Después de aquella sociedad frustrada con los Kirchner, no se quedó sólo en la comodidad "señorial" de una diputación o de una senaduría nacional. Su batalla actual está centrada en consolidar la postulación presidencial del radical Gerardo Morales en Juntos por el Cambio (JxC).
Pretende dar pelea en las PASO nacionales para que su partido -dice- deje de ser el segundón del PRO en esa coalición, pero trata de que ese bazar partidario creado por Leando N. Alem no vaya a sufrir roturas de manera aparatosa en su cristalería.
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Yo te conozco bien
Cobos es de los radicales que no está dispuesto a someterse a todo lo que disponga el precandidato a gobernador Alfredo Cornejo. Cree ser, hoy más que nunca, un radical clásico. Y está jugando con pasión a esa especialidad de la casa que es la interna partidaria.
La aventura "transversal" con los Kirchner le costó a Cobos que lo echaran del partido. Pero así como lo fletaron, luego fueron a buscarlo para que volviera. En aquella movida uno de los principales soportes "críticos" que tuvo fue Alfredo Cornejo, quien ya había sido ministro de Gobierno y luego de Seguridad durante la gobernación de Cleto.
Si hay dos personajes del radicalismo mendocino que se conocen como si uno hubiera parido al otro, esos son Cobos y Cornejo. Con Fito Páez podrían cantar aquello de "yo te conozco de antes, desde antes del ayer, yo te conozco de antes, cuando me fui no me alejé".
Hoy los dos discrepan entre sí pero aún se guardan cierto respeto, típico de los compadritos. Poseen tiempos y proyecciones diferentes. Se saben políticos a tiempo completo.
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Julio Cobos no sólo tuvo una larga carrera en el Congreso nacional, sino que retomó su influencia partidaria macerando candidaturas importantes de colegas.
Un nuevo Sanz
Cornejo quiere gestión y más gestión. Ya sea como gobernador reincidente, o en el futuro como supuesto presidente de la Nación. "El Alfredo" busca generar datos, cifras. Cobos prefiere batallar desde otras posiciones: por ejemplo ser un hombre de consulta y de fuerte influencia dentro del radicalismo, una especie de nuevo Ernesto Sanz con más bonhomía.
Por más que haya decidido volver a presentarse para gobernador, Cornejo trabaja de lleno sobre un escenario nacional de coalición. Su objetivo es consolidar Juntos por el Cambio (JxC). Ya se terminó de convencer de que el tiempo presidencial de los radicales es diciembre de 2027. Antes, repite, el objetivo es derrotar con claridad al Kirchnerismo y tener un programa muy claro de gobierno.
Cobos, en cambio, sostiene que es tiempo de que la UCR deje de ser comparsa del PRO. Por eso ha salido a jugar fuerte junto al titular nacional del radicalismo, Gerardo Morales, para que en las PASO nacionales la UCR tenga su propio candidato a presidente de la Nación.
Los dos son tiempistas. Conocen al dedillo sus capacidades de ataque y defensa. Cobos siente que en el fondo es una especie de gurú. Tiene capacidad para generar movimientos internos. Y hacia él concurren muchos candidatos para recibir su bendición. Ha sido desde el referente del lasherino Daniel Orozco (hoy distanciados) hasta el consejero off shore de Luis Petri.
Dice que tiene con qué
El ingeniero de los tres nombres (Julio César Cleto) funge de escuchar a todos y dar sus puntos de vista. Siente que tiene con qué. Quien ha sido vicepresidente de Cristina Kirchner y ha salido indemne es alguien que tiene algo que decir.
En noviembre del año pasado Cobos empezó a demostrar su malestar por la directiva del tándem Cornejo-Suarez de que había que privilegiar la gestión provincial sin hacer hincapié en los precandidatos autopostulados para este año. Por entonces le reclamó a la UCR provincial que permitiera que los interesados en suceder a Suarez pudieran mostrarse y explicar qué proponían.
Al poco tiempo el lasherino Orozco fue el que abrió el dique y lanzó su candidatura, aclarando que se bajaría si Cornejo decidía volver a postularse para el Sillón de San Martín.
En agosto de 2020, plena pandemia, Cobos le sugirió a Alberto Fernández "cortar el cordón umbilical" con la vicepresidenta Cristina Kirchner y "manejarse con su propia personalidad y estilo". Y el mendocino añadió, en una nota con Clarín, algo singular: "Si bien Alberto es presidente por Cristina, no es menos cierto que ella es vicepresidenta gracias a que él encabezó la fórmula que ganó las elecciones". Palabras de zorro viejo.
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