Ezequiel (o el “Eze”) tiene 28 años pero habla como uno de 45. Tiene tres hijos. Ya se fue y vino. Se fundió, murió y resucitó. Vive en el barrio San Martín de Ciudad y le clava 12 horas diarias al auto en Cabify de lunes a lunes. ¿De qué hablamos, cuando decimos "reforma laboral"?
La reforma laboral y la charla con el tipo de Cabify
La reforma laboral y la vida real en el mercado informal del trabajo. El 48 % no tiene empleo registrado. La historia del tipo de Cabify, como reflejo
La mitad de la fuerza laboral de la Argentina trabaja como puede. En negro, o en “gris”, o factura con las mismas obligaciones que cualquier empleado registrado, y puede que con menos beneficios.
Hoy, lo que se discute es la reforma laboral profunda que ha propuesto el gobierno, con cambios significativos. Será más simple y barato contratar empleados, y menos lesivo para las empresas despedirlos si algo sale mal. También cambiará la forma de relacionarse entre empleadores y empleados, de una manera más flexible y directa y por el costado de convenios anticuados.
El proyecto enviado por el Ejecutivo tiene 136 páginas y una serie importante de cambios que tendrían un impacto social, político y cultural aún ignorado. En todo caso, se trata de cuestiones que hoy preocupan a la clase política, a los dirigentes sindicales… y se debate si algunos de sus artículos podrían ser de aplicación a los empleos antiguos, como los cambios en las indemnizaciones.
Igual, es entendible que a los “Ezequieles” de la vida les importe más llevar plata suficiente todos los días a su casa que diputados y senadores debatiendo la reforma laboral.
Hablemos con el tipo de Cabify.
Ezequiel llegó a la sede de Grupo América Interior el martes último a las 22.33. Se había aprobado la DIA de PSJ Cobre Mendocino y fue un día extremadamente largo en las redacciones. Al pibe de Cabify se le nota en la cara que es de esos jóvenes de mucho recorrido. Llega en un Gold Trend. Me subo:
-Buenas noches…
-Buenas, Don Ricardo…
-...-
-¿Escuchás el programa? ¿Sos oyente de Nihuil?
-Lo escuchaba todos los días cuando era transportista.
-¿Camiones?
-No… manejaba una traffic para trasladar a chicos discapacitados...
-...-
El transporte para chicos con discapacidad ha pasado por transformaciones y crisis en los últimos años, particularmente después de la pandemia.
Es un sistema precario, con atrasos en los pagos de hasta 90 días por parte del Estado, a veces más. Lo mismo con las obras sociales, con aranceles bajos que no cubrían los costos a varios prestadores. Es fácil imaginarse la crisis.
-Les fue mal…-
-Sí, por eso ahora estoy en Cabify…
-¿Y cuántas horas le metés?
-Doce, de lunes a lunes. El cambio de turno me lleva una hora… así es que 11…
-¿Tenés chicos?
-Sí, tres…-
-...-
El proyecto de reforma laboral
La semana pasada, el presidente Javier Milei envió al Congreso de la Nación el proyecto de reforma laboral. Tiene la mayoría suficiente para aprobarlo con la ayuda de aliados, como consecuencia de las elecciones del 23 de octubre.
El proyecto contempla cambios con la idea de que sea más fácil contratar “en blanco”. Pero es muy difícil meter en el mismo tablero a Ezequiel (28) chofer de Cabify y la historia que cuenta, y al proyecto de reforma. Hoy, el tipo de la aplicación está dentro del 48% de informalidad de los trabajadores de la Argentina. Los cambios van a tardar en llegarle.
El trabajo “en blanco”
La Universidad de Buenos Aires (UBA) emitió días atrás su último informe mensual sobre trabajo formal y remuneraciones, del que podemos destacar algunos datos para plantear qué está pasando hoy con el soñado “trabajo en blanco”:
- El empleo asalariado formal total registró caídas consecutivas durante 4 meses, desde mayo a agosto de 2025. Último dato disponible.
- Se perdieron 33.000 puestos de trabajo (-0,3%) respecto de agosto y 224.000 puestos (-2,2%) respecto de noviembre de 2023. Incluye Estado y privados.
- En agosto hubo 8 (de 13) sectores con variaciones negativas en el volumen de empleo.
El INDEC aporta datos totales de septiembre. Hay 1,1 millones de desocupados disponibles para trabajar. Otros 13 millones son asalariados, de los que a 3,6 millones no les hacen descuentos jubilatorios. Además 5,7 millones de personas tienen empleos informales y otras 2,7 millones están ocupadas, pero buscan un segundo empleo para llegar a fin de mes.
¿A quién le hablamos, cuando explicamos la reforma laboral? Veamos qué dice el tipo de Cabify.
-¿Ganaste o perdiste con el cambio del transporte a Cabify?
-Y… la plata es más o menos la misma… pero estaba en blanco… y tuve que sumar horas…
-¿Cuántas?
-Doce horas por día de lunes a lunes… El coche es alquilado, la mitad de lo que gano es para el dueño…- explica.
En Mendoza, cualquier propietario de un vehículo en las condiciones aceptables y exigidas puede autorizar a otra persona a manejarlo en una aplicación. En el proyecto de reforma laboral presentado en el Senado, queda claro que ser chofer de app no implica una relación laboral. Los prestadores de estos servicios serán considerados trabajadores “independientes”, con libertad para conectarse cuando quieran.
