Análisis y opinión

Los invisibles de Mendoza: los que comen de lo que otros desperdician

Cada año 16 millones de toneladas de alimentos no llegan a ser consumidos por los argentinos y se descartan en un país con más de 17 millones de pobres y más de 4 millones de indigentes. Mientras a unos les faltan los alimentos otros los desechan y algunas familias buscan entre los residuos para comer

Gerardo Tejeda además de ser camarógrafo de Canal 7, es quizás uno de los mejores fotorreporteros de la provincia. Con su ojo periodístico captó en la noche del miércoles 19 de octubre a una familia que revolvía entre los desperdicios de una verdulería de calle Colón entre Patricias Mendocinas y Mitre de Capital.

Mientras la joven pareja y su pequeño hijo buscaban entre la basura cómo hacerse de algunas frutas y verduras descartadas un rato antes, los autos, micros y peatones circulaban como si esa familia fuera parte del paisaje nocturno de la provincia, absolutamente invisibles a los ojos de los que circulaban en ese momento.

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Gerardo nos compartió el video a un grupo de periodistas porque supuso que era un buen disparador para hablar de la pobreza. Y pensó bien. Porque la pobreza no es sólo no alcanzar la Canasta Básica Total. Es la pérdida paulatina de derechos como el acceso a una buena alimentación.

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Lamentablemente ésta no es la única familia que busca entre la basura o en contenedores comida o cosas que otros desechan. Sólo basta con agudizar la mirada en una recorrida por el microcentro y por los barrios del Gran Mendoza para ver a otros cientos hacer lo mismo.

La pobreza no es nueva

La pobreza no es nueva, pero sí claramente hay un incremento de la mano de la inflación. Hay familias con hambre y padres desocupados o subocupados, o con salarios que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas. Incluso organizaciones como el Banco de Alimentos reciben menos donaciones mientras les aumenta el pedido de ayuda. Es decir: hacen malabares para equilibrar la ecuación de donaciones y asistencia.

Ya es habitual ver gente juntando cartones o botellas que luego venderán. Pero en estos tiempos de crisis no nos podemos sorprender de ver familias, chicos y grandes revisando bolsas de basura para comer porque la situación es tremenda. Y claramente las políticas sociales no alcanzan, y no habrá bono que pueda paliar la emergencia.

En un país productor de alimentos, me pregunto ¿cómo puede ser que haya una distribución tan inequitativa de la riqueza? ¿cómo puede ser que se pierdan y se desperdicie alimentos cuando hay otros que no solo no tienen una alimentación saludable, sino que directamente no tienen un plato de comida diario?.

Reciclar para comer lo que otros tiran

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Imágenes de comida tirada que se repiten en todo el país. Foto gentileza

Imágenes de comida tirada que se repiten en todo el país. Foto gentileza

La estimación más amplia sobre el desperdicio de alimentos del país fue realizada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación en 2015 en el “Primer ejercicio de estimación de pérdidas y desperdicio de alimentos” que estimó que cada año 16 millones de toneladas de alimentos no llegan a ser consumidos por las personas y se descartan. Esta cifra corresponde al 12,5 por ciento de la producción agroalimentaria nacional.

Pero según el estudio Desperdicio de Alimentos en Supermercados y Autoservicios de Argentina de 2021 elaborado por FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura), BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y una serie de entidades del sector privado, en Argentina casi el 5 por ciento de las ventas de comida de productos frescos, perecederos y almacén en autoservicios y supermercados se tira a la basura, lo que equivale a unas 123 mil toneladas anuales.

El estudio recolectó datos del 41 por ciento de los supermercados del país y estimó que se pierden 123.500 toneladas de productos frescos, perecederos y de almacén, de los cuales el 82 por ciento son sólidos y el 18 por ciento son líquidos.

Además se pierden 17.275 toneladas de productos secos, 14.306 toneladas de galletitas, golosinas y mermeladas. Se tiran 21 mil toneladas de carne y 12.563 toneladas de lácteos.

Los almacenes y verdulerías son los comercios menos eficientes ya que desechan un 9,8 por ciento de lácteos y un 5,3 % de frutas y verduras como tomate, acelgas, lechugas y zanahorias.

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La tarea que lleva adelante el Banco de Alimentos es extraordinaria y de inmenso valor.

La tarea que lleva adelante el Banco de Alimentos es extraordinaria y de inmenso valor.

Afortunadamente en la Argentina existe la Red de Bancos de Alimentos que entregó en 2021 casi 17 millones de kilos de alimentos rescatados y donados por la industria, mercados de concentración, supermercados y colectas. Más de un millón 300 mil personas recibieron asistencia alimentaria gracias a esta asociación civil.

En Mendoza, Lorena Troncoso, directora ejecutiva del Banco de Alimentos, contó por Radio Nihuil que la demanda no cesa y la disponibilidad de alimentos es menor.

