Entrevista

Eugenia López Frugoni es mendocina y está al frente del armado de los "Bailando" de Tinelli

La jefa de coach del "Bailando 2023" es una destacada coreógrafa. Lleva casi 30 años al lado de Tinelli descubriendo talentos. Su infancia en Maipú y cómo se fue a Buenos Aires sin aval de sus padres

Hace 37 años que está instalada en Buenos Aires. Allí desarrolló toda su carrera dancística y alcanzó la fama con su rol protagónico como una de las jefas de coach de la mayoría de las ediciones de los “Bailando” de Marcelo Tinelli. Actualmente mantiene ese lugar, donde podemos verla cada emisión del certamen. Con o sin flashes sobre su rubia cabellera, orgullosa cuenta al mundo en cada oportunidad que le dan: “Soy mendocina, aunque no parezca”.

Eugenia López Frugoni lleva un apellido icónico para la provincia de Mendoza. Su abuelo, Emilio López Frugoni fue un destacado ingeniero y la mansión que construyó en 1927 sobre la esquina de la tradicional avenida Emilio Civit y Paso de los Andes -y que Eugenia supo habitar- recientemente fue declarada patrimonio arquitectónico de Mendoza.

Pasó su infancia en una finca de Maipú, antes de habitar esa mítica casa de la Quinta Sección, cuyo reconocimiento provincial hoy la enorgullece. “En esa casa viví muchos años, la hizo mi abuelo y me genera mucha emoción que lo reconozcan por ese patrimonio que dejó a Mendoza”, expresa la artista que viene de una numerosa familia de seis hermanos, cuyo papá –también llamado Emilio- y mamá la siguen guiando desde el cielo. “En Mendoza claro que me queda familia, tres de mis hermanas viven ahí”, cuenta y confiesa que le gustaría tener más tiempo libre para visitarlas.

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Eugenia visita al menos una vez al año a sus hermanos en Mendoza y aprovecha para disfrutar la montaña que tanto extraña.

Eugenia visita al menos una vez al año a sus hermanos en Mendoza y aprovecha para disfrutar la montaña que tanto extraña.

Cuando Eugenia cumplió los 20 años, y a expensas de la desaprobación de sus padres, decidió dejar sus clases de danza clásica y abandonar el Ballet de la UNCuyo para formarse en Buenos Aires, sin saber que sería un viaje de ida que la llevaría a forjar una exitosa carrera como bailarina, tanto en teatros porteños como en la televisión.

Mendoza es algo que llevo en la sangre y que se queda ahí arraigado”, confirma la coreógrafa que hoy, a los 57 años, es una de las más reconocidas artistas del ambiente, la llaman para certámenes nacionales, para dirigir escuelas de baile y mantiene una relación laboral con Tinelli desde aquellos recordados tiempos de “VideoMatch”.

Sobre sus primeros años en Buenos Aires, la coreógrafa recuerda: “No fueron fáciles, la recontra peleé. Mi papá no quería saber nada, yo lo único que sabía era que quería ser bailarina profesional y eso en aquel entonces no estaba muy bien visto, había muchos prejuicios”. Y confiesa: “Cuando mi papá se dio cuenta de que no iba a volver a Mendoza, se convirtió en mi fan número uno”.

Ser bailarina o bailarín ya no es una mala palabra

Mantiene el cariño y respeto por los maestros y las maestras mendocinas que la formaron y la incentivaron a abrazar esta profesión. “Era bailarina clásica, estuve en el Ballet de la Universidad Nacional de Cuyo y en los veranos venía al Teatro Colón a tomar cursos que daban para la gente del interior, pero además tomaba clases particulares”, cuenta la coreógrafa del “Bailando 2023” que –entre tantísimas otras figuras de la danza- su último descubrimiento fue el de la joven Morena Sánchez, quien con apenas 18 años brilla en la pista de esta edición de la competencia siendo partenaire del estilista de Wanda Nara, Kenny Palacios.

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Morena Sánchez es partenaire de Kenny Palacios, fue descubierta por Eugenia López Frugoni en un casting en Mendoza.

