Una jueza federal del Distrito Sur de Florida, Kathleen Williams, ordenó desmantelar en un plazo de 60 días el centro de detención migratorio conocido como “Alligator Alcatraz”, ubicado al oeste de Miami. La medida también impide el ingreso de nuevos migrantes y prohíbe ampliar las instalaciones.
Según informa EFE, el fallo responde a la demanda de los grupos ambientalistas Friends of The Everglades y Center for Biological Diversity, junto con la tribu Miccosukee. Las organizaciones denunciaron que el centro, abierto en julio en un antiguo aeropuerto, amenaza los frágiles ecosistemas de los Everglades, hogar de especies en peligro como la pantera de Florida, cigüeñas y caimanes.
Impacto ambiental y tensión política en Florida
La jueza Williams prohibió construir nuevas estructuras, excavar o cercar el sitio, y ordenó que, una vez cumplido el plazo, se retiren las instalaciones de gas, drenaje y desechos, además de la iluminación industrial. El terreno deberá quedar libre para permitir el acceso de la tribu Miccosukee.
Actualmente, en el centro permanecen 336 migrantes, muy por debajo de los 2.000 que llegó a alojar y lejos de los 4.000 que proyectaba la División de Gestión de Emergencias de Florida. El congresista demócrata Maxwell Frost, tras visitar el lugar, aseguró que el propio estado ya preveía el cierre.
Los demandantes celebraron la decisión como “una victoria emblemática para los Everglades y para los estadounidenses que creen en proteger a las especies en peligro”.
Batalla judicial en curso
A pesar de la orden, la disputa legal no ha terminado. El gobernador republicano Ron DeSantis y el fiscal general de Florida, James Uthmeier, cuestionaron la legitimidad de la jueza, nominada por Barack Obama, y adelantaron que combatirán el fallo.
En paralelo, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) mantiene otra demanda relacionada, pero enfocada en las denuncias de violaciones de derechos humanos contra los migrantes detenidos en el centro.





