Según el informe de UNICEF, “Violencia en las escuelas: una lección diaria”, el acoso y las peleas físicas entre compañeros interrumpen la educación de 150 millones de jóvenes de entre 13 y 15 años. Otros estudios de datos confirman que las tasas de acoso y agresión entre jóvenes varían mucho según la región, pero siguen siendo alarmantemente altas.
¿Por qué algunos niños llevan armas a la escuela cuando se “revelan”?
niño con arma
Nadie debe llevar un arma de fuego ni de cualquier otro tipo a una escuela. Pero, a veces, los estudiantes llevan armas de fuego, navajas, cuchillos u otro tipo de armas a su centro de enseñanza para llamar la atención, protegerse, amenazar y/o hacer daño a otras personas.
Ciertos acontecimientos de la actualidad condujeron a preguntarse acerca de un fenómeno sociocultural a raíz de actos de violencia en instituciones escolares, llevados a cabo particularmente por estudiantes. ¿Qué es lo que estos actos o atentados hacen saber acerca de las experiencias escolares de sus perpetradores y, más específicamente, acerca de los motivos y el sentido de planearlos y llevarlos a cabo? Esta es la pregunta central que se plantea abordar.
Estas pueden ser las causas de que un adolescente lleve un arma al colegio, según UNICEF
Acoso, violencia, embarazo, notas o bullying
A raíz del hecho ocurrido en la niña que llevo un arma a una escuela Marcelino Blanco de La Paz, en Mendoza, se habló, de un supuesto embarazo, un rencor hacia la profesora de Historia, ya que se estaba llevando la materia y de bullying hacia su persona. Según UNICEF, tres de cada 10 estudiantes de 39 países industrializados admiten que acosan a sus compañeros.
Embed - La adolescente se atrincheró luego de disparar dos veces en la escuela Marcelino Blanco, de La Paz
En este video de DIARIO UNO vemos como una adolescente porta un arma. Las causas sobre el porqué son variadas.
Por eso, las burlas y la violencia son el mayor factor de riesgo que suele afectar a los adolescentes que soportan este tipo de acosos, sin embargo, las malas notas, el miedo o un posible embarazo puede llevar a que la persona pierda su juicio.
Victimización y búsqueda de protección
El haber sido víctima de acoso con la probabilidad de portar un arma, muchos estudiantes llevan objetos para sentirse más seguros o para disuadir agresores. En algunos casos la “protección” se convierte en escalada.
Venganza, humillación y deseo de poder
La sensación de humillación repetida y la percepción de no tener vías sanas para resolver conflictos pueden llevar a la idea de “tomar el control” por la fuerza. La mayoría de los casos el rechazo social, la humillación y el aislamiento son elementos recurrentes en la biografía de agresores escolares.
Influencia de pares, estatus y normalización de la violencia
La presión de grupo y la búsqueda de estatus pueden empujar a algunos adolescentes a exhibir armas como prueba de valentía o pertenencia. Donde la violencia está más normalizada, portar armas puede verse como conducta “aceptable” o incluso admirada.
Acceso a armas y entornos con más violencia externa
niño con arma por sufrir bulllyng
Generalmente, el bullying, el acoso escolar y el fácil acceso a las armas hacen que el adolescente "colapse" y llevando el arma a la institución escolar.
El riesgo aumenta cuando las armas son fáciles de conseguir en el hogar o la comunidad. En contextos con alta exposición a la violencia (doméstica, comunitaria o mediática) la transición de las peleas verbales a la violencia armada es más probable.
Problemas de salud mental y falta de detección temprana
Depresión, ideación suicida, impulsividad o trastornos no tratados, sumados a la falta de redes de apoyo, incrementan la posibilidad de respuestas extremas. La detección temprana y el acceso a salud mental escolar reducen estos riesgos.
Señales de alerta que las escuelas y las familias deben observar
De acuerdo a un estudio realizado por el Ministerio de Educación, las señales que alertan a una familia y escuelas de que un adolescente puede estar vinculado a una situación con un arma, son las siguientes:
- Aislamiento social marcado o pérdida repentina de amistades.
- Comentarios sobre venganza, humillación o “hacer justicia”.
- Cambio brusco en el rendimiento escolar o en el ánimo (ira, desgano).
- Posesión de objetos inusuales, hablar de armas o mostrar interés inusual por ellas.
- Señales de acoso (ser víctima o agresor) sin intervención.