En ese lapso de tiempo, la detención de Gil Pereg fue sin problemas, aunque estaba solo y sabía que era temporal. De todas formas, no dejó sus costumbres de orinar y defecar en el piso, ya que se niega a utilizar un inodoro porque él siente que es un gato.
Pero luego de ser condenado por los homicidios de su madre y su tía, regresó al Hospital El Sauce, donde había ingresado en el 2020 después de haber pasado un tiempo en el penal San Felipe, ya que logró adaptarse a las normas que debe cumplir todo interno.
Para los abogados de Gil Pereg, todavía no están dadas las condiciones y garantías para que sea ingresado nuevamente a algún penal, debido a que es un "psicótico".
Durante el 2020 y 2021 fue atendido por psicólogos y psiquiatras que lo trataron durante varios meses, hasta que una vez estable, y con la medicación correspondiente, estaba listo para regresar al penal, y le dieron el alta. Pero ante la posibilidad de regresar a San Felipe, Gil Pereg amenazó con quitarse la vida, por lo que permitieron que siguiera en el neuropsiquiátrico.
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Todo esto se conoció en el debate, en el cual declararon casi todas los profesionales que lo trataron. Varios aseguraron que siempre negocia para obtener beneficios, o realiza amenazas como éstas para conseguir lo que quiere.
Los abogados también señalaron que aún no tiene claro que fue condenado, y todavía deben despejar dudas que tiene el israelí sobre lo que pasó en el juicio.