El turismo doméstico en Argentina guarda tesoros poco conocidos, y Villa 7 de Marzo, en la provincia de Buenos Aires, es uno de ellos. Con apenas 25 habitantes, este diminuto pueblo costero ofrece una playa encantadora y una atmósfera tranquila, ideal para quienes buscan una escapada diferente. A pesar de su tamaño, sus actividades aseguran días llenos de encanto y conexión con la naturaleza.
Ubicado en la costa bonaerense, Villa 7 de Marzo destaca por su playa La Baliza, el corazón del pueblo, conocida por su arena fina y su amplitud, perfecta para caminatas relajantes. Este destino, aún en la sombra para muchos, atrae a visitantes que valoran la simplicidad y la autenticidad de un lugar que parece detenido en el tiempo.
El pueblo fantasma pero con playas
La pesca es una de las grandes atracciones de Villa 7 de Marzo, con sitios como Playa Chica, El Estacionario y La Cantera, donde abundan pejerreyes, corvinas y pescadillas. Estos puntos convierten al pueblo en un refugio para los aficionados a la pesca, que encuentran en sus costas un escenario ideal para disfrutar de esta actividad.
Para los aventureros, las playas de Villa 7 de Marzo ofrecen la posibilidad de practicar Off-Road, una experiencia emocionante entre dunas y paisajes costeros. Los amantes de la tranquilidad, en cambio, pueden explorar el estuario, un espacio perfecto para observar aves y la flora autóctona, inmersos en la biodiversidad de la región.
En verano, el pueblo se anima con la Fiesta del Pescador y la Familia, un evento que celebra la tradición marinera con música en vivo y platos típicos que deleitan a los visitantes. Aunque cuenta con una infraestructura modesta, con dos almacenes básicos y una sala de primeros auxilios, Villa 7 de Marzo ofrece todo lo necesario para una estadía acogedora.
Este pueblo costero, con su combinación de playas serenas, actividades variadas y un ambiente auténtico, es perfecto para quienes buscan desconectar y disfrutar de la esencia marinera de Buenos Aires en un entorno íntimo y natural.






