Historias del crimen

Estuvo preso injustamente por un abuso sexual y en la cárcel lo violaron 60 veces

La palabra "injusticia" se adapta perfectamente a la historia del hombre que terminó absuelto por abuso sexual, pero ya era tarde

En el corazón de Manaos, la bulliciosa capital del Amazonas brasileño, una historia de injusticia y sufrimiento extremo ha marcado la vida de un hombre que estuvo preso por un abuso sexual que nunca cometió.

En el año 2003, Heberson Lima, por entonces de 18 años, cayó preso sin pruebas sólidas por el presunto abuso sexual de una niña de 9 años. Había sido señalado por el padre de la víctima, con quien había tenido una disputa previa

Casi 3 años después, en 2006, su inocencia quedó probada y fue absuelto. Pero el daño era irreparable: había sido violado más de 60 veces por otros presos e incluso fue contagiado de VIH.

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El preso sufrió decenas de abusos sexuales dentro del penal.

El preso sufrió decenas de abusos sexuales dentro del penal.

La falsa acusación de abuso sexual

La pesadilla comenzó una noche lluviosa de octubre de 2003. Heberson vivía de changas en la construcción. El padre de la niña lo señaló como el agresor, alegando que había irrumpido en su casa y abusado sexualmente de su hija en el patio.

Sin testigos directos ni evidencia física, la policía de Brasil lo detuvo de inmediato. El proceso se estancó en la etapa de investigación, sin juicio ni condena formal, mientras el entonces sospechoso estaba tras las rejas.

Heberson había quedado alojado en la cárcel de Puraquequara, donde los presos imponen su propia "justicia". "Llegué con el sello de violador, y eso fue mi sentencia", relató Heberson en una entrevista en 2017.

Aislado por miedo, pero vulnerable por su juventud y complexión delgada, fue atacado repetidamente. "60 veces o más", confesó con voz quebrada en un video de YouTube que se viralizó en 2018. Los abusos sexuales, perpetrados por grupos de hasta diez hombres a la vez, lo dejaron con heridas físicas y un trauma psicológico profundo. En ese infierno carcelario, contrajo el VIH.

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El preso vivió un infierno dentro de la cárcel.

El preso vivió un infierno dentro de la cárcel.

La libertad y el reclamo por los abusos sexuales

La salvación llegó en enero de 2005. Un nuevo peritaje confirmó que las características físicas de Heberson no coincidían con la descripción de la víctima y el testimonio del padre se reveló motivado por venganza personal. En mayo de 2006, fue liberado sin cargos.

Heberson regresó a su casa pero se hundió en la depresión y la adicción. En 2011, demandó al Estado de Brasil por daños morales y materiales, exigiendo 170.000 reales (unos 30.000 dólares).

Sin embargo, la Justicia de Brasil ha sido un laberinto. El proceso, estancado desde 2016, enfrenta tecnicismos crueles. Un juez rechazó la indemnización del expreso por falta de "fecha exacta" de la infección por VIH, ignorando que los abusos sexuales fueron múltiples e imposibles de precisar.

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