en el movimiento de mujeres en Argentina siempre hubo diversas posiciones. Cuando me incorporé a estos temas, en la década de los 90, ya entonces éramos acusadas de ser "burofeministas"; mientras que del otro lado estaban las "anarcas". Nos rotulaban así porque nosotras creíamos que desde el Estado de derecho se podían generar transformaciones.

-A su vez, han aparecido algunas críticas hacia amplios sectores del feminismo, señalando que la agenda corre el riesgo de alejarse de lo que viven los sectores populares en su plano más concreto ¿No hay un riesgo de encapsulamiento del feminismo en temáticas, intereses y retóricas que terminen desconectados de los barrios?

-Las militantes políticas feministas del peronismo jamás fuimos vanguardia. Lo cierto es que hoy en Argentina tenemos una multitud en la calle, y es preciso que eso se transforme en un movimiento ¿Cuál es la diferencia? Que en una multitud se marcha por legítimas causas pero esas causas no necesariamente se articulan entre sí. Y esto para las derechas conservadoras es el mejor negocio, porque justamente la fragmentación es lo que lleva a una propuesta de hostilización entre minorías en vez de la articulación de una mayoría. Quiero decir que sí, yo veo una tendencia a la fragmentación que debemos analizar, para que se generen espacios de articulación.

-Por otra parte, sectores de la izquierda plantean a los temas de género como una suerte de trampa, un placebo que vendría a sustituir en el debate público a un concepto nodal para ellos: la lucha de clases. El énfasis en el feminismo, ¿no implica bajarle un poco el tono a esas reivindicaciones de clase?

-Esa es una lectura que atrasa. Si hablamos de clase habría que aclarar de qué clase, porque hoy no tenemos la sociedad obrerista fabril que existía el siglo pasado. Hoy existe otra configuración social, con el 1% de opulentos y el 99% con distintos grados de exclusión. Sobre ese mundo de exclusiones y acumulación escandalosa de la riqueza hay que tener en cuenta que hay un factor todopoderoso que se llama patriarcado. Aún en el llamado "socialismo", las mujeres seguirían trabajando más horas que los hombres en labores no reconocidas. Hace falta mirar más allá.

-Es decir que para vos el patriarcado es un factor de desigualdad más profundo que las divisiones de clase que se producen en el capitalismo.

-Sí, claro. Decime en qué ámbito de la vida no hay patriarcado. Quizá en algunas etnias, muy pocas. Pero no hay que olvidar que patriarcado va de la mano de colonialismo, así que esos pueblos son perseguidos y atacados. El patriarcado, en síntesis, implica una forma de relacionarse con el resto del mundo y la naturaleza. En la Conferencia sobre el Cambio Climático que se hizo recientemente en Egipto hubo 110 líderes mundiales ¿Sabés cuántas mujeres? Sólo 7. Y la paradoja es que 8 de cada 10 de las personas desplazadas por desastres climáticos son mujeres.

Perceval remarca que lo anterior no quita el hecho de que sea necesaria una reforma fiscal en Argentina. "En la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el impuesto a la renta personal es del 42%, mientras que en 100 países en desarrollo -incluyendo a Latinoamérica- esa carga no araña el 30%", ilustra.

-De todos modos, dejame decirte que lo que viene haciendo el gobierno del Frente de Todos en los últimos meses no parece coincidir con ese tipo de planteos...

-No pongan al Frente de Todos y Todas dentro de la dogmática del pensamiento único. Se trata de que quienes creemos que hacen falta reformas impositivas, de la Justicia, podamos expresarnos en el debate.

-Algunos te critican por "haber tenido cargos en el Estado durante las últimas tres décadas".

-Es un buen tema para dialogar. Mi primer cargo político fue de senadora. No fue un conchabo, me votaron los mendocinos y las mendocinas. Y creo que honré esa confianza de los votantes: me remito a las leyes que impulsé y fueron aprobadas por unanimidad. Después me convocaron para ser subsecretaria de Derechos Humanos -lo fui por dos años-. En ese caso, invito a que vean lo que hicimos, como la reglamentación de la Ley de Identidad de Género y un plan nacional de Derechos Humanos. Después fui propuesta por la entonces presidenta Cristina Fernández como embajadora ante Naciones Unidas, iniciativa que fue apoyada por unanimidad en el Senado.

-También pasaste por Unicef...

-En Unicef también estuve y por concurso: me presenté para un cargo para el que se habían postulado más de 200 personas, el de directora regional para América Latina y el Caribe. Lo gané, no por peronista ni por designación de nadie, sino porque concursé. Fue la primera vez que una mujer ocupaba ese rol. Tuve que renunciar a Unicef porque al amor de mi vida, Pablo, se le diagnosticó un cáncer de pulmón y decidimos irnos a nuestro hogar en Chacras de Coria porque era el tiempo de las caricias y de quererse con intensidad, como siempre. Por eso volví a Argentina y me convocaron para ser secretaria de Igualdad y Diversidad, el rol que ocupé antes de mi empleo actual. No podrán decir que utilicé la política para enriquecerme. Tampoco hago exhibición de pobreza: vivo en la casa verde de la calle Mitre de Chacras, pueden ir a visitarme. No verán auto porque no tengo.

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