Pero además de ver distintas causas, que van desde la mala imagen que tiene el gobierno de Alberto Fernández hasta el enojo del 30% de los mendocinos -que directamente dijo “minga que voy a ir a votar”-, lo que asoma en el peronismo es un entrecruzamiento de culpas; sobre todo hacia los intendentes –salvo excepciones-. Sin embargo, no son los únicos, porque algo también se lleva la cúpula partidaria: “Flor Destéfanis tuvo una total indiferencia por momentos, o directamente protegía a todos los que se hicieron los boludos. Es más: creemos que no acompañó públicamente porque especula con su candidatura a 2027”, remarcó un dirigente.
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Parisi, Anabel, Aveiro e Ilardo, el frente de batalla del PJ.
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La falta de apoyo
En cuanto a los intendentes y a si tuvieron o no parte de la culpa, el análisis se divide entre los que ven que todos fueron parte y los que "salvan" a ciertos nombres. Martín Aveiro, por ejemplo, puso la cara en el silencioso bunker junto a Emir Andraos –aunque algunos digan que lo hizo sólo porque es candidato al Congreso-. Sea como fuere, estuvo. “Los culpables son todos menos algunos; el que siempre se portó bien es Ubieta, el único", dijeron a este diario bien arriba. "Los demás pensaron sólo en las jugaditas de ellos; Edgardo González de Lavalle apoyó dos semanas solamente, por ejemplo”.
Los dardos vuelan para todos lados. Y más allá de la harto conocida desazón para con algunos caciques, aún están frescas las palabras de Parisi cuando salió a reconocer la derrota: “En algunos lugares estuvimos muy solos”, graficó ante los micrófonos. La tristeza ya era visible tanto en sus gestos como en los de Lucas Ilardo, su compañero de fórmula. Antes había salido a hablar Marisa Uceda –era candidata a senadora, pero no alcanzó a entrar- y había mantenido las formas, diciendo que todos habían apoyado. Hubo un brevísimo cónclave donde se decidió que fuera la primera vocera. El otro que estuvo a punto de salir a hablar fue Félix González, pero la aceleración con que salieron los datos oficiales hizo innecesario seguir alargando la tarde.
“No coincido en que la falta de apoyo haya sido de todos los intendentes por igual”, dijo otro de los consultados. "A Emir yo lo escuché en varios discursos diciendo que el camino era Parisi e Ilardo. Pudo haber tenido diferencias, y sabemos que las tiene, pero jugó para la fórmula”, expresó ese dirigente, uno de los que hasta última hora estuvo en calle España. “En el caso de Righi, él se fue abiertamente de nuestro espacio: dio la cara y dijo ‘me voy’; lo mismo que Jorge Giménez. Eso para mí es valorable. Ahora, en el caso de Stevanato fue distinto, porque nunca lo vimos poner su empeño y estructura en que ganáramos nosotros, al contrario”, reclamaron.
Hay más testimonios y todos ayudan a entender: “Mirá, tengo un ejemplo muy concreto de cómo es en verdad bancar al peronismo: en 2007, al Adolfo Bermejo le ofrecieron ser el vicegobernador de César Biffi. ¿Sabés qué hizo? No sólo dijo que no, sino que salió a convencer a todos los preocupados, porque había muchos compañeros que pensaron que perdíamos. ¿Cómo salimos? Ganamos: Celso Jaque gobernador. ¿Entendés lo que te digo? Es cierto que se nos fueron muchos votos con De Marchi, pero es porque algunos obraron mal. No era irse con él: era como se lo planteábamos,en todo caso: Si De Marchi quería peronismo, perfecto: que viniese él a nuestra fuerza y no al revés”, aportó otro de los derrotados este domingo.
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"Por lo menos Righi dijo 'chau, me voy'. Eso es más valorable", dispararon en el espacio.
