Más allá del término "quesadilla", la receta mexicana suele conocerse como "gringa" en el norte de México. La diferencia de las dos es que la primera se elabora con tortilla de maíz y la segunda con harina de trigo.
Más allá del término "quesadilla", la receta mexicana suele conocerse como "gringa" en el norte de México. La diferencia de las dos es que la primera se elabora con tortilla de maíz y la segunda con harina de trigo.
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Son un emblema de la gastronomía mexicana y no hay ciudadano de ese país que no las haya probado. Sin embargo, no todas las personas del país ni de las afueras saben cómo elaborarlas y, por esa razón, una buena receta nunca está de más.
Nacidas en la antigua cocina mexicana, las quesadillas parten del maíz que fue un alimento fundamental hace miles de años atrás. De acuerdo a los diferentes estudios, se cree que los aztecas eran los ciudadanos que más consumían quesadillas y lo hacían con diversos ingredientes en su interior.
Gracias a la colonización de los españoles y los lácteos que ellos llevaron al país, la receta se popularizó aún más y el gran sabor de las quesadillas llegó a muchos rincones de México y del mundo en general.
Los expertos en quesadillas aseguran que un truco clave para su elaboración es el control sobre el fuego para que el queso se derrita en la forma justa, pero que no se queme la tortilla. Además, la combinación de los quesos es clave para que sea una buena experiencia de sabores; una de ellas es la mezcla de queso Oaxaca y Chihuahua.
Lo necesario para la receta de 4 porciones de quesadillas mexicanas es: