Pedro Luis Barrientos y Nadia Anahí Ayala son una pareja joven de formoseños que había llegado a Mendoza a principios de este complejo 2020 como trabajadores golondrina. Después de la cosecha, quedaron varados en la provincia y, después de varios meses, lograron viajar gracias a una colecta solidaria. Pero al llegar a la frontera entre Chaco y Formosa, el gobierno de su provincia de origen no les permitió el ingreso. Estuvieron 2 meses y medio allí hasta que, finalmente en la noche del lunes 30 de noviembre, lograron ingresar. Durante la espera se contagiaron de coronavirus y ella tuvo la noticia de que está embarazada.

La historia de esta pareja podría creerse rara, llamativa, pero es solo ejemplo de lo que han vivido los formoseños a los que la pandemia y las medidas de cuarentena los sorprendió fuera de su provincia. Pero si la odisea de Pedro y Nadia tiene la particularidad de que está directamente relacionada con Mendoza.

Ahora, cuando están aislados en cuarentena esperando que el gobierno les dé el "alta" para poder reencontrase con sus familias después de 10 meses, este presente casi absurdo es mucho mejor que los meses anteriores.

La historia de la pareja fue contada por Diario Uno y sus avatares seguidos de cerca.

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A principios de 2020 habían decidido viajar a Mendoza para trabajar en la cosecha, junto a algunos parientes. Pedro tiene experiencia en andar por el país trabajando y, pese a que no tenía experiencia en cosecha, la idea les pareció buena.

Cosecharon pero, cuando quisieron volver a Formosa, la cuarentena ya había comenzado. “Todos los micros que se llevaron a los trabajadores iban a Salta, a Tucumán, a otras provincias… pero ninguno a Formosa”, contó Pedro en su momento.

Durante un tiempo pudieron hacer algunos trabajos más en las fincas, pero finalmente esto se terminó y, mientras se esperanzaban en poder regresar, se gastaron el dinero que habían reunido. Terminaron alojados en el Hotel del Migrante, en Dorrego, Guaymallén. Ya el invierno era un hecho y ellos solo habían traído su ropa para el verano. Para colmo, comían poco y nada.

Un grupo de mendocinos organizó una campaña para juntarles ropa y alimentos, que les permitió pasar un poco mejor la situación. Fueron seis meses. Hasta que, a comienzos de septiembre, surgió la posibilidad de un viaje de regreso en remise. El mismo grupo logró reunir el dinero necesario y el 15 de septiembre partieron de Mendoza hacia Formosa.

Después de un viaje lento, con controles fronterizos lentos y caravanas para cruzar provincias, Pedro y Nadia finalmente llegaron a Puerto Eva Perón, una pequeña localidad chaqueña de 600 habitantes a orillas del Río Bermejo, en el límite con Formosa, sobre la Ruta 11.

Allí se encontraron con que decenas de formoseños esperaban desde hacia tiempo la autorización de ingreso a Formosa. Y ellos también quedaron allí, a la espera. El gobierno municipal local los alojó en albergues y pasaron las semanas. Allí Nadia se enteró de que estaba embarazada, lo que agrandó la ansiedad de llegar a casa.

Y hace 15 días, cuando parecía que la espera llegaba a su fin, Pedro dio positivo de coronavirus y la pareja fue aislada en un hotel.

Finalmente en el atardecer del 30 de noviembre, un vehículo del Gobierno de Formosa los trasladó y cruzaron la frontera.

Ahora están aislados, cumpliendo la cuarentena obligatoria. Al menos ya están en casa. El 2020 se les fue en una sucesión de esperas.