Uno de los volcanes más activos del archipiélago de Asia entró en erupción antes del amanecer, generando una columna de humo masiva. Las autoridades emitieron alertas en dos prefecturas, mientras 600 personas permanecen en zonas cercanas al cráter. Sigue leyendo para conocer todos los detalles.
La erupción que despertó al sur de Japón
El volcán Sakurajima volvió a recordarle al mundo por qué es considerado uno de los gigantes más inquietos del planeta. Ubicado en la prefectura de Kagoshima, en el extremo sur de Japón, este coloso volcánico protagonizó una erupción espectacular que expulsó una columna de ceniza y humo a más de 4.400 metros de altura, según confirmó la Agencia Meteorológica de Japón.
Las imágenes capturadas durante el evento mostraron la magnitud del fenómeno: una nube oscura ascendiendo violentamente hacia el cielo mientras el sol aún no había salido completamente.
A pesar de la imponencia del espectáculo natural, las primeras evaluaciones resultaron alentadoras. Un portavoz de la prefectura de Kagoshima informó que inicialmente no se registraron daños materiales significativos ni víctimas.
Sin embargo, la erupción no fue un evento aislado. A lo largo del domingo se produjeron varios episodios eruptivos que mantuvieron en vilo a las autoridades locales.
El material expulsado no se limitó a ceniza y gases: fragmentos de roca volcánica fueron proyectados hasta 1,2 kilómetros de distancia desde el cráter principal, un recordatorio contundente de la fuerza contenida en las entrañas del volcán.
Vida bajo la sombra de un gigante activo
Lo más sorprendente de esta situación es que aproximadamente 600 personas continúan viviendo en un radio de apenas cuatro kilómetros alrededor del volcán. Estos residentes han aprendido a convivir con la presencia constante de Sakurajima, un vecino impredecible que puede despertar en cualquier momento.
El volcán mantiene un nivel de alerta 3 en una escala que va del 1 al 5, clasificación que indica actividad volcánica significativa con potencial peligro. Como medida preventiva, desde 2016 las autoridades japonesas prohibieron el acceso al cráter, estableciendo un perímetro de seguridad estricto para proteger tanto a residentes como a visitantes curiosos.





