Turismo

No es Suiza: es un pueblo de Córdoba con menos de 150 habitantes

Este pueblo evoca los Alpes en miniatura, fusionando herencias inmigrantes con la calidez serrana.

Explorar el interior argentino es abrazar la variedad que define su identidad, optando por oasis que prometen reposo y encanto. En un mapa salpicado de iconos masivos, los villorrios ínfimos brillan con autenticidad. En la provincia de Córdoba, con tan solo 135 habitantes, es un pueblo alpino trasplantado a las sierras, ideal para amantes de la arquitectura europea y los bosques que invitan a la introspección.

A 90 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en el Valle de Punilla, Villa Berna se erige en un valle umbrío, flanqueado por arroyos cantarines y laderas cubiertas de pinos. No rivaliza con metrópolis turísticas; su atractivo yace en las chalets de madera tallada y techos a dos aguas, erigidos por colonos suizos y alemanes a fines del XIX. Estos edificios, con balcones floridos y relojes cucú, crean un escenario de cuento que contrasta con el paisaje nativo de ceibales y molles.

pueblo villa berna
Se te llenarán los ojos en este pueblo cordobés.

Se te llenarán los ojos en este pueblo cordobés.

El pueblo suizo dentro de Córdoba

El núcleo de Villa Berna es su herencia cultural, materializada en el Museo del Inmigrante, que exhibe herramientas, trajes y diarios de pioneros que domesticaron estas tierras. Paseos interpretativos recorren el pueblo, desentrañando anécdotas de fiestas tirolesas y la adaptación al clima subtropical. Para los fotógrafos, las calles empedradas al amanecer capturan una nostalgia europea bajo cielos cordobeses.

La naturaleza circundante ofrece refugios para caminatas suaves: senderos que serpentean hasta cascadas escondidas o miradores con vistas al embalse San Roque. En otoño, el follaje dorado transforma el valle en una paleta impresionista, mientras que el ciclismo por rutas secundarias revela fincas queseras artesanales. Estas salidas equilibran lo activo con lo contemplativo, priorizando la preservación de la biodiversidad local dentro del pueblo.

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El pueblo evoca a cualquier rincón alpino de Suiza.

El pueblo evoca a cualquier rincón alpino de Suiza.

En la mesa, Villa Berna deleita con fusiones: fondues de queso de cabra local, strudels de manzana silvestre y chorizos ahumados al estilo centroeuropeo, regados con vinos malbéticos de viñedos vecinos. Los almuerzos en posadas familiares fomentan el intercambio, donde recetas transmitidas oralmente se convierten en puentes entre épocas y orígenes.

Villa Berna, joya oculta en las sierras de Córdoba, celebra la diáspora en un abrazo serrano. Sus chalets encantados, sus bosques susurrantes y su legado inmigrante lo consagran como un retiro idílico, donde el pasado europeo danza con el pulso de un pueblo argentino en una sinfonía de paz.

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