La leyenda: el arcoíris que se durmió sobre la tierra
cerro de los siete colores (1)
Este cerro es famoso por sus colores vibrantes que van desde el rojo al amarillo, verde, marrón y blanco. Su esplendorosa belleza dio origen a su leyenda.
Cuenta la tradición que hace muchos siglos, Purmamarca era un pueblo gris, rodeado por montañas sin color y cielos monótonos. Los niños del lugar, tristes por aquel paisaje apagado, le preguntaron a sus padres qué podrían hacer ellos para alegrar el paisaje. Aunque ellos no supieron qué responder, los jóvenes decidieron darle una solución al asunto. Para ello, reunieron toda la pintura de color que iban encontrando y, durante las noches, subían al cerro y lo pintaban. Así hicieron durante siete noches consecutivas.
La séptima noche, sus padres se despertaron y, al ver que sus hijos no estaban en la casa, salieron en su búsqueda. Junto a ellos, iba un grupo de vecinos de la localidad, quienes también buscaban a sus retoños. Pronto, miraron todos al cerro y, para su sorpresa, vieron como el insulso cerro se había convertido en un hermoso lugar pintado de siete alegres colores.
Así nació, según la leyenda, el Cerro de los Siete Colores.
La explicación científica del Cerro de los Siete Colores
cerro de los siete colores (2)
El Cerro de los Siete Colores o Macizo de los Siete Colores es un cerro ubicado en las afueras de la ciudad de Purmamarca sobre la Ruta Nacional 52 que se dirige al Paso de Jama, a 4 kilómetros de la Ruta Nacional 9 en la provincia de Jujuy.
Desde la geología, se sabe que este cerro se formó hace entre 65 y 75 millones de años. Sus franjas de colores corresponden a distintos estratos de sedimentos y minerales, depositados a lo largo de eras geológicas.
Es decir, el rosado proviene de arcillas rojas y limolitas, el blanco de areniscas calcáreas, el verde de óxidos de cobre y el amarillo mostaza de areniscas con azufre.
Hoy, el Cerro de los Siete Colores es símbolo de Purmamarca y uno de los lugares más visitados del norte argentino. Los habitantes lo consideran sagrado, un sitio donde la naturaleza y las leyendas se mezclan.