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Laura Horta en la cumbre del Manaslu: una avalancha, una tormenta y el riesgo de congelamiento

"Estoy muy bien, muy satisfecha, no puedo creer lo logrado", expresó Laura Horta, la académica de 54 años, decana de la Facultad de Educación de la Universidad Maza que fue a una de las montañas más altas en el Himalaya. Aseguró que sobrepasó todos sus límites

Laura Horta, la mendocina de 54 años, decana de la Universidad Maza, logró el reto más difícil e importante de su vida. Subió el cerro Manaslu, a 8.163 metros de altura, el octavo más alto del Himalaya, Nepal, y uno de los más técnicos y mortales. Ella aseguró que sobrepasó todos sus límites y contó a Diario UNO su gran experiencia de vida.

Luego de vivir días al extremo, con intensas nevadas, avalanchas y una tremenda tormenta a más de 7 mil metros de altura, su espíritu y fortaleza hicieron que decidiera seguir cuesta arriba en el momento que sus sherpas le dijeron que debían terminar la expedición. Es la primera mendocina en lograrlo y posiblemente la única en Argentina.

Desde una habitación del hospital internacional en Katmandú, capital de Nepal, Laura relató partes de la increíble e inexplicable todavía para ella hazaña lograda en el Manaslu, la "montaña de los espíritus", como la conocen los lugareños quienes creen que en su cumbre vive un dios. Está en perfecto estado de salud, pero debió quedarse en observación dos días por protocolo, como hacen con todos los andinistas que llegaron a alturas no habituales para el cuerpo.

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Laura Horta, la mendocina de 54 años, en la cima del Manaslu junto a sus dos sherpas y otro andinista.

Laura Horta, la mendocina de 54 años, en la cima del Manaslu junto a sus dos sherpas y otro andinista.

La mendocina hizo cumbre a las 11.45 (hora nepalí) del miércoles 28 de septiembre, tras luchar contra una fuerte tormenta, que ella misma describió: "La nieve nos pegaba en la cara y el viento no paraba". Pero, eso no hizo que se detuviera.

Laura pertenece al 10% de los andinistas que en esta temporada lograron coronar la cumbre del Manaslu y llevarse el logro para toda su vida. En total, este año autorizaron a 404 deportistas para intentar llegar a la cima. Esta montaña está ubicada en la Cordillera del Himalaya, en Nepal, un país de Asia ubicado entre la India y el Tíbet.

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La cima del Manaslu es una de las 8 montaña más altas del mundo. Su nombre significa

La cima del Manaslu es una de las 8 montaña más altas del mundo. Su nombre significa "Montaña de los Espíritus “, y surgió por los habitantes de la zona que creen que existe un Dios en su cima.

Laura debió soportar vientos de más de 50 kilómetros por hora, que en la altura de una montaña, en escalada y con condiciones adversas, son mucho más peligrosos de lo que cualquier persona común se pueda imaginar. En la cumbre padeció temperaturas de 32 grados bajo cero, pero por el viento, se cree que la sensación térmica rondó cerca de los 50 grados bajo cero.

Para protegerse de esas temperaturas, usó un equipo técnico muy especial, el cual contaba con un mono de plumas de una tela resistente al viento, que también la protegía un poco de la nieve. Además, cuando llegó a los 7 mil metros de altura, sí o sí debió comenzar a utilizar oxígeno, de lo contrario su cuerpo entraría en hipoxia, lo que genera que el desgaste físico sea muy rápido, y hasta podría llegar a ser letal.

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Así llegó Laura Horta al octavo pico más alto del Himalaya

El viernes 23 de septiembre, cuando ella y sus guías (sherpas) estaban en el campamento III, a 7.300 metros de altura, tuvieron que regresar al campamento base porque se acercaba una fuerte tormenta y todo el terreno estaba muy blando, con altas probabilidades de avalanchas.

A Laura esto le provocó mucha tristeza e incertidumbre por no saber cuándo podría volver a subir para acercarse al pico nevado de la cumbre del Manaslu. Hasta que el domingo 25, la empresa que había contratado armó un plan para aprovechar una corta ventana de buen tiempo que se abría el lunes 26, y así fue como la mendocina, se alistó para salir.

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Laura Horta mantuvo su fortaleza y convicción en todo momento para lograr la cumbre del Manaslu, una de las más difíciles del Himalaya.

Laura Horta mantuvo su fortaleza y convicción en todo momento para lograr la cumbre del Manaslu, una de las más difíciles del Himalaya.

"El plan era dormir en el campamento III, al otro día ir al campamento IV, descansar ahí y tirar cumbre. Llegamos al campamento III y me sentía tan bien, estaba tan contenta, pero me dijeron que tuviera un descanso porque en 3 horas salíamos a la cumbre directamente, summit push como le dicen, porque se adelantaba una tormenta. No tuve mucho tiempo de pensar ni de ponerme nerviosa, tuve que mantener la mente fría, armar todo porque salíamos de ahí a la cumbre", relató Laura, quien empezó a caminar por montañas hace apenas 5 años.

