“Quiero que Washington sea un lugar limpio y seguro”, dijo el presidente. Desde el inicio de la intervención, seis estados republicanos, Virginia Occidental, Carolina del Sur, Ohio, Misisipi, Luisiana y Tennessee, enviaron refuerzos, elevando a más de 2.000 los soldados desplegados en la capital.
La medida enfrenta fuerte rechazo local, las encuestas muestran que la mayoría de los residentes critican la militarización, y la comunidad abucheó al vicepresidente JD Vance y al secretario de Defensa Pete Hegseth durante una visita a las tropas en la estación central de tren.
Arrestos y controversias por la militarización
La estrategia de Donald Trump ya generó más de 600 arrestos en Washington. Según la fiscal general Pam Bondi, hasta la fecha se han confiscado 86 armas ilegales y en las últimas 24 horas se sumaron 53 arrestos, además de 24 operativos del ICE y 10 armas incautadas.
No obstante, la militarización también trajo incidentes. Un Humvee de la Guardia Nacional chocó contra un vehículo civil cerca de la Explanada Nacional, obligando a los bomberos a rescatar al conductor herido.
Tras el evento en Anacostia, Donald Trump regresó a la Casa Blanca en “La Bestia”, el automóvil presidencial, sin realizar la patrulla en las calles que había anunciado. El despliegue en Washington refleja la apuesta de Trump por imponer orden con mano dura.