glicina
La glicina florece principalmente en primavera y a veces a principios de verano. Imagen: Freepik
Cultiva una glicina en maceta
Lo ideal es elegir un plantón en un vivero, ya que si plantas directamente la semilla tendrás que esperar hasta diez años para la planta florezca. Este periodo de tiempo puede verse muy acortado si directamente compras la glicina.
A la hora de elegir una maceta grande de 60 cm y resistente, ya que esta planta desarrolla raíces potentes. El recipiente debe tener un buen drenaje para evitar encharcamientos, ya que el exceso de agua puede dañar sus raíces.
La ubicación también es fundamental, debido a que la glicina requiere sol directo al menos seis horas al día. Sin suficiente luz, la glicina puede crecer, pero no florecerá con la misma intensidad.
En lo que respecta al riego, procura mantener la tierra ligeramente húmeda durante la primavera y el verano, regando dos o tres veces por semana y teniendo en cuenta la calidad del sustrato. En otoño e invierno puedes reducir la frecuencia y regar una vez por semana. Es recomendable utilizar un sustrato fértil y aireado, enriquecido con compost o abono orgánico.
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Las flores de esta planta son colgantes, en forma de racimos, y pueden ser blancas, azules o rosas, con un aroma muy agradable. Imagen: Pexels
Otro punto clave tiene que ver con la poda. Esta planta tiende a crecer de forma vigorosa, por lo que tienes que recortar sus ramas en invierno y después de la floración ayudará a controlar su tamaño y a estimular nuevas flores.
Con paciencia y dedicación, tu glicina en maceta puede convertirse en la protagonista de tu patio o balcón, llenándolo de color, aroma y un encanto natural difícil de igualar.