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"Cuando llegamos al campamento IV, (a 7.800 metros de altura) para mí fue la parte más sacrificada, y empezó la tormenta de nieve. Se había adelantado. Ahí pasamos la 'noche del terror' metidas 15 personas en una carpa para 2 personas, todos con los tubos de oxígeno, todos sobreviviendo. Pasaban las horas y seguía el viento, cualquiera se metía en la carpa y se la trataba de cubrir. Yo le pregunté al que estaba al lado mío cuánto me quedaba en mi tubo y me dijo que una hora de oxígeno, y mi sherpa no estaba cerca mío para conectarme otro tubo cuando se me acabara el que tenía. Estábamos en un lugar de cuatro carpas y nada más, y yo sin saber dónde estaba mi sherpa, sin mi oxígeno", recordó la decana de la Universidad Maza.

Acá, un video de cómo fue esa "noche de terror":

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"Cuando encontré a mi sherpa me dijo que había que bajar, que se terminaba la expedición, que nos teníamos que ir. Pero le dije que no, que yo no estaba para ir para abajo, que necesitaba subir, que iba a sufrir más bajando que subiendo. Quería ir a la cumbre que la tenía a 6 o 7 horas. Él me miró y no podía creer que fuera tan cabezona. No sé si estaba muy contento conmigo, pero emprendimos la subida con una tormenta que la nieve nos pegaba en la cara y el viento no paraba. Realmente se te pasan tantas cosas por la cabeza. ¿Por qué estoy haciendo esto y estoy exponiendo gente?. Sin embargo, fuimos", reveló Laura en sus primeros relatos de esta experiencia única en su vida.

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Laura Horta aseguró que todo se puede lograr si uno tiene firmes sus convicciones.

Laura Horta aseguró que todo se puede lograr si uno tiene firmes sus convicciones.

Pero, cuando creyó que estaba a muy pocos pasos de la cumbre, los cuales se sienten en el cuerpo como correr un kilómetro, pasó algo que no tenía previsto. "Cuando pensé que ya llegaba para la foto en la cima, que fueron los metros más difíciles, me encontré que había una cuerda roja larguísima, de unos 150 metros, y me di cuenta que todavía no había llegado. Lo que faltaba era todavía más difícil, con una escalada al descubierto, sin pared de ninguno de los dos lados. Caminé nada más que por un borde hasta llegar a la cumbre. Increíble, no creo lo que hice, tengo mucho por procesar, mucho por darme cuenta, de todo lo vivido, del sacrificio hecho. Realmente se saca fuerzas del espíritu, porque física por ahí no la tenemos", expresó con todos sus sentimientos a flor de piel.

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Dijo que ese mismo día llegaron a la cumbre entre 15 o 20 personas: "El esfuerzo en subir fue enorme, el viento y la tormenta de nieve no paraba. Estábamos a una hora, yo veía la cumbre y me parecía inalcanzable".

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Luego de la cumbre, había que emprender el descenso

"Bajé al campamento III muy cansada, pero dormí sin oxígeno, en perfecto estado, comí, solo me dolían mucho tres dedos de una mano. En la mañana me dijeron que tenía que bajar en helicóptero y les dije que no, que bajaba por mis propios medios. Estaba tan contenta que mis piernas caminaban solas. Tenía el motor de la satisfacción, de la alegría de lo logrado, de lo impensado", recordó Laura.

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A medida que bajaba hacia el campamento base, la gente que subía sin mucha respiración le preguntaban si venía del campamento III: "Yo les decía: 'No, summit, summit' (cumbre, cumbre). Lo repetía porque no podía creerlo y me ponían la mano en el hombro, o me daban la mano como diciendo, '¿cómo lo lograste?'. Estoy admirada de lo que se puede lograr solamente teniendo la convicción".

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Laura se esforzó al extremo para alcanzar la tan soñada cumbre del Manaslu, para la que se preparó durante meses en Mendoza.

Laura se esforzó al extremo para alcanzar la tan soñada cumbre del Manaslu, para la que se preparó durante meses en Mendoza.

En ese trayecto se cruzó a un grupo en el que iban 5 salteños y jujeños que subían. "Me imagino que, si va todo bien y el viento los acompaña, quizás en dos días están haciendo cumbre", celebró la deportista.

Insistía una y otra vez que le llevará tiempo procesar este logro: "Menos del 10% hizo cumbre. Muchos campamentos se levantaron. Estar en ese 10% es impensado que haya pasado para una persona que tuvo que hacer el esfuerzo que tuve que hacer. Pasé muchos límites a todo nivel que yo misma estoy admirada y muy satisfecha".

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Cuando bajó de la cumbre del Manaslu, sana y salva, fue recibida por los sherpas y otros andinistas con muchas felicitaciones y una torta.

