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Saltar la soga es un ejercicio más efectivo que el running para perder peso.
Además nos ayudará a prevenir la osteoporosis, a ganar resistencia y a adelgazar. Al ser un ejercicio de alta intensidad, la quema de calorías es bastante alta, normalmente se pierden unas 400 kilocalorías en 30 minutos, dependiendo del nivel que tenga quien salte. Para perder esa cantidad de calorías necesitaríamos correr el mismo tiempo a una velocidad de 13 kilómetros la hora.
Saltar a la soga parece fácil, aunque hacerlo durante 30 minutos no lo es para nada y hay que tener muy buena resistencia para conseguirlo.
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No hay que olvidar que es un ejercicio de impacto, así que debe cuantificarse tanto la carga de trabajo como la de descanso. Una persona que empiece a saltar debería hacerlo solo durante un minuto, y descansar dos. Así, durante 15 minutos, no más. Debemos tener en cuenta que al principio necesitamos un periodo de adaptación para acostumbrar a nuestros músculos y articulaciones a soportar el impacto; es la forma de evitar lesiones en el futuro y poder avanzar.
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Para saltar la soga lo ideal es comenzar de a poco.
Luego del período de adaptación, podemos aumentar el tiempo de trabajo hasta los 30 minutos, pero nunca pasar de ahí: Es un ejercicio de alta intensidad, así que no se recomienda saltar más 30 minutos seguidos, porque si nos excedemos podríamos sufrir un agotamiento muscular de gemelo y también desarrollar alguna patología de fascistis plantar.
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Lo mejor para practicar este ejercicio es hacerlo por intervalos y, aumentar el tiempo de entrenamiento combinándolo con una rutina de fuerza para potenciar la quema de grasas.
Beneficios de saltar la soga durante la menopausia
Los beneficios de saltar la soga van más allá de adelgazar, especialmente para las mujeres cuando llega la menopausia. Entre los más importantes, "mejora la densidad ósea, favorece la pérdida de grasa y aumenta el equilibrio. También fortalece glúteos, piernas y abdomen, señalan los especialistas.
Quiénes no deben saltar la soga
Si bien saltar la cuerda es una actividad que puede realizar cualquiera, deberían abstenerse quienes tengan patologías asociadas a la articulación de la rodilla, advierten referentes del deporte. Además debemos considerar el nivel de actividad de la persona: si tiene obesidad no es un buen ejercicio para empezar a hacer deporte, y tampoco es recomendable para quien nunca ha realizado ejercicio físico; antes de iniciarse en la comba se necesita un cierto acondicionamiento.
Cómo empezar a saltar la soga
Lo primero que debes hacer es conseguir una soga a tu medida y unas zapatillas que amortigüen el impacto. Luego hay que empezar a saltar sin la cuerda, pero haciendo el gesto con los brazos para trabajar la coordinación.
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Saltar la soga es un ejercicio muy completo que involucra a todos los músculos del cuerpo.
Cuando la persona se sienta lista, debe comenzar a hacer lo mismo con la cuerda. Y recuerda que estás empezando, debes saltar amortiguando la caída y teniendo presente que tu tiempo de descanso tiene que ser mayor que el de trabajo.
Aprender la técnica
Como en todo deporte, conocer la técnica es importante para no lesionarse ni hacerse daño en las muñecas, las rodillas o los tobillos, las partes más implicadas en este ejercicio.
Hay que mantener cabeza y el torso rectos, y flexionar ligeramente las rodillas. Los codos deben mantenerse cerca del cuerpo y la cuerda tiene que hacerse girar con las muñecas, no con los brazos.