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Comisario Javier Ortiz, jefe de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Policía de Mendoza.
Foto: Diario UNO / Nicolás Rios
Las crisis pueden ser muy diversas. Hombres que tienen que ser excluidos de su hogares por violencia de género que se niegan a irse, se encierran en la casa y amenazan con autoeliminarse generalmente con un arma de fuego o con un cuchillo. Personas con problemas de consumo de drogas o alcohol, tomas de rehenes, y también con aquellos que no encuentran salida a sus problemas y buscan terminar ese sufrimiento a través del suicidio.
Uno de los casos más llamativos en las últimas semanas fue el de una mujer que se alojó en un hotel de calle San Lorenzo y Perú, de Capital, e intentó lanzarse desde la terraza ubicada en el piso 17. "Ella quería ser escuchada y la principal herramienta en este caso fue el oído", expresó el negociador directo con la víctima.
También están capacitados para trabajar en otras situaciones de emergencia y de crisis, como lo fue el accidente del micro de la línea 200 el domingo 10 de noviembre en el parque San Martín. Están entrenados en medicina táctica y primeros auxilios, y un miembro del GES fue el primero en llegar y darle asistencia a los heridos.
En lo que va del año llevan 50 resoluciones de crisis entre atrincherados, posibles suicidas y tomas de rehenes. "La cifra va en crecimiento", aseguraron y agregaron que capacitan al todos los policías para que tengan mejores herramientas para responder.
El protocolo de las Fuerzas Especiales en una crisis
Luego de un llamado que alerta una situación en la cual la vida de una persona está en peligro, se activa rápidamente un operativo que está meticulosamente organizado para cumplir con el único objetivo de salvar a la o las personas involucradas.
"Es muy importante la información que brinda el primer efectivo que llega al lugar, es quien determina si activar o no el protocolo de intervención de Fuerzas Especiales", indicó el comisario Ortiz.
Sostuvo que para que esto funcione bien "brindamos capacitaciones permanentemente para darles herramientas a todos los policías para que puedan determinar cuál es una crisis y cuál no. Cuando ve que su techo operativo es superado, que no tiene capacidad de respuesta para ese evento, activan el protocolo por mensaje de WhatsApp, por radio o por el 911".
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Parte del equipo de las Fuerzas de Operaciones Especiales que trabajó en el rescate de la mujer que se quiso tirar de la terraza de un hotel del centro.
Foto: Diario UNO / Nicolás Rios
Se resguarda la zona y allí mismo se conforma un comité de crisis descentralizado el cual es integrado por diferentes divisiones policiales para trabajar en conjunto en resolver la emergencia y cuidar la vida de las personas. Inmediatamente comienzan las negociaciones con la persona para lograr un diálogo.
Mientras, con los datos que van recavando, el comité tiene la capacidad de convocar cualquier unidad policial que sea necesaria, como drones, helicóptero, Bomberos, Infantería, o también civiles como Edemsa, Ecogas, AySam, psicólogos, médicos, para que den apoyo en el conflicto.
"Cuando tenemos una crisis siempre se organizan dos planes, uno de emergencia y otro deliberado", señaló el jefe de la FOE. "El de emergencia se aplica en el caso que tengamos que resolver algo por la fuerza, y el deliberado son consensos con todo el comité de crisis y se establece como resolución ciertos parámetros que nos den la posibilidad de hacerlo".
El caso de la mujer que amenazó con lanzarse de la terraza del hotel céntrico fue un caso que se resolvió con un plan de emergencia ya que no desistía de su idea original y estaba en peligro. "El plan que consensuamos en el comité de crisis era seguir negociando hasta las últimas consecuencias, hasta que se aplicó el plan de emergencia", detalló Ortiz.
La intervención en intentos de suicidios
Uno de los negociadores del GRIS, especialista en suicidología, indicó que se evalúa mediante las 4D: "Desolación y desesperanza son sentimientos, la depresión es la base biológica, y el despojo".
