La investigación nació el 13 de febrero pasado cuando una mujer efectuó la denuncia. Todo ocurrió en un barrio ubicado en localidad de Luzuriaga ese mismo día, cerca de las 13 horas. La denunciante explicó que es vendedora de productos cosméticos y tenía que hacer una entrega a una vecina que vive en la misma manzana.
La mujer envió a su hija, que en ese momento tenía 13 años. Cuando la niña llegó a la casa no se encontró con la clienta, sino con su esposo. El hombre la hizo pasar, estuvieron algunos minutos hablando de los productos pero luego la abusó sexualmente. Primero con un beso en la boca, aunque luego la alzó mientras le tocaba los glúteos. "Vos sabés que esto lo hago por cariño", le dijo el agresor sexual.
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La menor se fue corriendo del lugar y le confesó lo ocurrido a su progenitora. Trece días después, Pedro Ángel Cejas fue detenido e imputado por abuso sexual simple. La fiscal de Delitos Sexuales María de las Mercedes Moya tomó en cuenta el relato de la denunciante, el testimonio de la víctima en cámara Gesell y las pericias psicológicas que determinaron que la niña no mentía.
Este martes, acorralado por las pruebas, Cejas decidió pasar por un juicio abreviado donde admitió haber cometido el hecho y recibió la pena mínima de 6 meses de prisión en suspenso. El proceso fue acordado por la fiscal, la defensora oficial y la asesora de menores. La jueza María Cristina Pietrasante firmó la sentencia.
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Si bien quedó en libertad, el hombre deberá cumplir ciertas normas de conducta para no ir a la cárcel. Lógico que no podrá volver a cometer delitos, pero también se le impuso una restricción de acercamiento a la víctima al menos hasta que cumpla la mayoría de edad.