Los conductores deberán inscribirse como contribuyentes en el ARCA, realizar los aportes de Seguridad Social como monotributistas y contar con cuenta bancaria o billetera electrónica para recibir pagos. El texto dice que estas actividades “no implican un indicio de relación laboral, subordinación o dependencia”.
Estas precisiones deben ser de poco interés para Ezequiel. Él se la pone toda, 12 horas de lunes a lunes. Es chofer de Cabify porque en la albañilería -su profesión de origen y mandato familiar desde sus abuelos- no siempre hay trabajo.
El camino de Ezeiza
Como muchos jóvenes en la Argentina, en algún momento el tipo de Cabify que me tocó en el traslado decidió emigrar. Lo cuenta en el viaje entre Grupo América y el centro de Mendoza.
-Estuve tres años en España…-
-¿Cómo te fue?
-Bien… pero cuando tenés que mandar plata a la Argentina, no alcanza para todo… Mantenerte allá, alquilar… Podés juntarte con 5 o 6, alquilar algo… pero ¿qué vida es? Un día me hinché las pelotas, me fui al aeropuerto y saqué el pasaje de vuelta, y aquí estoy.
-¿Vas a seguir manejando, o en la construcción?
-Por ahora, esto… En mi familia siempre tuvimos el sueño del auto propio para transportar gente… pero no se pudo…- dice, con cierto desánimo.
…
Escucharlo a Ezequiel sólo me produce cierta frustración, enojo, con las generaciones de cristal que se quejan si tienen que trabajar 10 minutos de más, y con los que durante 20 años fueron destruyendo la cultura del trabajo y el esfuerzo, menos en aquellas familias acostumbradas a ser resilientes y a pelearla.
El viaje de 8 kilómetros costó $5.660. El tipo de Cabify me cuenta que entre el combustible y el alquiler del vehículo, de ese importe le van a quedar aproximadamente $1.500.
Antes de llegar a destino, Ezequiel le dio $1.000 (el cambio que tenía) a un limpiavidrios de Beltrán y Costanera, aunque llovía. Me sentí un miserable, y aporté el único billete -a esta altura, de la suerte- de sólo $200, que llevaba encima. Soy de los vintage que presumen de cierta modernidad y nunca ando con dinero en efectivo.
Antes de despedirse, Ezequiel me cuenta que tuvo que vender algún activo familiar para pagarles a los prestamistas del barrio. Parece que en el San Martín habría “financistas” informales de créditos pequeños, pero de intereses muy altos. De esos a los que si no les pagás, no van precisamente a Tribunales a ejecutar un pagaré. Se ocupan de cobrarte ellos mismos.
Desde el martes no paro de pensar en los tipos como Ezequiel, que se parten el lomo todo el día por su familia, y que no tienen un trabajo formal porque hoy las condiciones en la Argentina no están dadas para el empleo registrado. Cae porque emplear es caro y riesgoso, salvo en actividades muy puntuales como el petróleo no convencional, o la minería; donde un chofer como Ezequiel arrancaría con $2,3 millones por mes, sin extras.
Los convenios antiguos que dificultan la empleabilidad
Veamos una actividad que, por nuestra profesión, conocemos. El proyecto oficial de reforma laboral deroga por completo la ley 12.908 y sus modificatorias. Es la ley del Estatuto Profesional del Periodista, creado en 1946. Buena parte de su articulado es tan vetusto como un lavarropas a paleta. Prácticamente impide la empleabilidad.
En Mendoza hay una cantidad enorme de periodistas, comunicadores, licenciados en alguna rama de la comunicación, trabajando “de Uber”, de influencers, viviendo del canje por la publicidad en las redes, en vez de hacer periodismo formal en las muchas redacciones que hay. Otra vez… ¿A quiénes les hablamos, cuando decimos “reforma laboral”?
Los cambios principales
El proyecto de reforma presentado por el gobierno incluye un tope a las indemnizaciones por despidos, vacaciones fraccionadas (en acuerdo con el trabajador), un “banco de horas” que permita compensar las horas extras trabajadas con días libres, y no sólo con el pago obligatorio del 150% de su costo actual, limita las huelgas en servicios esenciales que fueron ampliados por ejemplo a telecomunicaciones, educación, tráfico aéreo, aduana, y migraciones, deberán junto a los que ya existían como servicios públicos, garantizar el 75% de prestaciones. Una cantidad más importante de actividades tendrán que dar garantías del 50% de cobertura en caso de huelga.
También habrá incentivos fiscales para quienes contraten y registren a sus empleados.
Una macroeconomía aún en terapia intensiva pero con pronóstico de vida, el avance de la IA que reemplazará miles de tareas en trabajos tradicionales, empujarán más gente afuera que adentro del mercado laboral si no hay cambios. Por eso hoy una reforma que facilite la empleabilidad resulta imprescindible. Es parte del trabajo duro que le toca a Javier Milei, luego del espaldarazo recibido en las urnas.
Ahora, tendrá que hacer lo que nadie se animó, no pudo, o no quiso en los últimos 50 años de historia política argentina. Es lo que le toca: dar mejores reglas, para que haya más trabajo. De lo contrario, vamos a seguir dándole manija a la máquina de fabricar pobres, algo en lo que nos hemos hecho penosamente expertos.