“La realidad es que debemos posicionarnos desde la concientización. Hay muchas personas que no tienen garantizado su plato de comida diaria y que por otro lado, también un llamado que realiza la FAO es evitar la pérdida y desperdicio de alimentos. Si nosotros lográramos que estas ecuaciones pudiesen dar como corresponde no tirar tanto alimento y por su parte otorgarlo a quienes realmente lo necesitan podríamos al menos alcanzar alguno de los objetivos de desarrollo sostenible como es el hambre cero”

Por eso en particular esta ONG hace un llamado a la concientización, desde el campo, la cosecha, la producción, la industria, la distribución “En todas estas instancias se produce la pérdida y el desperdicio de los alimentos. Y hablamos de estos dos términos porque pérdida hace referencia a las primeras etapas de la cadena de la alimentación y el desperdicio más hacia las últimas, más que nada el alimento elaborado o lo que se desperdicia en el consumo interno o familiar”.

Troncoso detalló que el Banco de Alimentos recupera grandes volúmenes de la industria, del campo, de las distribuidoras, de los mercados de concentración de frutas, verduras y hortalizas y organizaciones que hacen campañas y colectas corporativas más otras que todos los meses realizan su aporte de leche en polvo. Este producto en particular es uno de los que no recibe el Banco como donación y tiene un alto valor en el mercado.

“Estamos hablando que un envase de leche en polvo de 800 gramos hoy ronda los $800 o mil pesos o más y eso tiene un alcance de 30 desayunos en el mes. Es el desayuno de un niño durante un mes. Es un producto muy costoso y que no es tan frecuente que recibamos donaciones de este tipo en grandes cantidades”.

En Mendoza creció, en el primer semestre, 50% la demanda de alimentos de las organizaciones sociales

El Banco de Alimentos asiste actualmente en Mendoza a 79 organizaciones entre comedores, merenderos, jardines maternales y llega a más de 37 mil personas. Sin embargo, 17 organizaciones están en lista de espera para recibir la ayuda de la ONG.

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Lorena Troncoso, del Banco de Alimentos.

Lorena Troncoso, del Banco de Alimentos.

“Nosotros no podemos ampliar o extender el número de las entidades si no podemos tener las donaciones de alimentos. No podemos garantizar la totalidad de los alimentos que se necesitan para una dieta diaria. Estamos hablando de los lácteos, de las carnes, de las frutas y verduras. No podemos crear falsas expectativas en la comunidad de que van a tener el plato de comida todos los días cuando no están disponibles todos los insumos que son necesarios” explicó Lorena Troncoso

La directora del Banco de Alimentos contó que hacen una entrega mensual de 70 mil kilos con un promedio de recupero anual de las donaciones que superan los 800 mil kilos de alimentos

“Si no estuviésemos nosotros como organización dedicada a esta actividad una de las alternativas es que ese alimento podría haber sido tirado. Lo que también realizamos es concientizar para que el alimento no se tire para que le podamos otorgar un valor social y que pueda ser otorgado a personas con inseguridad alimentaria que están aquí en nuestra provincia, en Gran Mendoza y muy cerquita porque estamos hablando de zonas que probablemente están en lo urbano marginal”.

Si bien acá en Mendoza la demanda social al Banco de Alimentos creció 50 por ciento en el primer semestre, a nivel nacional llegó al 80%. Un dato de la creciente cantidad de personas que no logran satisfacer una alimentación básica diaria.

En el Gran Mendoza las más de 400 mil personas que son pobres necesitaron en septiembre 120 mil pesos para cubrir la Canasta Básica Total y los casi 50 mil indigentes necesitaron 47.500 pesos para alcanzar la Canasta Básica Alimentaria.

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El Banco de Alimentos necesita más colaboraciones, donaciones y voluntarios.

El Banco de Alimentos necesita más colaboraciones, donaciones y voluntarios.

Con tremenda inflación y malas políticas macroeconómicas no es casual que muchos de los chicos que se ven revolviendo la basura en Mendoza y en el país sean la tercera o cuarta generación de desocupados.

El 70 por ciento de los chicos que está bajo la línea de la pobreza es por que viene de una familia en donde hay un padre o madre, o ambos, desocupados.

Muchas de estas personas que vemos con un carro, o acarreando bolsas, viven en el umbral entre la indigencia y la pobreza, y luchando cada día ya no para tener un plato de comida saludable, sino para conseguir algo que les haga olvidar por un rato la sensación de vacío en la panza.

Es hora de dejar de mirar para otro lado y un buen ejercicio es ponerse en el lugar de esas personas que van todos los días a buscar comida entre la basura.

¿Qué hacemos? La respuesta la deben dar los gobernantes pero como sociedad no podemos naturalizar como postal ver a familias comiendo de la basura.

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