Cuando bajó de la cumbre del Manaslu, sana y salva, fue recibida por los sherpas y otros andinistas con muchas felicitaciones y una torta.

Cuando Laura ve videos de ella subiendo, escalando, caminando a esas alturas impensadas, sigue sin creer que fue real: "Es como si hubieran puesto a otra persona a hacer todo lo que hice".

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Laura Horta se sintió muy cómoda con el equipo y con la escalada técnica.

Laura Horta se sintió muy cómoda con el equipo y con la escalada técnica.

Tardó solo 5 horas en bajar del campamento III al campo base, y desde allí fue llevada a Katmandú, donde debió pasar por el hospital internacional para ser revisada íntegramente. Especialmente por tres dedos de una de sus manos que sufrieron un grado de congelamiento, pero que están fuera de peligro.

"Me dejaron en observación con guantes en las manos, gotas en los ojos, te ponen crema en la cara. Están acostumbrados a esta parte de la clínica que atiende a montañistas y extranjeros. Tengo una chica al lado mío cuidándome. Me pusieron un poquito de heparina en los dedos para que haya más circulación, pero están bien, fuera de peligro. También me pusieron agua caliente y algunos antibióticos. Además, te revisan los ojos, la piel, los dedos del pie, los pulmones, la presión, la sangre, la orina, todo de rutina porque saben que venís desde lo más alto", detalló la mujer que rompió con todo límite.

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El peligro de avalanchas y aludes

El lunes, cuando Laura emprendía la subida, hubo una avalancha entre el campamento III y IV, que arrastró a 14 personas, de las cuales 12 resultaron heridas y otras dos murieron. Un sherpa y una reconocida esquiadora y alpinista estadounidense que estaba junto a su marido bajando de la cumbre. En el momento del desprendimiento de nieve, la mujer cayó 25 metros por una grieta, y dos días más tarde fue encontrada sin vida.

Una andinista filmó con su celular el tremendo momento que vivieron todos los deportistas y guías que estaban en altura en ese momento, con la desesperación de no saber cuándo terminaría ni qué pasaría. El video fue subido por la cuenta de Instagram de la empresa de expediciones @mashabrum.

Este fue el dramático momento:

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"Escuchamos avalanchas todo el tiempo. El alud me encontró cuando iba del campamento I al II. Un chico mendocino bajaba muy mal, y me dijo: 'Acabo de ver morir a dos personas adelante mío. No puedo soportarlo, es terrible. Un alud enterró a 15 personas y están saliendo todas dañadas'. Los helicópteros iban y venían todo el tiempo por arriba nuestro, y pensaba en todo lo que uno hace por sobrevivir".

Mientras ella subía, sin saberlo se cruzó con el marido de la esquiadora estadounidense que había desaparecido: "Venía con dos tablas en la espalda bajando, rapelando, en completo silencio. Después supe que era el marido de la chica desaparecida".

"Cuando llegué al campamento II ya sabía que el campamento III era el lugar de rescate de todos los heridos. Fue una temporada mala del Manaslu y las empresas que montan todas sus carpas con cocina, baños, y demás, a cada rato veías que desarmaban y te decían 'no es exitosa la temporada'", agregó la mendocina.

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Laura Horta estuvo casi un mes en el Manaslu y aseguró que vivió días de mucha incertidumbre.

Laura Horta estuvo casi un mes en el Manaslu y aseguró que vivió días de mucha incertidumbre.

Al parecer, el factor de esta compleja temporada que hizo totalmente imprevisible el estado del tiempo, fue consecuencia del Monzón, una tormenta tropical que afecta todo el Golfo de Bengala, al Norte de la India y Nepal. Esto provoca lluvia en la parte baja, pero en la parte alta nieva mucho.

Si bien el Monzón ocurre en el verano, ya entrado el otoño este fenómeno continuó lo que generó varios problemas: la gran acumulación de nieve provoca que el manto sea totalmente inestable y el viento genera placas de posibles avalancha. Además de temperaturas elevadas para la época que generan los desprendimientos. La humedad excesiva por el Monzón hace que el manto de la nieve sea inestable y eso provoca un panorama óptimo para las avalanchas.

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La falta de oxígeno en altura

Gonzalo Dell Agnora, quien entrenó en lo técnico a Laura, junto con Sergio Furlan, su mentor y entrenador en lo físico, explicó: "A medida que uno sube a la altura disminuye la presión atmosférica y aumenta la presión interna. Esa diferencia de presión es tan grande que hace que en cada inspiración la persona tome menos porcentaje de oxígeno. No es que haya menos oxígeno en el aire".

Señaló que "a 5.500 metros de altura una persona toma la mitad, o un poco más, del oxígeno que tomaría estando al nivel del mar en cada inspiración. Esa falta de oxígeno se llama hipoxia. Arriba de los 7 mil metros de altura, es tan grande esa hipoxia, esa incapacidad de tomar de oxígeno por la disminución de la presión atmosférica externa, que sí o sí se necesita la ayuda de oxígeno artificial".

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