Claro, el foco está puesto en los jefes comunales, pero también en el polo que magnetizó compañeros, arrebatándole votos al PJ, y que se llamó La Unión Mendocina. Alguien dijo, incluso, que la derrota se empezó a consolidar con aquellas tan mentadas fotos que De Marchi se sacó con los intendentes: lo hizo con Emir Félix -aunque era compartiendo una actividad-, con Emir Andraos, electo en Tunuyán; y con Roberto Righi (aunque en ese caso fue un "spoiler" de lo que vendría).
“Lo malo es que si ahora alguno de ellos quiere ser candidato en 2027, lo más probable es que los damnificados de esta elección les quieran cobrar esto dentro de un par de años; como una vendetta, ¿no?. Y malísimo, porque seguiremos perpetuando zancadillas entre nosotros en lugar de crecer”, la reflexión futurista la aportó uno de los que entró a la Legislatura.
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El enojo de la gente
Omar Parisi se tomó una licencia de cuatro meses en la firma para la que trabaja y este lunes tuvo por fin su baño de realidad: el despertador le sonó temprano, pero esta vez no para salir a recorrer Mendoza o dar alguna charla, sino para volver de lleno a su actividad en lo privado. Lo hizo desde su oficina; recién el martes va a subir a Uspallata, donde, como se sabe, se desempeña como gerente de una estación de servicio.
Se irá con los números aún dándole vueltas por la cabeza, porque el justicialismo no esperaba el 14% que los cacheteó. Pensaron que trepaban a un 18% o quizás un 20%. Es decir, sus aspiraciones eran, por lejos, hacer el peor número en años, y ni siquiera eso consiguieron. ¿Por qué?, se siguen preguntando algunos. Por qué se perdieron diez legisladores -lo cual es una sangría realmente dolorosa-; por qué se salió cuarto en Godoy Cruz, Capital y Guaymallén; por qué hay municipios donde ni siquiera estuvo el premio consuelo de meter un concejal. En fin, hay muchos interrogantes.
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El abrazo entre Ilardo y Parisi, que eran una fórmula "para negociar", pero terminaron yendo hasta el final.
"Entiendo, porque hubo mucha ilusión, mucha expectativa y no se pudo cumplir. Y quiero en ese sentido pedirles perdón. Créanme que lo intenté muchas veces”, fueron las palabras de Cristina Kirchner este domingo por la noche. Hizo su reaparición pública para fortalecer la campaña a presidente de Sergio Massa y en su discurso, sin saberlo, encerró buena parte de lo que le pasó al peronismo doméstico por estas horas: a éstos les jugó en contra la mala imagen de Alberto Fernández y de su gestión. Mala imagen que tiene incluso entre votantes peronistas.
Los dirigentes del justicialismo aseguran que fue uno de los motivos principales para que los números fueran tan pálidos. Aunque al mismo tiempo señalaron que a la coalición le faltó “identificarse” con el peronismo: “Planteamos muchas veces que no tenía sentido llamarse 'Elegí'. Si sos peronista, sos peronista, y eso tiene que estar en tu nombre. 'Elegí' fue para contener a los movimientos sociales y a la izquierda, que al final restaron más de lo que sumaron, encima”, contaron a este diario. De todos modos, no está de más recordar que cuando no fue Elegí ni Frente de Todos, se llamaron Frente para la Victoria y aún así ganaron elecciones igual. Es discutible el supuesto poder negativo de los nombres.
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Parisi llevó propuestas a la mesa de debate local, pero no alcanzó para evitar el tercer puesto.
Las lecturas que pueden hacerse son muchas, y sobran los datos sobre lo que dejó el domingo. Pero algunos son contundentes: detrás de Cambia, el Partido Justicialista fue la única fuerza de Mendoza que en lugar de crecer después de las PASO, bajó. Hizo un punto menos que su propio piso histórico. Y al mismo tiempo Cornejo, De Marchi, el Partido Verde y hasta la izquierda sumaron más puntaje que en junio. Todos menos ellos.
¿Por qué?
La pregunta quedará boyando por un buen tiempo.
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