Incorporar frutos secos a la dieta es una buena estrategia para llevar una alimentación saludable. Los nutricionistas recomiendan consumirlos en las comidas diarias porque contienen ácidos grasos insaturados y otros nutrientes.
Incorporar frutos secos a la dieta es una buena estrategia para llevar una alimentación saludable. Los nutricionistas recomiendan consumirlos en las comidas diarias porque contienen ácidos grasos insaturados y otros nutrientes.
Sin embargo, estos alimentos contienen alto contenido de calorías, lo que se puede traducir en kilos extras. Por eso, ¿a qué hora conviene comer frutos secos para no engordar? Conocé si es durante la mañana, la tarde o la noche. Además, ¿de cuánto debe ser la porción?
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"Frutas y verduras deben ser los pilares de la alimentación. Hay que tomar 5 raciones al día, por ejemplo, un buen plato de verdura o puré, una ensalada como guarnición, dos o tres piezas de fruta diarias", asegura la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en su informe dietético.
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Los frutos secos pueden ayudar a generar una sensación de saciedad en el organismo. Por lo que no tiene sentido pensar que ayudan a ganar kilos. Pero por supuesto, hay que tener en cuenta que son relativamente altos en calorías, por lo que no habría que excederse con las cantidades.
Una porción contiene unos 30 gramos de frutos secos. Y esto se traduce en 150 o 200 calorías, en función del fruto seco que comamos. Por lo que esa podría ser la porción justa por día.
El primer mito sobre el consumo de frutos secos: comer frutos secos por la noche y antes de irse a dormir engorda más. Esto es mentira, según los expertos.
La ganancia de peso al consumir este tipo de alimentos dependerá del balance enegético y por lo tanto, de la cantidad total de calorías consumidas en relación con las quemadas.
Por eso, la hora tiene poco que ver. Lo único que sí deberías tener en cuenta es que, en el caso de cenar muy tarde, aumentan las posibilidades de ganar peso. Esto es debido a que el tiempo a que el cuerpo humano quema calorías constantemente y también mientras dormimos.
Pero cuando se come alimentos en exceso y justo antes de ir a dormir, el cuerpo puede almacenar esas calorías adicionales como grasa. Esto puede ocurrir con cualquier tipo de alimento y si se cena tarde.
Lo más recomendable es recurrir a una cena ligera y evitar comer al menos dos o tres horas antes de acostarse para que el cuerpo pueda tener tiempo a digerir los alimentos.