Morena Sánchez es partenaire de Kenny Palacios, fue descubierta por Eugenia López Frugoni en un casting en Mendoza.

López Frugoni celebra que hoy ya no sea mal visto dedicarse al baile o a la danza. “Hoy ser bailarín o bailarina significa ser respetado o respetada en el medio porque ya todo el mundo sabe que dedicarse a esto lleva mucho esfuerzo, sacrificio, estudio, mucho trabajo. Me acuerdo que dependía con quién estaba decía que era bailarina o lo ocultaba; eso hoy ya no pasa”, afirma. Y, como lema para quienes se dedican a esta carrera artística, ella tiene dos: “La formación no termina nunca, y la técnica es la base de todo”.

Lo dice ella que lo vive a diario en un ciclo de baile televisivo que impone cada semana aprender una coreografía nueva, un estilo nuevo, un ritmo que quizás no te va, un truco nuevo, a cada una de la treintena de parejas que compiten. “Y es un reto para los bailarines y las bailarinas porque no todos los estilos te quedan cómodos, alguna técnica no es la tuya, son entrenamientos muy duros, el desafío es permanente y eso te ayuda a evolucionar y a formarte como un bailarín integral, completo”, considera Eugenia.

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De hacer bailar a actores a formar una escuela de baile para la TV

¿Y cómo se dio en Eugenia López Frugoni la conversión de bailarina clásica a ser maestra y referentes de tantos otros ritmos, más actuales y urbanos, en la pantalla chica? “Porque me di cuenta de que no iba a poder vivir de la danza clásica, entonces abrí mi horizonte a otros estilos, a la comedia musical, el jazz; empecé a tomar audiciones, los dos primeros años en Buenos Aires fueron muy duros”, revela quien se le hizo difícil “sobre todo porque me vine sin el apoyo de mis padres”.

Con 20 años de trayectoria como bailarina, desarrollando una exitosa carrera teatral, Eugenia combinaba el trabajo en las tablas con los estudios de televisión. Arrancó como coreógrafa en sketch de “El Show de VideoMatch”, ella era la que “hacía bailar a los actores para escenas como las de Los Tangueros o El Oso Arturo”, asiente quien hoy es buscada por descubrir nuevos talentos de la danza. Y quien, después de casi tres décadas sigue al lado del conductor televisivo más famoso del país, Marcelo Tinelli.

“Cuando me llaman para ‘VideoMatch’ yo ya era una bailarina madura, digamos, me proponen trabajar como coreógrafa y acepté; así que me encargaba de los videoclips y sketch. Después, Marcelo compra el formato del ‘Bailando por un sueño’ y me propone semejante desafío”, narra la coreógrafa mendocina acerca de su rol en el certamen de baile más visto y popular de nuestro país, rol que mantiene hasta la actualidad.

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La bailarina y coreógrafa mendocina lleva casi tres décadas al frente del armado de los

La bailarina y coreógrafa mendocina lleva casi tres décadas al frente del armado de los "Bailando" de Tinelli.

“Cuando arrancamos con esto, era tremendo porque había que armar un equipo de coreógrafos, era como formar una escuela de danza porque en sus inicios quienes bailaban con los famosos no era bailarines, eran soñadores con algún conocimiento en la danza, pero lo que pesaba era el sueño que perseguían y no el talento para bailar; encima teníamos una exposición muy grande”, reconoce Eugenia y agradece haber aceptado el reto “porque me dio la posibilidad de haber arrancado de cero en este proyecto”.

Desde 2006 a esta edición 2023, pasaron muchas cosas; el formato se aggiornó pero mantuvo su espíritu de competencia en la pista bajo modalidad de reality, con todo lo que ello implica. Eugenia se distanció unos años de su función, cuando sus dos hijos eran pequeños y sintió la necesidad de pasar más tiempo con ellos.

“El programa fue mutando, las figuras del medio pasaron a ser más protagonistas, entonces había que buscar bailarines profesionales que los acompañaran y la industria de la danza había evolucionado mucho”, comenta López Frugoni. Y asegura que el programa "fue una gran escuela para el trabajo de un bailarín o una bailarina, a partir del ‘Bailando’ un montón de chicos y chicas quisieron aprender a bailar; se visibilizó esta profesión que es tan bella y que estaba tan discriminada”.

