El deporte de correr evolucionó y ahora los corredores experimentan en los diferentes cerros de Mendoza. Y se pierden. La Patrulla de Rescate dio recomendaciones para evitar problemas o para aprender a sobrevivir.

El 40 por ciento de los rescates son en el Cerro Arco, y sus inmediaciones

Por UNO

La montaña mendocina dio tregua en las últimas semanas, ya que en 10 días se cobró la vida de tres andinistas y otras tres personas fueron rescatadas con vida. Algunos son conocedores de la montaña y tienen mucha experiencia, pero el exceso de confianza a veces puede jugar una mala pasada. Otros son corredores que quieren traspasar sus límites y experimentan en lugares para los que no están preparados.

Alejandro Alonso, jefe de la Patrulla de Rescate de la Policía, indicó a este portal que de 130 intervenciones que tienen en el año, el 40 por ciento son en el Cerro Arco, y sus inmediaciones como el Gateado, Puesto Tres Quebradas, Quebrada de Isidris, y muchas veces es necesaria la ayuda de los helicópteros de la Policía para encontrarlos.

"Hoy los runners del Parque están evolucionando a correr en montaña, que es más complejo. Ellos quieren traspasar límites, el Parque, el circuito del Perilago o el Cerro Arco ya no alcanza, y quieren hacer cosas más importantes, y eso es lo que nos lleva a nosotros a tener en la zona del Cerro Arco el mayor índice de búsqueda y rescate, porque son personas que salieron a correr en montaña, que se perdieron, se desorientaron y entraron en emergencia", dijo Alonso, quien aseguró: "Son buenos corredores, pero no tienen formación de montaña".

"Ellos quieren ir lo más rápido posible, entrar y salir en el día. No llevan ningún tipo de equipo y lo único que necesitan es ir lo más livianos posibles. El tema es cuando entran, no pueden salir y se quedan en pantalón corto y remera mangas cortas", agregó.

Recomendaciones

Alonso destacó que lo fundamental es que cada persona que vaya a explorar la montaña sea autosuficiente "para ser uno mismo la propia ayuda", mientras espera a ser auxiliado y rescatado. "Lo más aconsejable es no ir solo a la montaña nunca", por cualquier problema que surja y alguien pueda dar aviso.

"Sería bueno que toda la gente que corre por cerros intente hacer cursos de primeros auxilios, de orientación, de navegación terrestre, de supervivencia, para tener una salida segura", sostuvo el jefe de la Patrulla de Rescate e indicó que todo esto lo pueden hacer en los clubes de montaña.

Un punto fundamental es planear una salida a la montaña con anticipación, "planificarla dos o tres semanas antes, chequear la meteorología para ver cómo se comporta, chequear el equipo que van a llevar todos, buscar los mejores días, tener un plan B si las condiciones son malas y en ese caso no separarse del grupo para que se decida qué hacer en conjunto".

Algo muy recomendable es que un familiar esté al tanto del plan, o que avisen a la misma Patrulla "para estar atentos".

"Cuando se arma un plan no hay que apartarse de ese plan. Definir a dónde se va a ir, qué ruta se va a hacer y a qué hora se planea terminar. Si pasa algo, alguien que sepa de dicho plan será un referente que nos va a decir 'fueron a hacer esto'".

Alejando Alonso insistió: "El corredor trata de llevar lo menos posible, pero no se puede dividir el equipo. Cada uno tiene que tener todo para poder sobrevivir ante una eventualidad. Siempre llevar ropa de abrigo y una porción de comida de emergencia. Algunos dicen: 'Yo no como nada', pero si se queda dos o tres días algo tiene que comer". Como también es necesario llevar una linterna, fósforos y ropa vistosa que sirve para la búsqueda aérea.

"Si ven el helicóptero tratar de hacer señales, buscar la forma de llamar la atención por más alto que esté volando. Hay espejos de señales, que son pequeños, no pesan y es un elemento de supervivencia. Con eso uno enfoca hacia el helicóptero y el piloto ve algo que brilla directo en sus ojos", detalló Alonso.

En cuanto a los medios de comunicación es fundamental tener el celular con carga: "En el caso de perderse, no meterse en el valle, sino ubicarse en lugares altos donde se pueda tener señal. Una vez que se pudo mandar la ubicación o la señal de emergencia, no moverse del lugar, para ser encontrado más rápido. Hay muchas apps que dan posición GPS por más que no haya señal, pero se puede marcar un punto y cuando haya conexión se pasan las coordenadas".

En caso de tener que pasar una noche en el lugar, "tratar de buscar un lugar al mejor amparo del viento en alguna ladera del cerro para pasar la noche lo mejor posible".

Los últimos seis rescates

El primer hecho que conmocionó a Mendoza fue el de Ezequiel Bassanese, de 24 años, oriundo de San Rafael y estudiante de la Escuela de Guías, donde cursaba segundo año.

El 7 de noviembre salió junto con dos amigos al Cerro Rincón, de 5.330 metros de altura, y optaron por subir por la ruta conocida como Supercanaleta, la más difícil y peligrosa de ese cerro.

Cuando estaban a 5 mil metros de altura, Ezequiel sufrió un problema y cayó cerca de 700 metros. Sus compañeros descendieron y constataron que había sufrido un fuerte golpe en la cabeza y había muerto.

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La Patrulla de Rescate, junto con la colaboración de guías, dueños de refugios y porteadores, trabajaron durante 12 horas para sacar su cuerpo de allí.

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Solo cuatro días después, los rescatistas de la Policía recibían dos novedades casi al mismo tiempo.

Una se trataba de un hombre de 53 años que había salido con cinco amigos al Cerro Ponderado, en Cacheuta, pero en un momento lo perdieron de vista y no lo encontraban. La Patrulla de rescate comenzó la búsqueda que contó hasta con la ayuda del helicóptero del Cuerpo de Aviación de la Policía, pero no daban con la víctima.

Por otro lado, dos jóvenes escaladores que rapelaban en el Cajón de Arenales, en Tunuyán, habían sufrido una importante caída.

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Así fue como durante la madrugada del lunes 12 confirmaron la muerte de Aldana Floris, de 25 años, quien sufrió una fractura de cadera que fue fulminante, y su compañero Juan Pablo Sileoni, de 29 años, tuvo una fractura de cráneo.

Los dos conocían muy bien la zona, escalaban allí constantemente y estudiaban para guía. Pero ese día habrían realizado mal el procedimiento de descenso, y sumado a un exceso de confianza, les provocó la trágica caída.

Mientras tanto, todos los recursos se concentraron en la zona del Cerro Ponderado para buscar a Walter Moreno, quien fue encontrado con vida dos días después. Estaba deshidratado y con ropa liviana. Sobrevivió gracias a dos perros que no se separaron de él.

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Todo parecía calmarse cuando el miércoles 14 alertaron que en la zona de Vallecitos un andinista avisó por radio que estaba a 100 metros de la base del cerro Franke, pero no podía continuar el descenso. El hombre fue auxiliado por guías y porteadores que lograron sacarlo de allí.

El último caso fue el domingo 18 cuando un corredor de 57 años salió en grupo hacia el Cerro Arco, el Santo Tomás de Aquino y el Gateado, pero se quedó atrás y se perdió en la Quebrada de Isidris. Sufrió algunos raspones y golpes, pero fue sacado de allí por la Patrulla de Rescate en perfecto estado de salud.

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