Con el relato de varios albañiles comenzó la primera jornada de testimonios en el juicio por jurado que busca esclarecer el crimen en Ciudad de la arquitecta María Pía Persia (49). Los testigos, colegas del acusado Benjamín Pinavaría (23), fueron los últimos en ver con vida a la artista plástica y uno de ellos fue quien la encontró asesinada a mediados de julio pasado.

La jornada estuvo marcada por la declaración de media docena de testigos, de los cuales casi todos eran obreros que estaban realizando refacciones en la casa de la víctima fatal. Todos fueron coincidentes en varios puntos: María Pía Persia era amable con ellos, solía pagarle en efectivo los viernes y que el día del hecho no acudieron a trabajar porque estaba lloviendo.

El relato de quien estaba encargado de los trabajos en durlock fue el más extenso porque fue quien encontró a la víctima fatal sin vida. Este hombre era una de las personas de confianza de la víctima ya que tenía una copia de la llave para ingresar al domicilio y según la teoría de la defensa de Benjamín Pinavaría, debería haber sido el sospechoso del asesinato. El testigo explicó que el viernes se dirigió a la casa ubicada en la Sexta Sección para recibir directivas de su día laboral pero la mujer no le contestó ni el timbre ni sus mensajes de Whastapp.

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Al día siguiente ni siquiera tenía respuesta a sus llamados telefónicos por lo que se dirigió nuevamente hasta la propiedad sobre Joaquín V. González: "Toqué timbre, y no me respondía. Decidí entrar". El durlero narró que luego de recorrer el inmueble encontró a la víctima tirada en una habitación por lo que "le toqué las piernas y estaba fría. Salí afuera y me di cuenta que no tenía mi celular. Agarré el auto y busqué a un oficial pero no encontré, por lo que me fui a mi casa en Godoy Cruz y busqué el teléfono para llamar al 911".

El debate continuará en la jornada del miércoles con una testimonio clave que es el de Miguel Marino, el director del Registro Provincial de Huellas Genéticas Digitalizadas y Laboratorio de Genética Forense. El profesional brindará algunas precisiones respecto al ADN positivo de Benjamín Pinavaría que se encontró en la campera con la cual estrangularon a María Pía Persia, la prueba más importante que tiene la acusación entre sus cartas.

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Crimen en Ciudad

María Pía Persia era una artista plástica y arquitecta oriunda de Buenos Aires que desde hace unos meses se había radicado en Mendoza. A la mujer, de 49 años, le había gustado la provincia desde uno de sus primeros viajes, cuando fue convocada para remodelar el Arena Maipú.

En las últimas semanas estaba abocada a terminar de refaccionar una casa que había comprado en calle Joaquín V. González al 283, en la Sexta Sección. La idea era alquilarla para turistas a través de la aplicación AirBnB. Para ello tenía un grupo de obreros trabajando en el lugar. En la mañana del sábado 16 de julio uno de los trabajadores encontró el cadáver de María Pía Persia, quien no contestaba mensajes ni llamadas desde el jueves. El adelanto de la necropsia confirmó que la mujer fue estrangulada.

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Días después un estudio de ADN arrojó match positivo con Benjamín Pinavaría, quien estaba cargado en la base de datos porque había estado imputado en una causa menor por encubrimiento. El joven era uno de los albañiles que trabajaba en ese lugar y también fue filmado por una cámara de seguridad llegando a la escena del crimen. Fue imputado por homicidio agravado por mediar violencia de género y criminis causa y arriesga una pena de prisión perpetua.