El florecimiento de la danza en el país gracias a la popularidad de este certamen televisivo iba de la mano a grandes exigencias por parte de la producción de Tinelli. Eugenia tenía a sus dos hijos chicos y sentía que “quería conocerlos”, se sincera. Por ello, después de las cuatro primeras ediciones, priorizó la maternidad por sobre el exitoso trabajo que venía realizando. “Me fui varios años porque tuve a mis dos hijos seguidos, sentía que estaba sobrepasada, es un trabajo que demanda 24 por 7 y no podía cumplir. Mis hijos eran chiquitos y yo necesitaba conocerlos, estar con ellos. Fue una decisión movilizadora”, confiesa la coreógrafa.

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La coreógrafa ha pasado vacaciones de invierno esquiando en pistas de Mendoza junto a sus dos hijos.

La coreógrafa ha pasado vacaciones de invierno esquiando en pistas de Mendoza junto a sus dos hijos.

“Me súper entendieron, me fui con la mejor y seguí trabajando en proyectos televisivos más chicos y volví a dar clases”, cuenta y sostiene con gratificación que “cuando los chicos crecieron, quise volver y me aceptaron”.

Su relación familiar con “Lolo”

Así fue que su retorno la encontró en la misma posición como jefa de coach de los “Bailando” pero compartiendo la función con María Laura “Lolo” Rossi, bailarina y coreógrafa que siente como “parte de mi familia”.

Es que con “Lolo” Eugenia lleva dos décadas o más de trabajo en televisión, se conocen desde sus inicios como bailarinas y el programa de Tinelli las desafió a compartir una enorme responsabilidad como es la búsqueda de bailarines y bailarinas, la formación y armado de equipos, la elección, disposición y orden de los estilos que se presentan en la pista, el control de los ensayos y la atención permanente del staff de famosos que en la edición 2023 abarca a 30 parejas en competencia.

“Con Lolo nos conocimos trabajando como bailarinas, somos familia, ella era una de las chicas del staff de ‘ShowMatch’, sus dos hijas y mis dos hijos nacieron prácticamente adentro del programa, cuando me fui por ese tiempo ella quedó a cargo en mi lugar, nos seguimos viendo en la vida, nuestros hijos son amigos, compartimos cumpleaños, todo”, describe sobre su relación con su coequiper.

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"Euge" y "Lolo" llevan más de 20 años compartiendo los desafíos que cada edición les impone el "Bailando".

De hecho, con Lolo comparten desafíos dancísticos más allá de la tele. Actualmente, ambas fueron convocadas para dirigir la formación de artistas de una escuela de baile, Estudio Buenos Aires, en las categorías mini kids, kids, adolescentes y adultos. “Apuntamos a diferentes técnicas de la danza para formarlos como bailarines de manera integral”, define Eugenia sobre este trabajo.

La felicidad de darles oportunidades a los artistas

Hoy por hoy, a Eugenia López Frugoni lo que más le da felicidad de este ciclo televisivo “es cuando todo fluye, yo ya estoy más grande, puedo disfrutarlo mejor, desde otro lado; antes me estresaba mucho”, reconoce y completa: “Hoy hay cosas que pasan que no me afectan, al contrario hasta me divierten, el juego mediático antes me hacía mal y hoy me divierte”.

Y su mayor satisfacción es “darle una oportunidad a un artista, eso me hace muy feliz”. Y ahí está su ojo para descubrir talentos en cada casting o certamen, en todos los rincones del país. Como este año que fue ella quien se la jugó por la joven mendocina Morena Sánchez, no sólo para que formara parte del “Bailando” sino para que a sus 18 años sea la bailarina más joven del certamen en asumir el rol de partenaire.

“Hace dos años la conocí a ‘More’ en un certamen y cuando la vi bailar, me morí; tenía 16 años y me acuerdo que sólo le dije: ‘Seguí estudiando que yo te voy a esperar’”, recuerda Eugenia y así fue que esperó a que cumpliera sus 18 años para ser mayor de edad y poder convocarla para entrar al “Bailando 2023”.

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