Después de 36 años en la cocina, todavía hay cosas capaces de quitarle el sueño a Graciela Hisa. Por ejemplo, una comida para el presidente Javier Milei y más de 1.000 personas en el Almuerzo de las Fuerzas Vivas de San Rafael.
La mujer que cocinó para Milei en Mendoza: "Hace una semana que no duermo"
Con 36 años de experiencia, Graciela Hisa condujo a 60 cocineros que prepararon el almuerzo para Javier Milei y más de 1.000 personas en San Rafael
"Literalmente llevo una semana sin dormir", admitió en diálogo con Diario UNO. Cuando lo dijo, Hisa lideraba a puro trajín el equipo encargado del menú en el evento que alteró la tranquilidad del departamento sureño este jueves con la visita de Javier Milei.
Si bien cocinó para otros presidentes-"¡Néstor Kirchner se metía en la cocina a picotear!", recordó- la chef describió la atmósfera previa al evento: "Hay una carga de adrenalina distinta porque todo lo que confluye es presión, tiempo, horario". La exigencia era tal que el trabajo se realizó "al minuto", con cálculos constantes y resolución de cada detalle en el momento.
Un menú para Javier Milei (y otras 1.000 personas)
El menú del mediodía destacó la gastronomía regional. El plato principal consistió en un vacío braseado acompañado de cremoso de maíz y vegetales de estación, buscando realzar sabores locales. De postre, helado de pistacho con algunas trufas.
Respecto a las preferencias de Milei, Hisa aclaró que no hubo exigencias especiales para su comida. "El presidente tiene ya por protocolo una lista de productos. Es muy sencillo, no tiene ningún tipo de preferencia ni cosas especiales", afirmó. La lista se limitó a jugos y cafés envasados, y tés de marcas del mercado.
La principal demanda fue de seguridad: "Por un tema de seguridad pidió que sus productos fueran de la góndola a la mesa". Una exigencia -admitió- que vino más del edecán que del propio mandatario.
De ancestros sirios, Hisa comandó una brigada de casi 60 cocineros, incluyendo colaboradores de San Rafael y su propio equipo de trabajo que viajó desde Tunuyán y Mendoza. Para ella, este tipo de desafío no es nuevo: "Es la séptima vez que atiendo a un presidente".
La cocina, un laboratorio
El proceso de cocción fue meticuloso y a gran escala. Gabriela Hisa definió: "La cocina es una ecuación y es un laboratorio".
Se trabajó en conjunto con un bromatólogo y la producción manejó grandes volúmenes de alimentos, que se enfriaban rápidamente y se envasaban al vacío. Gran parte de la cocción se realizó en el lugar, con la cocina funcionando en este momento y las empanadas preparándose "en vivo".
Después de que todo el mundo comió, es probable que esta cocinera, en vez de esperar los aplausos, se haya tirado un rato a dormir. Para apelar a una metáfora gastronómica: no quería terminar quemada.







