Juicio por jurado popular

Declararon culpable de tentativa de robo al acusado por el crimen de la preceptora de Guaymallén

Agustín Tomás Rojos, de 22 años, estaba imputado como coautor de homicidio criminis causa. En cambio, el jurado popular dio este jueves su veredicto y lo encontró culpable como partícipe secundario del delito de tentativa de robo con arma de fuego. Lo mismo dispuso el juez

El crimen de Hilda Elvira Vedia (48), una preceptora de Guaymallén asesinada el 13 de julio del 2021, llegó a su recta final luego de los alegatos de cierre que hizo la Fiscalía de Homicidios, la querella y la defensa. Los primeros le pidieron al jurado popular que dicten la culpabilidad para Agustín Tomás Rojos (22), único imputado como coautor del hecho. Pero, fue declarado culpable como partícipe secundario del delito de tentativa de robo con arma de fuego. Lo mismo dispuso el juez Eduardo Martearena, quien fijó una audiencia para este viernes, a las 9, cuando se resolverá qué pena le corresponde por el hecho.

La defensa del acusado había solicitado la absolución por no haber pruebas suficientes en su contra. El primero en alegar fue el fiscal jefe de Homicidios, Fernando Guzzo, quien sostuvo que el crimen de Hilda Elvira Vedia fue un homicidio criminis causa, es decir por no haber podido cometer el robo que los delincuentes habían planeado, y para poder escapar de allí con impunidad. "Esto fue mucho más que un robo que salió mal. Esto fue un homicidio criminis causa", expresó el fiscal.

Guzzo precisó que, tanto por la declaración del mismo acusado, quien declaró y reconoció que estuvo en la casa de Vedia en la noche del 13 de julio del 2021, por el testimonio del hijo de la víctima que lo reconoció en el lugar, y por pruebas genéticas encontradas en una gorra que quedó en la escena del crimen, está acreditado que Agustín Tomás Rojos participó del hecho.

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El fiscal jefe de Homicidios, Fernando Guzzo.

El fiscal jefe de Homicidios, Fernando Guzzo.

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Indicó que Agustín Tomás Rojos estaba acusado como coautor del homicidio, y que, a pesar de no haber sido él quien apretó el gatillo del arma con la que le dispararon a la preceptora, tenía la misma responsabilidad que quien lo hizo, y por ende, tenía una pena de prisión perpetua. Lo que no ocurrió en la resolución del juicio.

"Sabemos que no lograron sustraer ningún elemento. En ese contexto es que Vedia recibió un disparo en el pecho desde arriba de un portón. Le tiraron a quemarropa con un arma letal. La mujer agonizó 17 días hasta que murió por una falla multiorgánica en el Hospital Central", relataba Guzzo.

Los indicios que complicaban al acusado

La fiscal de Homicidios, Claudia Ríos, se aferró a la cantidad de contradicciones que surgieron en comparación del audio del 911 de Hilda Elvira Vedia en el momento del hecho, la declaración del hijo de la víctima que estuvo presente y asistió a su madre, las pruebas obtenidas en la investigación y la declaración de Rojos, quien contó una versión completamente diferente.

El imputado había señalado que alrededor de las 23.30 dos personas llamadas Luciano y Axel pasaron por su casa y le preguntaron si sabía dónde podían comprar marihuana. Él les dijo que había un lugar a la vuelta, pero que conocía a otra persona que vendía de mejor calidad y decidió acompañarlos hasta la calle Alberti 285 del barrio Covimet, en Rodeo de la Cruz, Guaymallén.

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En su relato, sostuvo que él no se bajó del auto, y le dijo a sus conocidos que preguntaran por el Chino, el hijo de Vedia. Al escuchar gritos, indicó que se bajó del auto, que estaba a unos metros de la casa, y vio que estaba su amigo Chino trenzado con uno de los supuestos compradores. Al querer separarlos fue cuando escuchó un disparo.

Había sido el tercer hombre que estaba allí, quien se subió por el portón y desde esa altura le disparó a la mujer. Luego, los tres se fueron del lugar y dejaron a Rojos de nuevo en su casa.

Ante esta declaración, Ríos había puesto en duda para qué había ido Rojos hasta la casa de Vedia, si él no se bajó para presentarle a su amigo a los presuntos compradores de marihuana. "Se mató por no haber logrado el fin que era robar, se mató para lograr la impunidad", dijo.

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Jimena Villanueva, la querellante que representa a los hijos de Hilda Elvira Vedia.

Jimena Villanueva, la querellante que representa a los hijos de Hilda Elvira Vedia.

La querellante Jimena Villanueva indicó que Agustín Tomás Rojos y sus acompañantes acordaron ir a robar a lo de Vedia y para eso llevaron armas cargadas. "El primer obstáculo que se encontraron fue la resistencia del hijo de Hilda y para eso había que disparar. El segundo obstáculo fue cuando le gatillaron al chico, pero no salió el disparo. El tercer obstáculo fue cuando apareció Vedia con una llamada al 911 en curso y con un caño para defender a su hijo. No pudieron concretar el robo y había que escapar. Por eso el compañero disparó contra la mujer sin dudar, sin interés por la vida".

Además, cuestionó los dichos del imputado quien expresó que si hubiese sabido que iban armados, no se hubiese subido al auto. "Sin embargo, después de ocurrido el hecho, cuando le dispararon a Vedia, él ya sabía que tenían armas y a pesar de eso se subió al auto de nuevo y escapó con los otros sospechosos".

Las dos coincidieron en el pedido al jurado para que votaran de manera unánime la culpabilidad de Rojos como coautor del crimen. Pero finalmente no fue así.

El pedido de absolución del imputado

Martín De Olano, el defensor de Rojos, intentó tirar abajo la prueba expuesta durante el debate, y se sostuvo firme en la versión que dio el imputado. "Parece que dijeran 'busquemos un culpable', no importa quién, el que sea, así nos vamos a casa todos tranquilos porque condenamos a alguien y somos todos justos", ironizó el abogado.

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Martín De Olano, el defensor del imputado, Agustín Tomás Rojos.

Martín De Olano, el defensor del imputado, Agustín Tomás Rojos.

Volvió a contar cómo fueron los hechos e indicó que en el portón que forzaron, la puerta que derribaron y desde el lugar donde dispararon, había huellas e indicios y que ninguno pertenecía a Rojos.

"No se pudo acreditar con la fuerza suficiente que Agustín Tomás Rojos sea autor o coautor penalmente responsable que lo haga pasible de cualquier tipo de condena. Por esto, les solicito la absolución por la duda razonable de Rojos de los delitos que se los acusa", cerraba el abogado antes de conocer el veredicto final a favor de su defendido.

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