Las inversiones en tecnología y en el laboratorio de ADN fueron determinantes para resolver, en pocos días, los femicidios de María Pía Persia y Agostina Trigo y el asesinato de Esteban Palombarini, ocurridos en Mendoza en 3 semanas.
Las inversiones en tecnología y en el laboratorio de ADN fueron determinantes para resolver, en pocos días, los femicidios de María Pía Persia y Agostina Trigo y el asesinato de Esteban Palombarini, ocurridos en Mendoza en 3 semanas.
Por eso, desde el Poder Judicial y el Ministerio Público Fiscal hacen foco en destinar buena parte del presupuesto anual a esas herramientas, ya que permiten producir pruebas decisivas a la hora de un juicio oral y público.
Cada vez que han sido consultados, tanto el presidente de la Suprema Corte de Justicia como el titular del Ministerio Público Fiscal han enfatizado que a la hora de presupuestar deben calcular una fuerte inversión en sistemas informáticos y licencias para los equipos de ADN, más aun en épocas de dólar en alza.
También la Provincia y los municipios van en la misma dirección cuando amplían la cobertura de los sistemas de cámaras de seguridad en calles o barrios. Al igual que los comerciantes y ciudadanos en general.
La filmación de una cámara de videoseguridad puede ser prueba suficiente para determinar la culpabilidad de una persona en un hecho criminal y mandarla a la cárcel.
Como en el caso del quiosquero Gerardo Godoy, que el sábado 25 de junio mató a balazos a Palombarini en el local de Perú casi Vendimiadores de la Cuarta.
Apenas trascendió el caso, se dijo que Godoy había disparado para defenderse de un delincuente hasta que el análisis de la filmación reveló la verdad de lo que había ocurrido en el local: una discusión y Godoy como único en haber disparado.
El resto de la secuencia fue registrada por las cámaras situadas en la calle: la víctima cayendo en la vereda y siendo asistida, poco después, por vecinos y médicos del SEC, tras lo cual se constató que había sido acribillado.
Trece días después y frente al peso irrefutable de esas pruebas, Godoy admitió ser el culpable del crimen a cambio de una pena de prisión algo menor a la que le hubiera correspondido en un juicio tradicional, con testigos y todo.
En un juicio abreviado, Godoy fue sentenciado a 17 años y 6 meses de cárcel por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
El entrecruzamiento de información de las redes sociales y la línea telefónica de Agostina Trigo (22) permitieron dar los primeros pasos firmes hacia el esclarecimiento del femicidio ocurrido el 4 julio en San Martín.
El equipo de la División Delitos Tecnológicos detectó un vínculo virtual entre Agostina y un imputado por abuso sexual, y que ese hombre había interactuado con ella bajo el pretexto de conseguirle trabajo.
La sospecha quedó confirmada cuando el examen y posterior cotejo de muestras de ADN revelaron que debajo de las uñas de Agostina Trigo había restos de piel de Diego Caballero, quien quedó detenido e imputado por el femicidio.
Un ADN positivo, las imágenes de una cámara de seguridad en la Sexta Sección y haber detectado la ubicación del celular de María Pía Persia fueron determinantes para resolver, en menos de 72 horas, el femicidio de la arquitecta y artista plástica.
El cadáver fue descubierto el sábado casi al mismo tiempo que las autoridades políticas del Gobierno y del Poder Judicial daban una conferencia de prensa para anunciar el esclarecimiento del femicidio de Trigo con detenido y todo.
Rápidamente, el caso de la arquitecta llegó a la prensa nacional mientras, en Mendoza, comenzaba a trascender que la víctima había sido estrangulada con una campera de lana de su propiedad. El peritaje sobre la prenda permitió rescatar muestras de ADN del criminal.
Luego, el análisis de una cámara de seguridad ciudadana reveló que un hombre joven y delgado había ingresado a la casa de la víctima a las 8.13 del viernes 16 -un día antes del hallazgo del cuerpo- bajo la lluvia.
Cuando este hombre fue interrogado acerca de sus movimientos e itinerarios laborales, contestó que el jueves había sido su última vez en la casa de María Pía Persia, claramente sin saber que había quedado filmado desde la vereda de enfrente y que los investigadores tenían ese dato en su poder.
A continuación, el cotejo de ADN positivo y un informe de los peritos tecnológicos que descubrieron que el celular de Persia estaba en Las Heras, más precisamente en la casa del ahora detenido por el femicidio.
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