Análisis y opinión

El agua nos une: la crisis sin precedentes no deja margen para dilatar las inversiones

La convocatoria de Suarez a los intendentes es un buen augurio para encarar el desarrollo de un plan director sobre el agua potable para el Gran Mendoza y Lavalle

La situación hídrica extrema exige afrontar con precisión y continuidad una estrategia para el recurso cada vez más escaso. Así como Mendoza tuvo tempranamente su Ley de Aguas, hoy es indispensable el compromiso de todos, y particularmente de la Legislatura, para estar a tono con el desafío para el presente y futuras generaciones.

La planta potabilizadora proyectada en Álvarez Condarco, con sus respectivos acueductos que conectan con la planta de Alto Godoy, Las Heras, Lavalle, y el sudeste de la región metropolitana (Luján, Maipú y Gllén), mejoraría sustancialmente la oferta.

El proyecto plantea, en simultáneo, la renovación de las cañerías de distribución que hoy tienen unos 500 kilómetros en mal estado, lo que equivale al 10 por ciento de toda la red.

La mejora de la producción de agua potable se complementa con un ajuste de la demanda, atento a la menor disponibilidad progresiva del recurso proveniente del río Mendoza. Con la incorporación de los medidores en forma masiva se espera, a su vez, la contención del derroche en el consumo.

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El plan de AYSAM, que cuenta con el aporte de diversos expertos, prevé la captación de un metro cúbico por segundo más (hoy es de 7,3 m/s para uso doméstico), aguas abajo del dique Potrerillos, lo que permitiría evitar la suspensión del sistema de potabilización cuando se realizan maniobras en las compuertas de la presa o en caso de tormentas que provocan turbidez en el agua.

Una mayor dotación contribuiría a un mejor servicio para los habitantes de parte de Las Heras, Lavalle y otras zonas que hoy tienen cortes y baja presión, entre otras deficiencias. Además, se dejarían de lado varios pozos que actualmente inyectan agua de menor calidad a la red y que sufren interrupciones del servicio con cada corte de energía eléctrica.

Ofrecer una prestación en espacios del territorio por el momento deshabitados y ampliar el desarrollo urbanístico hacia zonas del piedemonte son otros de los propósitos que el Gran Mendoza tiene por delante.

El desafío pasa por la concreción de planes mancomunados, la inversión acorde y la toma de conciencia sobre lo vital que resulta para la Provincia la problemática del agua.

No es ocioso plantearse políticas de Estado en ésta y otras materias para resolver los cambios evolutivos que anhela la sociedad, y que muchas veces se convierten en un slogan remanido para la clase dirigente.

Pensar y actuar con grandeza

Ciertos ejemplos positivos contrastan a Mendoza con las reiteradas frustraciones nacionales por falta de continuidad en políticas públicas virtuosas que intentan superar el mero interés de los procesos electorales inminentes.

Cuando en la segunda mitad de la década del noventa eclosionó la inseguridad a causa de las políticas de exclusión del menemismo, el gobernador Arturo Lafalla tuvo la capacidad de convocar a todos los sectores para diseñar un plan que debía trascender a su mandato.

Así se logró una política de Estado con la participación de las fuerzas partidarias en la Bicameral de Seguridad. La intención duró un tiempo apreciable hasta que el fracaso en las gestiones y la utilización política ("el mapa del delito"), echaron por tierra los planes compartidos.

La inversión en tecnología para luchar contra el delito y los cambios en el plano judicial que impulsó Alfredo Cornejo, y que tuvieron continuidad en la actual gestión de Rodolfo Suarez, retomaron la fisonomía de política de Estado, aún con los debe que caracterizan al campo de la Seguridad.

El plan estratégico vitivinícola, que fue capaz de darse la industria, atravesó con éxito diferentes gobiernos peronistas y radicales y, pese a sus errores, hoy encuentra al sector con un reconocimiento mundial, mientras se enfoca en un nuevo plan hacia el 2030.

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Por el fin de semana extra largo Mendoza se llenó de turistas.

Por el fin de semana extra largo Mendoza se llenó de turistas.

El desarrollo turístico de la Provincia no ha sido espontáneo, sino fruto del esfuerzo público y privado que supieron articular programas e inversiones que vienen dando resultados positivos. Los caminos del vino, la enogastronomía, la red hotelera, las mejoras aeroportuarias, las acciones municipales, los operadores turísticos, etcétera, concurren en pos de objetivos palpables.

Los aciertos no ocultan los déficits en materia de infraestructura que al día de hoy tenemos en las zonas de montaña, pero es innegable el impacto positivo que implican los avances de Mendoza como atractivo turístico. Prueba de ello es la alta presencia de visitantes en este fin de semana extra largo.

El tema es darse una política de largo aliento en las distintas materias para construir las bases de las transformaciones más allá de los colores políticos. El juego de fuerzas, lógico en el sistema democrático, debe ser un factor positivo y de pujanza a partir de ideas que se debaten y se enriquecen.

Cuando se levanta la mirada para pensar una provincia mejor, podemos lograr modelos como el que se está dando en el terreno audiovisual, que viene cobrando impulso desde las últimas gestiones justicialistas; al igual que en otros sectores de la economía del conocimiento. Son éstos algunos de los muchos ejemplos de aciertos que existen en la Provincia cuando hay continuidad en las políticas públicas y que también pueden encarnar iniciativas como la de los cultivos orgánicos tan demandados en el mundo, u otros tantos proyectos virtuosos.

Por el contrario, Mendoza está viendo su potencial minero cancelado, atento a que la política no ha logrado una ecuación que armonice los factores ambientales, sociales y económicos para su desarrollo. Por otro lado, los temas que requieren mayorías legislativas especiales también suelen ser postergados por la incapacidad de acuerdos entre oficialismo y oposición.

Un caso de dilación inaudita es la reforma constitucional, lo que configura una asignatura pendiente de las últimas décadas. Otro es lo referido a temas de endeudamiento que suelen servir de chicana en la política de bajo vuelo, cuando se recurre a la distorsión y manejo poco serio de los datos duros. Las obras que mejoran la calidad de vida de la población, y que se solventan con financiamiento conveniente, no pueden ser sometidas a réditos partidarios.

La Provincia hoy tiene la oportunidad de avanzar en planes de largo aliento que atiendan la administración eficiente de un recurso estratégico y escaso como es el agua para las próximas décadas.

Por ello, genera buenas expectativas la convocatoria del gobernador a los intendentes, sin distinciones partidarias, del Gran Mendoza y de Lavalle, para participar en los diagnósticos y las propuestas.

Así como es reconocida en el concierto de las provincias, Mendoza debe ser capaz de distinguirse de esas veleidades y cuestiones personales características de la dirigencia nacional, que se anteponen al interés colectivo y postergan la construcción de un programa serio de gobierno.

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