"El suicida no quiere dejar de vivir, quiere dejar de sentir el dolor y el sufrimiento que tiene. A veces se puede sacar rápido a la persona, pero tiene que haber un proceso porque el suicida se siente inútil, sin razones para vivir, y lo peor que podemos hacer es hacerlo sentir que ni siquiera sirva para matarse. Es lo peor que se puede hacer en el uso de la fuerza si no hay un proceso", remarcó el especialista.
Sostuvo que en estos "lo más disruptivo con el suicida es pedirle ayuda: 'Necesito que me cuentes este proceso para ayudar a otro'. El proceso de pedirles ayuda los desarma y desenfoca, lo primero que piensan es: '¿A quién puedo ayudar yo?'. Es algo que nunca lo habían pensado".
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Parte de los policías entrenados para actuar en situaciones críticas.
Foto: Diario UNO / Nicolás Rios
Mientras los negociadores se encargan de hablar con la persona para que recapacite de la decisión que está por tomar, el resto de los policías del GES y otras unidades en caso de ser necesario, están alertas ante por cualquier movimiento en el que deban irrumpir.
Así fue con la mujer que estaba sentada en la cornisa del hotel de calle San Lorenzo, de Capital, donde los Bomberos armaron un sistema de cuerdas y anclaje del cual se vincularon junto con efectivos del GES.
El subcomisario Mauro Gutiérrez, jefe del GRIS, explicó que el rescate que hicieron fue planificado en un ejercicio de visualización, ya que los policías no podían acceder a la terraza debido a que la mujer no quería su presencia. "Se expresa lo que se va a hacer y se tienen que representar en su cabeza por dónde van a ir, dónde van a saltar. Es muy mental porque no se puede practicar previamente, pero se explicó lo que cada uno debía hacer y estaban posicionados para salir".
Tal como se ve en el video filmado por la División VANT, de drones de la Policía, el cual parece una escena de una película. Esas imágenes eran transmitidas en tiempo real para que el comité de crisis pudiera ver lo que pasaba en la terraza.
Capacitaciones y entrenamiento permanente de las Fuerzas Especiales
"El curso básico de formación del GES dura 4 meses y medio, y es de alto rendimiento psicofísico y técnico", dijo el jefe de la FOE, Javier Ortiz, quien añadió: "Entre el 5% y el 10% egresan del curso. Eso es básico para ser operador del GES y después están los cursos de especialización en explosivos, francotiradores, negociadores, paracaidistas, buzos".
En este sentido explicó que el curso par negociadores dura un mes: "Previo a ingresar al curso se debe rendir un examen psicotécnico. Si el efectivo está dentro de los estándares para ese nivel, entra al curso, el cual es más intelectual que físico, pero es muy exigente".
"Incluso aprobando el curso de negociador no todos tienen la facultad para serlo. Tiene que tener condiciones innatas para ejercer la especialidad", sostuvo.
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Los policías de las Fuerzas Especiales tienen constantes entrenamientos físicos y de resolución de conflictos.
Foto: Diario UNO / Nicolás Rios
Luego de terminar la especialización, Ortiz detalló que es necesario tener el aval de las Fuerzas Especiales nacionales y recién ahí el efectivo se incorpora a la unidad: "Entra y está a prueba durante un año. Si en ese tiempo no se da con el perfil necesario, se tienen que ir a prestar servicio a otro lado".
Este año por primera vez en la historia se incorporaron mujeres negociadoras en situaciones de crisis, quienes hicieron los cursos dictados en la misma Unidad del GES, ubicada en la Base Cóndor, en Las Heras y ahora están en el período de prueba.
Además de esto, los policías que conforman la FOE realizan a diario entrenamiento físico y entrenamiento táctico, pero también realizan otras tareas como custodias especiales, seguridad en el estadio en diferentes partidos de fútbol, allanamientos con fuerzas federales como Gendarmería Nacional y la Policía Federal. "Esa es la vida del hombre de Fuerzas Especiales. Si no se entrena no se puede dar la respuesta correcta".